¿Qué son las ciudades de los 15 minutos?

¿Cuánto tiempo dedicas a la semana en ir al trabajo? ¿Y en comprar comestibles? ¿Pueden tus hijos ir al colegio a pie o en bicicleta o tienen que usar transporte público? ¿Es posible convertir una ciudad con millones de habitantes en un lugar en el que puedas desplazarte a pie para satisfacer todas tus necesidades? Así surge el concepto de las ciudades de los 15 minutos. Una planificación urbana en la que el automóvil no es necesario porque no hay que recorrer grandes distancias en el día a día.

La mayoría de ciudades actuales están diseñadas para favorecer el movimiento de vehículos motorizados. En el mejor de los casos, también hay espacio para el transporte público. A esto se le ha unido el boom de la construcción. Como resultados, barrios enteros crecen de la noche a la mañana con grandes edificios de viviendas carentes de servicios básicos. De manera que para satisfacer esas necesidades hay que recorrer varios kilómetros. Normalmente en automóvil privado. ¿Es posible darle la vuelta a este sistema y volver al concepto de barrio en el que es posible pasar la mayor parte del tiempo porque cubre nuestras necesidades vitales?

Las ciudades de los 15 minutos no inventan nada nuevo. En realidad, quieren recuperar algo que muchos hemos podido experimentar. Barrios alejados del centro de la gran ciudad pero que, en origen, habían sido pueblos o cuya construcción se hizo a la velocidad necesaria para dotarlo de servicios. De tal manera que su planificación urbana les ha permitido crecer sin sacrificar las comodidades de tenerlo todo a pocos pasos de casa

Carlos Moreno y su ciudad de los 15 minutos

Ciudades de los 15 minutos podemos encontrar en todo el mundo. Pero el concepto como tal lo ha teorizado y difundido en los últimos años el urbanista francés de origen colombiano Carlos Moreno. En concreto, desde 2016, a partir de las ideas de planificadores anteriores como Clarence Perry o Jane Jacobs. Y lo mejor de todo es que sus teorías no se han quedado ahí. La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, francesa nacida en España, ha estado aplicando en los últimos años esta doctrina en una ciudad de 11 millones de habitantes.

La idea es sencilla. Satisfacer las necesidades básicas a 15 minutos de donde vivimos. Las compras, la educación, la salud, el ocio e incluso el trabajo. Con ese tiempo de distancia temporal, podemos desplazarnos a cualquier parte a pie o en bicicleta. Una manera de planificar las ciudades más eficiente y ordenada y que evite perder el tiempo en desplazamientos que deberían ser innecesarios.

El resultado de las ciudades de los 15 minutos es, principalmente, ganar tiempo para nosotros. El tiempo que empleamos en desplazarnos al puesto de trabajo o en hacer la compra del mes a grandes centros comerciales a kilómetros de de distancia. Hacer vida local, como apunta Carlos Moreno. Reivindicar el concepto de barrio, que sigue vivo en muchas ciudades pero que se ha perdido en las grandes urbes que dicen ser cosmopolitas pero que se parecen demasiado unas a otras. Precisamente, ciudades como Barcelona ya cumplen con esa idea gracias al Plan Cerdà del siglo XIX que creó manzanas de edificios con zonas verdes y servicios básicos más accesibles.

Ciudades de los 15 minutos
Viviendas solares sostenibles en Vauban, Alemania

Ciudades sostenibles y saludables

Sacrificar horas de sueño porque debemos desplazarnos a nuestro lugar de trabajo. Atravesando horas de atascos. O en un transporte público al borde del colapso rodeado de miles de personas. Cada día. Durante el resto de nuestras vidas. Las ciudades de los 15 minutos quieren acabar con una mala y desordenada planificación urbana, repleta de desigualdades en la distribución de los servicios básicos. Una planificación, muchas veces improvisada, que concentra determinados servicios en unas pocas zonas de la ciudad y que obligan a todo el mundo a recorrer grandes distancias para trabajar o disfrutar del tiempo libre.

A partir de la idea de los desplazamientos de 15 minutos, subyacen otras mejoras que repercuten en la calidad de vida. Para empezar, este concepto de planificación urbana coloca al ser humano en el centro. En vez de dividir la ciudad en grandes zonas especializadas, facilitar que cada barrio o área residencial tenga acceso a esos servicios sin tener que ir a buscarlos al otro lado de la población. Zonas verdes, áreas comerciales… Un concepto muy diferente al de muchas ciudades que han acabado por ser ciudades dormitorio. Para vivir hay que desplazarse fuera de ellas porque carecen de servicios.

Por lo demás, las ciudades de los 15 minutos cumplen con creces con los objetivos propuestos en las grandes cumbres sobre clima y sostenibilidad. Al reducir los desplazamientos, acabamos con una de las principales fuentes de contaminación. Y al fomentar las zonas verdes cercanas, se reduce también la contaminación en el aire que padecen millones de personas en grandes ciudades de todo el mundo.

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