Un equipo de científicos del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y del Instituto de Investigación del sida IrsiCaixa de Barcelona han logrado eliminar la presencia del virus del VIH en cinco pacientes gracias al trasplante de células madre.
El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) infecta las células del sistema inmune, las destruye o modifica su funcionamiento, y provoca un deterioro progresivo. Esto quiere decir que, al atacar el sistema inmunitario, este ya no puede combatir otro tipo de infecciones o enfermedades. Este virus, que apareció en la década de los años 80, sorprendió a la comunidad médica y científica ya que no eran capaces de comprender cómo se expandía tan rápido y, peor aún, cómo tenía tasas de mortalidad tan elevadas.
Según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 37 millones de personas a nivel mundial están afectadas con el VIH y, de todas ellas, sólo el 53% recibe tratamiento. Desde que comenzó esta epidemia, cerca de 76 millones de personas han contraído la enfermedad y 35 millones han fallecido, un dato desgarrador.
Avances para frenar su ataque
No obstante, más de tres décadas después, los avances científicos y tecnológicos han logrado frenar el desarrollo de la infección, a pesar de la necesidad de financiación latente. De hecho, gran parte de la población infectada es capaz de controlar el virus, aunque sigue siendo una lacra en países en vías de desarrollo.
Una de las técnicas utilizadas es la inmunoterapia, que ya ha demostrado su potencial en la lucha contra el cáncer, y podría frenar el ataque del virus. En 2016 fuimos partícipes de otra gran noticia en la lucha contra esta enfermedad. El jefe de la Unidad del VIH del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol (Badalona) y director de IrsiCaixa, Bonaventura Clotet, anunciaba que habían creado una vacuna, altamente efectiva en animales, que permitía una respuesta ante el virus y comenzaría a ser tratable en humanos. La cura contra el VIH estaba cada vez más cerca.
El trasplante de células madre, una posible cura del VIH
Gracias a la búsqueda incansable de una cura contra el virus, los científicos han estado estudiando la función de los trasplantes de células madre, de cordón umbilical y médula ósea, desde que se conociera el caso del ‘paciente Berlín’ en 2008. Timothy Brown, considerado la primera persona en ser curada del VIH, logró superar está enfermedad gracias al trasplante de médula ósea al que le sometieron para tratar la leucemia que también padecía.
Un equipo de investigadores del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y del Instituto de Investigación del sida IrsiCaixa de Barcelona han descubierto cómo factores asociados al trasplante de células madre son capaces de erradicar el VIH del organismo. La investigación, publicada en Annals of Internal Medicine, ha revelado que cinco pacientes tienen el virus indetectable en sangre y tejidos tras recibir el trasplante, y uno de ellos tampoco mostró anticuerpos contra el virus en la sangre.
María Salgado y Javier Martínez-Picado. Fuente: IrsiCaixa.
«Este hecho podría ser una prueba de que el VIH ya no está en su sangre, pero sólo se puede confirmar parando el tratamiento y comprobando si el virus reaparece o no», ha asegurado una de las autoras de la investigación, María Salgado, en un comunicado. Por su parte, el profesor Javier Martínez-Picado, colíder del estudio, ha asegurado que el objetivo es «dilucidar los factores que ayudan a erradicar el virus después del trasplante y luego imitarlos con estrategias alternativas más seguras que esta intervención».
Evolución del estudio
La investigación incluyó a un total de seis participantes que habían sobrevivido dos años después de recibir el trasplante y sus donantes no tenían la mutación CCR5 Delta 32 en las células con la intención, por parte de los científicos, de centrarse en otras causas asociadas al trasplante para eliminar el virus. Además, todos los pacientes tenían en común que ya no estaban recibiendo medicación inmunosupresora. Después del trasplante todos los participantes tuvieron tratamiento antirretroviral.
El equipo realizó distintos análisis comprobando que, efectivamente, en cinco de los seis pacientes el VIH era indetectable en sangre y tejidos y, además, en uno de estos cinco los anticuerpos no aparecían después de haber pasado siete años desde su trasplante. El único que si conservó restos de VIH detectables fue el que había recibido un trasplante de sangre de cordón umbilical.
«No hemos visto este efecto sobre los reservorios del virus con ningún otro tratamiento, pero no podemos hablar de éxito hasta que no pongamos en marcha el ensayo clínico», afirman. Dicho ensayo tiene previsto su comienzo en 2019 y la duración estimada es de un año.
Otro de los análisis clave en este estudio ha sido la conocida enfermedad del injerto contra huésped, un efecto que se produce cuando las células del donante atacan a las células del receptor. En este sentido, han destacado que el único participante con reservorio de VIH detectable no tuvo dicha reacción.
El próximo paso es hacer un ensayo clínico que interrumpa el tratamiento antirretroviral para comprobar si el VIH vuelve o no. Por tanto, todavía es pronto para hablar de una cura del virus basada en este tratamiento. «Lo que sí puede abortar nuevos conocimientos sobre los mecanismos en estos pacientes que tienen que ver con el control viral, y ver si esos mecanismos se pueden aislar y usar sin tener que padecer todo lo malo del proceso», ha explicado el secretario de GeSIDA, Esteban Martínez Chamorro.
Lo que está claro es que es un paso más para la erradicación de esta epidemia que abre el camino a nuevos tratamientos.