Cómo mejorar la calidad del aire en el interior de nuestro hogar gracias a la tecnología

La contaminación del aire ha estado en primera línea del discurso ecologista durante buena parte del último siglo: desde la preocupación por el declive de la capa de ozono y los efectos del cambio climático, hasta los problemas derivados a raíz de la sobrepoblación de diversas áreas del planeta. Mejorar la calidad del aire en interiores y no solo en exteriores, debería ser también algo prioritario.

Estos debates son válidos, tal y como lo demuestra un reciente estudio de 2020 elaborado por el Instituto de Efectos sobre la Salud. Más del 95% de la población mundial respira aire contaminado e inseguro, acompañado de un importante aumento de la concienciación ciudadana respecto a la calidad del aire que respira.

Estos factores, en su conjunto, han supuesto una mayor demanda de productos que prometen mejorar la calidad de aire en las grandes ciudades, con el objetivo de disminuir las concentraciones de contaminantes que puedan desencadenar síntomas a largo plazo en personas sanas, o empeorar los síntomas de aquellas personas que sufran de asma, alergias, o cualquier enfermedad cardiorrespiratoria crónica.

Calidad del aire: contaminación exteriores vs. interiores

La concienciación ciudadana es un gran paso hacia adelante para cumplir con el objetivo de lograr entornos sostenibles y saludables, pero la mayor parte de los esfuerzos y miradas se han dirigido hacia los entornos de exterior y no tanto a interior. Se han establecido regulaciones y medios de movilidad menos contaminantes, principalmente debido a una percepción genérica de la sociedad de que son estos entornos de exterior los que están más contaminados.

La realidad es que, en base a los estudios más recientes realizados sobre la materia, son los espacios de interior los que muestran una concentración de contaminantes entre 3 y 10 veces superiores, además de ser donde permanecemos hasta el 90% de nuestro día a día. Estos datos ni siquiera tienen en cuenta la universalización del teletrabajo, por lo que la mejora de la calidad del aire en interiores cobra, si cabe, mayor importancia.

¿Existen soluciones para mejorar el aire que respiramos en nuestras casas, oficinas, etc.?

Existen múltiples formas de mejorar estos entornos, algunas muy conocidas a nivel comercial como son los purificadores de aire basados en filtros HEPA, y otras menos conocidas, como es el caso de los biofiltros de jardinería vertical. En el caso de estos últimos, se añaden a sus propiedades como biofiltro otras características: generan un impacto emocional positivo remarcable, disminuyen el gasto energético, actúan como barrera sonora, y permiten disponer de un producto de gran superficie funcional sin tomar apenas espacio.

Un jardín vertical es un jardín dispuesto en el eje vertical utilizando un sistema de soporte, generalmente instalado en paredes. Hasta la fecha requiere de una instalación costosa y compleja, en comparación a los filtros HEPA ya comercializados. La categoría de biofiltro se refiere a aquellos jardines verticales que cumplen con una funcionalidad de mejora de calidad de aire además de estética.

Módulos vivos, IoT… o cómo hacer que la mejor solución sea también más sencilla

Los módulos vivos verticales de Bloomod, una startup nacida en 2018 y acelerada por Open Future, permitirán la universalización de estos jardines verticales de una forma modularizada y con una instalación igual de simple a la de un purificador HEPA más conocido, conservando todas las ventajas que construcciones más complejas han aportado a sus usuarios.

Estos módulos verticales se componen de un sistema vivo con especies de plantas muy específicas, las cuales en conjunción al sustrato en el que viven y un sistema de ventilación activo, generan un impacto positivo en entornos de interior que es además medible mediante la sensorización incorporada en los módulos. Gracias además a las tecnologías IoT, podemos recibir información en tiempo real en nuestro smartphone de la calidad del aire que nos rodea allí donde instalemos los módulos.

Bloomod quiere, no obstante, ir un paso más allá. Busca diseñar y construir módulos de fabricación responsable, con materiales como la madera, de obtención legal y regulada, generando una huella de carbono negativa desde el primer momento. Se sientan así las bases de un ecosistema de productos de domótica que respeten esta filosofía desde su incubación y hasta el final de la vida útil del producto, aprovechando la inevitable unión de tecnología y naturaleza para el bienestar físico y emocional de las personas.

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