Vivimos en una época en la que Internet lo ha cambiado todo. Nuestra forma de trabajar, de comunicarnos con nuestra familia y amigos, o nuestra participación en las redes sociales ha sufrido una auténtica revolución en los últimos años. ¿Quién imaginaba hace apenas una década que parte de nuestra vida se iba a desarrollar en el modo online?
Hay quien opina, como los analistas participantes en el foro Nethinking 2013, que cada vez mezclaremos más nuestra vida offline con la online, por separadas que ahora nos parezcan. Uno de los ejemplos donde el mundo virtual está alcanzando nuestra realidad diaria es lo que se conoce como crowdsourcing, una forma de colaboración entre todos para financiar proyectos a través de la red.
Dentro de estas iniciativas de trabajo colaborativo, podemos destacar una basada en la búsqueda de financiación a través de donaciones y aportaciones de terceros, también conocida como crowdfunding. A nivel internacional, la plataforma Kickstarter es quizás la más conocida, como fuente de financiación y publicidad de nuevas ideas.
Hoy repasamos algunas de las nuevas vías de crowdfunding dirigidas de forma específica a proyectos de investigación. A menudo se ha considerado que la ciencia ha vivido «encerrada» en una especie de torre de marfil, y a pesar de recibir financiación pública, era extraño ver a los investigadores divulgar sus trabajos en la sociedad. Por suerte, tanto los científicos como los periodistas y la sociedad se están interesando cada vez más por la investigación, de forma que la divulgación está comenzando a ser un pilar importante de la I+D.
Acercar la ciencia a la sociedad, y hacerla partícipe de los proyectos de investigación (en otras palabras, hacer real lo que se conoce como «ciencia ciudadana») es uno de los objetivos de las diferentes plataformas de crowdfunding científico. También, cómo no, obtener financiación específica para diferentes líneas de trabajo e impulsar y acelerar la investigación. ¿Qué ejemplos existen de este crowdfunding de la I+D?
SciFund: la iniciativa pionera
SciFund en realidad no es una plataforma per se, sino una iniciativa llevada a cabo por RocketHub, con el objetivo de «conseguir financiación alternativa para la investigación y conectar a la sociedad con la emoción que se tiene cuando se trabaja en ciencia».
Lejos de ser una utopía, fueron varios los científicos españoles que presentaron iniciativas a este «concurso», para así conseguir financiación que apoyara sus proyectos. Además, fue una buena forma de promover, comunicar y divulgar líneas de investigación entre la sociedad.
Jorge Mederos, por ejemplo, presentó una iniciativa relacionada con el estudio de la fauna de insectos de bosque mediterráneo, ya que podrían servir como reflejo de los cambios a nivel global tras el aumento de temperatura por el cambio climático. Marisa Alonso presentó su proyecto relacionado con el estudio del cáncer en levaduras, mientras que Luis Valledor hizo lo propio con su trabajo en algas, en el que buscaba experimentar cómo «someterlas» a situaciones de estrés, para que así pudieran ser utilizadas de una mejor manera a escala industrial para la producción, por ejemplo, de biocombustibles.
Taracea, de la mano de FECYT
La Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), inspirada en la antigua figura del mecenas (aquellas personas poderosas de la antigüedad que prestaban su apoyo material, económico y logístico a artistas, escritores y científicos), promovió el lanzamiento de Taracea.
El objetivo es buscar apoyo privado, tanto de empresas como de la sociedad en general, para conocidos proyectos de divulgación e innovación científica. Actualmente esta plataforma permite apoyar y donar financiación a iniciativas como un «laboratorio móvil» para llevar la ciencia en un camión a los lugares más recónditos de España, proyectos para difundir las ciencias sociales en la radio o diversos trabajos relacionados con la divulgación de la investigación a pie de calle.
Una de las últimas iniciativas que busca apoyo a través de Taracea es la versión española de FameLab, un proyecto que busca a los mejores divulgadores, que sepan contar con un monólogo de humor un proyecto de investigación. La final de este concurso será en solo unas semanas, pero da buenas muestras de lo importante que puede ser la financiación de proyectos relacionados con la ciencia y su comunicación.
Lánzanos: proyectos para salir «de la caja»
Lánzanos es otra de las plataformas españolas de crowdfunding, que cuenta con un funcionamiento realmente peculiar. Antes de pedir apoyo económico, los proyectos presentados se encuentran «en la caja», y deben ser apoyados por cientos de usuarios para pasar este primer filtro de selección.
Una vez superado, los usuarios pueden donar dinero a las diferentes iniciativas que les resulten interesantes, y dependiendo de la cantidad económica que aporten, recibirán como agradecimiento una determinada recompensa. Es decir, la persona o grupo de personas que lanzan un proyecto siempre le regalan algo a sus mecenas, en caso de que su iniciativa reciba apoyo suficiente.
Lánzanos es una plataforma que apoya ideas muy diversas, pero cuenta con una sección específica de ciencia. Gracias a ella, por ejemplo, se ha conseguido financiación suficiente para el proyecto «Computador biológico«, que busca modificar bacterias para usarlas como «calculadoras» o una línea de investigación relacionada con el mal de Alzhéimer.
Otras plataformas de crowdfunding científico
Recientemente, e inspiradas por los modelos anteriores, han aparecido dos plataformas que buscan financiar colectivamente proyectos relacionados con la ciencia.
La primera es Dono.es, que en su decálogo aconseja a los emprendedores ideas clave sobre cómo conseguir apoyo de sus particulares mecenas. La segunda es I Love Science, una plataforma de financiación que habla de «democratizar» la investigación. En su primer proyecto, buscan el apoyo masivo para una línea de investigación relacionada con la enfermedad de Alzhéimer.
Sin duda alguna, todas las iniciativas que buscan acercar la I+D a la sociedad, deben ser recibidas con los brazos abiertos. Trasladar la importancia de la ciencia a la ciudadanía, a la vez que la hacemos partícipe de los resultados de investigación, es un objetivo fundamental de todos estos modelos de crowdfunding.
Pero si a la vez que conseguimos apoyo masivo para la ciencia, somos capaces de buscar vías alternativas de financiación económica, entonces el reto será doble, y el binomio investigación y sociedad no estará tan alejado como parece en la actualidad.