Según estudio realizado por la GSMA y el BID, tanto Big Data como y IoT, pueden ser dos tecnologías fundamentales en la lucha contra el cambio climático. Además, supone la base para desarrollar soluciones inteligentes que aseguren un crecimiento económico sostenible.
El cambio climático es una de las grandes noticias de actualidad pero… ¿Nos hemos parado a pensar en sus efectos reales? En la actualidad no hay ningún país en el mundo que no se vea afectado por este “nuevo mal del S.XXI”. Tanto es así que, según Naciones Unidas las emisiones de gases de efecto invernadero no solo continúan aumentando, sino que hoy son un 50% más altas que en 1990. Para muchos, estamos ante la mayor amenaza medioambiental a la que se ha enfrentado la humanidad.
¿Cómo podemos evitar esto o al menos contribuir a que sus efectos sean menores? Según el último estudio realizado por la GSMA y el [BID](https://www.iadb.org/es, centrado en la zona de Latinoamérica y el Caribe, la tecnología móvil puede ser una herramienta fundamental para hacer frente el cambio climático y supone la base para desarrollar soluciones inteligentes que aseguren un crecimiento económico sostenible.
Entrando precisamente en el mundo de estas soluciones “Smart” nos encontramos con que la aplicación del Big Data y el Internet de las cosas permite no solo mejorar el uso de los recursos, sino también reducir las emisiones GEI, tanto en las ciudades como en las áreas rurales.
Big Data: el poder de los datos
El mundo de las telecomunicaciones genera, cada vez más, una gran cantidad de datos que abre un infinito abanico de posibilidades a partir de su análisis y procesamiento, siempre manteniendo la privacidad y seguridad de los mismos.
De esta forma, procesando estas grandes cantidades de datos podemos mejorar las previsiones meteorológicas, prever catástrofes, analizar los flujos de tráfico o el movimiento de personas, entre otras opciones. Estas nuevas aplicaciones del Big Data hacen que los operadores móviles puedan encontrar y desarrollar soluciones enfocadas a la lucha contra el cambio climático y a proteger el medio ambiente, además de potenciar la economía al hacer que sectores como el transporte, la industria o la agricultura puedan ser más eficientes y optimicen el uso de recursos. Los datos nos permiten ir, poco a poco, llegando a una inteligencia artificial con un mundo infinito de posibilidades.
Así, por ejemplo, en la ciudad de Sao Paulo, desde Telefónica hemos lanzado un piloto de Big Data para monitorizar la movilidad de los ciudadanos, pudiendo así analizar el impacto en la calidad del aire y el efecto que esto puede suponer para su salud. Esto nos permitió predecir los problemas derivados de la polución hasta con dos días de antelación, lo que habilita a las administraciones a poder tomar precauciones para proteger a la población de la contaminación. De esta forma, el Big Data nos permite obtener información precisa y en detalle, lo que facilita la toma de decisiones.
IoT: El poder de la conexión
En la actualidad, las ciudades están cada vez más conectadas y, sin importar su tamaño, ya toman medidas climáticas, no solo para reducir su huella de carbono y contribuir al Acuerdo de París, sino también para aumentar la calidad de vida de sus habitantes y lograr un desarrollo sostenible.
Precisamente en línea con el poder de las operadoras como generadoras de datos, cobra fuerza el IoT como herramienta contra el cambio climático. Al permitir que los dispositivos se conecten entre sí y analicen la información de forma más efectiva y rápida, la toma de decisiones basada en esta, igual que en el caso del Big Data, es mucho más efectiva y abre un campo de oportunidades a consumidores y empresas.
De esta forma, en Brasil, Ericsson y Telefónica se han asociado en un proyecto para buscar soluciones de transporte inteligente, basándose en la banda ancha móvil, de forma que se permite la emisión de tickets electrónicos y se gestionan las flotas en función de las necesidades, facilitando la vida para los 3,2 millones de habitantes de Curitiba y
reduciendo el coste y uso del combustible y las emisiones GEI.
Pero todo esto también es aplicable a otras fuentes de recursos como el agua. Así, en Chile, Telefónica y Huawei, junto a Essbio, la empresa chilena de agua, y Kamstrup, una empresa de medición danesa, han puesto en marcha un proyecto de medidor inteligente. Su objetivo es aumentar la eficiencia de la red, reducir la pérdida de agua dulce y mejorar la calidad del servicio para el usuario final.
La tecnología móvil es una gran herramienta, pero es importante que las empresas tengan una visión de futuro y estén dispuestas a aliarse para un bien mayor, generando beneficios en común que reducirán el riesgo y efectos del cambio climático y que potenciará a la ver una economía y valor de marca más sostenibles.