Comunidades cafeteras: un paso hacia la conectividad rural

Actualmente disponemos de una base tecnológica en continuo proceso de transformación que permite el acceso al conocimiento y el uso de una serie de herramientas para la integración de las distintas comunidades, además de fomentar la participación ciudadana y generar red en la comunidad global. Tal y como hablamos en un post anterior, los entornos rurales son ámbitos que han permanecido al margen de las nuevas tecnologías de la información y comunicación, y aún más si cabe, en zonas económicamente deprimidas cuyo único medio de subsistencia es la agricultura, la ganadería o la pesca.

El caso de las comunidades cafeteras de Colombia es un buen ejemplo de ello: fruto del desconocimiento y las dificultades de acceso a datos elementales actualizados como el precio de mercado de la compraventa del café o alimentos básicos de consumo, son constantemente engañados por mayoristas que aprovechan conscientemente el aislamiento de los predios rurales y el desconocimiento de los precios de mercado de los productos para hacer negocio.

El acceso a la información básica es vital para paliar la situación de indefensión de los campesinos y moradores de las plantaciones de café. En este sentido, la telefonía móvil ofrece posibilidades de comunicación que la convierten en un aliado ideal para estas comunidades, permitiendo la democratización de la conectividad en las comunidades caficultoras.

Para potenciar el uso de las nuevas tecnologías entre estas comunidades, se ha puesto en marcha una serie de programas como SIC@web, Cédula Cafetera Inteligente, Consultorio Jurídico Cafetero o Aula Virtual para Cafeteros, entre otros, orientados a fomentar la conectividad rural, el acceso a Internet, la educación virtual y consolidar el vínculo comercial entre las comunidades cafeteras y los consumidores finales. Con el fin de evitar las situaciones de indefensión que sufrían los propios caficultores colombianos a la hora de fijar los precios de venta de su único medio de vida: la producción de café.

Las situación económica de las comunidades cafeteras dificultan lógicamente la posibilidad de comprar un ordenador y sorprende que, a diferencia de lo que estamos acostumbrados en occidente, su primer contacto con Internet sea a través de un smartphone. Para la puesta en marcha de estos programas las operadoras han cedido dispositivos móviles básicos como Android o BlackBerry, para que la población se familiarice con las nuevas tecnologías y el uso de aplicaciones básicas para su medio de trabajo, además de la formación virtual de la comunidad.

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Con el SIC@ web, se ha puesto en marcha una base de datos, georeferenciada y de ámbito nacional para crear el Sistema de Información Cafetera. Esta base permite registrar el número exacto y la ubicación geográfica de los productores de café, sus fincas y sus lotes cafeteros en cada una de los predios rurales del país. A partir de este sistema se ha habilitado una serie de documentos para la identificación digital de los productores de café y la oferta de diferentes servicios en relación con la Federación de Cafeteros. Estos documentos, la Cédula Cafetera Inteligente y la Tarjeta Cafetera Inteligente, disponen de una banda magnética y un chip que les permite recibir el pago por sus ventas de café, retirar efectivo en las redes asociadas y, para el caso de los productores federados, participar en las elecciones cafeteras, entre muchos otros servicios.

Otro de los aspectos a cubrir con el acceso a las nuevas tecnologías es la gestión de los beneficios derivados de la producción y para ello se ha puesto en marcha la primera Banca Móvil de Colombia, desarrollada por Telefónica Movistar, la Federación Nacional de Cafeteros y el Banco de Bogotá. Gracias a esta plataforma los cafeteros podrán realizar operaciones con el dinero depositado en su Cédula Cafetera Inteligente a través del smartphone, efectuar pagos y solicitar efectivo en establecimientos comerciales. El acceso móvil a Internet permitirá a los productores cafeteros consultar el precio del café, su saldo y los últimos abonos en la tarjeta, sin desplazarse del lugar donde se encuentren. De la misma forma, el acuerdo entre Telefónica y el gobierno del país ha hecho que cada mañana llegue a los agricultores de los distintos predios rurales un informe vía SMS con el precio de mercado al que se está vendiendo el café, las patatas, etc., en la ciudad.

Por otro lado, el convenio firmado por la Pontificia Universidad Javeriana y su Facultad de Derecho, ha puesto en marcha una línea de orientación jurídica y asesoramiento permanente, online y de forma gratuita denominada Consultorio Jurídico Cafetero, para resolver cuestiones jurídicas vía Internet a través de una plataforma virtual.

En cambio, el derecho a la educación y el aprendizaje es vital para paliar la incipiente tasa de analfabetización en entornos rurales y es por eso, que gracias a uso de las nuevas tecnologías se puso en marcha en 2006 el programa denominado Aula Virtual para Cafeteros con la colaboración de la Fundación Manuel Mejía y el apoyo del Ministerio de Comunicaciones de Colombia y el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA). Con este programa se ha podido formar a unos 1.521 cafeteros en las 138 salas de informática distribuidas en los 118 municipios cafeteros del país. Todo un ejemplo de superación y aplicación directa de las tecnologías e Internet en el desarrollo económico, social y cultural del entornos eminentemente rurales como la Comunidad de Caficultores de Colombia.

Imágenes | vía Pixabay y Flickr (by Juan Camilo Trujillo)

 

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