como se hizo siete mundos un planeta

Detrás de las cámaras del documental sobre la Antártida ‘Siete mundos, un planeta’

¿Cómo es grabar un documental en la Antártida, un continente donde las temperaturas alcanzan los -40º? Te contamos cómo se hizo Siete mundos, un planeta.

Aventurarse a la Antártida es todo un reto. El frío es permanente y las ventiscas se levantan de repente y pueden alargarse durante varios días, sin tregua. Pocos animales son capaces de sobrevivir ante estas condiciones tan duras, pero los hay.

El equipo de la BBC que se encargó de la primera entrega del documental Siete mundos, un planeta ha tenido que encarar estos desafíos, así como largos viajes en barco.

Estos retos los recoge Movistar+ en esta nueva serie titulada Cómo se hizo Siete mundos, un planeta para que sus clientes tengan la posibilidad de ver no solo las sorprendentes imágenes finales, inéditas y muy próximas a los animales, sino también el trabajo que existe detrás de las cámaras, también interesante.

Una travesía que pone a prueba la resistencia

Nos subimos a un barco para empezar esta aventura. La Antártida es un territorio al que se accede o bien por vía marítima o por avión, aunque la primera vía es la única para algunos destinos muy remotos, como la isla de Georgia del Sur.

Aquí es donde se dirigen los dos fotógrafos que grabarán a los elefantes marinos y a la colonia de pingüinos rey que la habitan.

como se hizo siete mundos un planeta

El viaje dura unos 10 días. En un océano agitado, con grandes olas, es especialmente complicado no marearse y querer desistir. Sin embargo, no hay más opciones que aguantar bajo cubierta. El entorno afuera afuera es de gran belleza, pero muy peligroso: si te caes al agua helada, mueres en cuestión de minutos. Y es probable que no dé tiempo a que te rescaten.

Por ello, esta travesía exige una gran dosis de paciencia y resistencia. «No entiendo cómo hay gente que hace esto por gusto», llega a exclamar uno de los cámaras durante un momento de mareo intenso en el camerino.

Pero cuando alcanzan por fin la Bahía de San Andrés, esta sensación desaparece rápido. La inmensidad de una naturaleza vírgen, sin apenas acción del ser humano, es sobrecogedora. «Es maravilloso que estos lugares sigan existiendo», confiesa emocionado, entre lágrimas. Las imágenes corroboran la impresión.

Un capítulo centrado en el equipo de fotografía

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Pasarán tres semanas observando y filmando la fauna en este lugar. Su asombro es claro: nunca han estado tan cerca de animales como éstos, que les ignoran y hacen su vida como si nada.

Este hecho que resulta curioso y perfecto para el documental, entraña también sus dosis de riesgo y emoción: los gigantescos elefantes marinos, de hasta seis metros de largo y cinco toneladas de peso, se pelean sin previo aviso y a gran velocidad, sin reparar en lo que haya en medio. Pueden derribar a un humano y aplastarle sin darse cuenta.

El deshielo y el cambio climático

También hay momento para conocer la situación actual del continente en materia medioambiental. Hay zonas de la Antártida que se calientan cinco veces más rápido que otros lugares del mundo y el nivel de hielo que se derrite se ha multiplicado por cinco en los últimos 30 años. De continuar así, las consecuencias del calentamiento global podrían ser devastadoras para la fauna y en algunas décadas una parte grande de ella podría extinguirse.

Tomar conciencia de esta situación es un primer paso. Numerosos investigadores trabajan en encontrar soluciones efectivas para atajar el problema, como crear nieve artificial para salvar los glaciares.

Y nosotros, ahora, ¿qué podemos hacer? Lo primero es informarse bien. Documentales como este nos permiten conocer mejor la realidad para después considerar qué y cómo podemos aportar.

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