Uno de los problemas recurrentes que tenemos todas las StartUps es encontrar a gente talentosa, comprometida y motivada para trabajar en ‘tu’ proyecto.
Las StartUps tienen unas características muy concretas a la hora de ir a buscar personal, al menos en Europa – ojo, no digo sólo España. Necesitan gente que esté dispuesta a hacer de todo; que esté dispuesta a trabajar por salarios generalmente más bajos que los de las grandes compañías; tienen que asumir unos riesgos grandes: falta de financiación, bandazos, mala ejecución… Podemos extender la lista todo lo que queramos. Es decir, la gente que trabaja en una StartUp por un salario tiene que tener también un componente emprendedor importante, pero además no les tiene que importar trabajar para un proyecto ajeno e ir haciéndolo poco a poco suyo.
¿Cómo se hace eso? ¿Cómo se encuentra a gente que esté dispuesta a trabajar en una StartUp?
No tengo una varita mágica, pero al menos voy a contar mi experiencia con la esperanza de que ayude a otras empresas a reclutar y, sobre todo, a intentar que los programas de formación en este país dejen de ser la excepción y pasen a ser la norma de las compañías.
Hace algún tiempo decidí, junto con mi socio Fernando, desarrollar una idea que teníamos en la cabeza desde hace algún tiempo. No soy nuevo en esto de emprender, pero lo cierto es que nunca había dejado el colchón de una nómina para perseguir una idea al 100%. La idea conseguimos convertirla en empresa, que fundamos en el Reino Unido (mi socio, vive allí, y allí nos conocimos hace la friolera de 17 años). Y la empresa la teníamos que llenar de trabajadores que nos ayudaran a construir nuestro sueño.
Consiste en un lugar en el que la gente pueda construir su biografía en un entorno digital, guardando sus memorias, compartiéndolas con aquellos que forman parte de esos recuerdos y permitiendo que otras personas rellenen esas memorias que están incompletas o que van evaporándose con el tiempo. Un lugar seguro y privado que al mismo tiempo permita que las memorias “viajen” y “crezcan” como la vida misma. Ya sabes, como lo que ocurre en las conversaciones entre amigos de la universidad, o en esa cena con una pareja amiga.
El sueño es bonito, y bajarlo a la realidad de la tecnología es el reto. Uno para el que se necesitan soñadores que sepan programar, que sean muy buenos, y que sean especiales; que quieran trabajar para una StartUp. Ese tipo de gente no está en paro en España ni en ningún otro sitio. Esa gente que la universidad española, desafortunadamente, no es capaz de formar.
En Hiyalife (que así se llama la idea, hecha realidad), hemos sido afortunados. Hemos buscado, preguntado, asistido a eventos y hemos ido construyendo equipo con los mejores.
Además hemos tenido la suerte de que Wayra en Londres ha confiado en nosotros y hemos formado parte de los ‘elegidos’. Esto nos ha abierto una ventana para echar un vistazo a cómo Telefónica se está enfocando hacia el mundo del emprendimiento y hemos descubierto el programa Talentum, que selecciona a los estudiantes universitarios más inquietos, con motivación emprendedora y disposición de hacerlo en un entorno tecnológico.
Me acerqué a Talentum fiel a algo que me transmitió un buen amigo y que no olvidaré: “Si quieres conseguir a los buenos, vete donde estén, no esperes que llamen a tu puerta”. Allí encontramos a nuestro último fichaje, Alfonso. Alguién muy especial, dentro de un equipo de personas muy especiales, como debe ser el equipo de una StartUp.
Todas las grandes empresas deberían tener su Talentum, y no sólo ayudar al tejido emprendedor de la economía, sino también a transformar su propia cultura como apuesta para blindar su futuro. Será además una gran ayuda para que los emprendedores encontremos gente especial.
Hace unos meses me convocaban en Moncloa para escuchar mi experiencia en el mundo emprendedor y me preguntaban: “¿Qué necesita el ecosistema emprendedor en España para crecer?”. Mi respuesta fue que necesitamos más Talentums, más empresas generando pools de gente especial.
Gracias de antemano a todas las empresas que tienen y tendrán la valentía de implementar estos programas.