¿Te habías planteado consumir hamburguesas producidas en un laboratorio? Pues el consumo de carne sintética podría ser una realidad el próximo año. Las células madre bovinas permiten cultivar filamentos musculares que pueden transformarse en carne.
La carne sintética llegará pronto a los estantes de los supermercados.
En 2013 se creó la primera hamburguesa sintética en Londres, bautizada con el nombre de Frankenburger. El innovador proyecto fue llevado a cabo por Mark Post, de la Universidad de Maastricht.
El proceso de creación de carne sintética es, curiosamente, simple. La carne está hecha de células madre bovinas, que se extraen del animal con una biopsia. Una vez recogidas, se alimentan y crían en el laboratorio para que crezcan y formen tejido muscular. El proceso puede durar alrededor de tres meses.
Las células madre tienen una tendencia a adherirse unas a otras, lo que les permite aumentar de volumen, creando filamentos de carne. Estos filamentos se tratan después para convertirlos en hamburguesas.
La receta de las hamburguesas sintéticas aún tiene que mejorar aspectos como color y sabor, pero se cree que podría estar disponible el año que viene.
Carne contra el cambio climático
La falta de grasa y sangre hace que la carne sea insípida e incolora. Para solucionarlo se le añade azafrán, sal, huevo en polvo y pan rallado que mejoran su sabor, y remolacha que le aporta el color rojizo.
La carne sintética promete ayudar a frenar el cambio climático, reduciendo las emisiones de metano del ganado a la atmósfera. Sin embargo, un estudio reciente de la Universidad de Oxford indica que el impacto medio ambiental generado a la larga por la carne sintética podría ser peor para el medio ambiente que el derivado de la ganadería.
La carne sintética produce inicialmente menos calentamiento que el ganado, pero a largo plazo son inferiores las emisiones producidas por el ganado. El motivo es que gran parte de las emisiones originadas por los animales se deben al metano CH4, que no se acumula de igual forma en la atmósfera que el CO2. Siendo el CO2 el tipo de emisiones que más se producen en la elaboración de carne sintética, y que afectan de forma más negativa al calentamiento global.