ChatGPT se lanzó de forma abierta el 30 de noviembre de 2022. Eso quiere decir que el mundo lleva solo un año (aunque ha dado para mucho) asombrándose con lo que puede hacer y lo que puede suponer la inteligencia artificial aplicada a tareas que antes creíamos reservadas a los humanos. Sin embargo, existe un sector y un gremio muy concreto que lleva bastante más tiempo lidiando con la posibilidad de que un asistente les ayudará en sus tareas o, quién sabe, le sustituyera en un futuro. Hablamos de los programadores.
La primera versión de Github Copilot, el asistente de Microsoft con tecnología de OpenAI que ayuda a escribir, pulir e interpretar código, se presentó en junio de 2021. De eso ya ha llovido algo más.
Los developers profesionales fueron entonces los primeros en quedar expuestos a ese asombro extraño que produce ver por primera vez la inteligencia artificial generativa trabajando. Sobre todo, cuando da una respuesta que puede considerarse correcta.
Dos años y medio después, la mayoría de programadores reconocen el elefante en la habitación. Según una encuesta de Stack Overflow con más de 90.000 participantes, el 70% de los desarrolladores planean o la utilizan ya en sus tareas.
¿Cómo han vivido los profesionales de la programación este cambio? ¿Están preocupados por no ser tan imprescindibles a largo plazo o encantados de las nuevas posibilidades que abre la IA? Hemos hablado con varios perfiles distintos para intentar averiguarlo.
Al principio, todo con la IA era escepticismo (y algo de miedo)
David Bonilla es programador y fundador de Manfred, compañía especializada en la contratación de developers de la que salió hace poco para centrarse en nuevos proyectos, y autor de La Bonilista, uno de los boletines con mayor solera del panorama español.
Bonilla cree que “el profesional medio en España sabe ya que algo gordo se está cocinando y es consciente de que no es ninguna tontería, sino que puede llegar a cambiar la industria y ya está cambiando su forma de trabajar”, pero también baja a tierra. “Hemos visto tantos trenes pasar cargados de hype que también creo que la gente sigue siendo cauta por ahora”.
Alba Silvente, por su parte, es fronted developer y devrel en Storyblock. Ella nos cuenta que su primera impresión con la IA no fue demasiado positiva. “Al comienzo me generó rechazo. Veía cómo generaba código y pensé rapidamente en productos clónicos y en mucho código replicado. Además, tampoco me gustó nada que su dataset estaba compuesta por multitud de proyectos de código abierto”, nos explica.
¿Y cómo ha evolucionado esa percepción? Daniel Primo es también desarrollador y creador de Web Reactiva, una comunidad de developers que aúna formación y acompañamiento. Él nos cuenta cómo ha virado en parte el punto de vista de los profesionales que se situaban más alejados de la IA.
“Ha habido un cambio importante. Al comienzo, cuando se lanzó la primera versión de Copilot, lo habitual era cruzarse memes y reírse en cierto modo de lo que hacía mal. Pero es evidente que con el paso del tiempo lo que era motivo de burla ha pasado a ser de ayuda para muchos, especialmente desde que se ha integrado en los editores de código”, explica Primo.
La fiabilidad sigue siendo el principal de los problemas con la inteligencia artificial
El paso del tiempo ha ido haciendo que cada vez más programadores la usen, como nos dicen los datos de la encuesta de Stack Overflow. Pero también deja claro que las dudas sobre sus respuestas siguen vigentes. Apenas un 3% de los encuestados dice que le generan confianza siempre.
“Hay que tener en cuenta que esto tiene implicaciones de muchos grados. El código es algo muy preciado por las empresas: ¿Dónde se guarda y cómo se va a alimentar o no a una IA del código de esos developers según el asistente que usen?”, ejemplifica Primo.
¿Se están quedando los profesionales de Europa o Estados Unidos atrás?
Hay otro dato en la encuesta que puede dar algo de contexto. Los profesionales de India (83%) y Brasil (78%) son los que más utilizan o planean utilizar herramientas de IA en el futuro, posiblemente debido al alto crecimiento de desarrolladores jóvenes en estos países.
¿Acaso mercados más establecidos y con profesionales más senior como Europa o Estados Unidos se están quedando atrás? “La mayoría de empresas ya pagan por versiones premium de estos asistentes, así que no lo creo, pero también hay que dejar claro que cada cambio tecnológico se asocia con una crisis, con todo lo que implica esa palabra. En España, por ejemplo, un developer senior es un profesional que suele estar bien posicionado y bien remunerado, y es normal que genere inquietud, pero al final trabajamos en un sector donde hay que estar en continuo aprendizaje. Esta vez es la IA y es un cambio importante, pero cualquier profesional ya ha tenido que adaptarse durante su carrera a varios frameworks nuevos y nuevas tendencias como pueden ser también las herramientas no-code”, dice Primo, lo que hace que hasta los desarrolladores más contrarios deban convivir con ella.
La compañía para la que trabaja Alba Silvente, Storyblock, es una de las que ya facilitan a sus programadores usar la IA. “Hay personas que no paran de exprimir la IA y ponerla a prueba y otras que siguen siendo puristas y prefieren trabajar todo el código de forma artesanal. En mi caso, poco a poco la he ido incorporando y cada vez le doy más uso, especialmente desde que está integrada en los editores y en las herramientas que uso para mi día a día, como Notion”.
Programar después de ChatGPT
David Bonilla, por su parte, apunta que dentro de Manfred estaban usando la IA para realizar tareas repetitivas donde apenas aporta valor el factor humano. Y nos dice que se ha marcado un reto para el curso que viene. Tras varios años en un perfil directivo, en 2024 quiere volver a programar y, por supuesto, valiéndose de IA.
“Después de muchos años en los que no he dejado de programar, pero no lo he hecho de forma profesional, ahora quiero ponerme las pilas. Y se lo comento a todo el mundo que me quiera escuchar y a todos los técnicos con los que trabajo porque hoy por hoy parece no tener sentido volver a hacerlo como antes, sino teniendo en cuenta todos los nuevos hábitos y todas las herramientas con las que la IA te puede ayudar”, cuenta.
Aun así, recurre a un viejo dicho de la programación que puede resumir la situación actual. “Siempre se ha dicho que si no programas, te programan. Creo que ahora es lo mismo. Hay que valerse de la IA, pero no dejar de lado el factor humano”.
