Durante el TCT ASIA 2018, uno de los principales eventos tecnológicos en 3D dentro del mercado asiático, la empresa DediBot, con sede en Hangzhou, dio a conocer la primera impresora que será capaz de volar mientras que fabrica estructuras en 3D. Es la impresora voladora 3D para la construcción, bautizada por sus creadores como “Fly Elephant”.
“Usar UAV (vehículo aéreo no tripulado) como unidades de ejecución de impresión mientras se mantiene una precisión muy alta para lograr una rápida creación de prototipos de grandes estructuras” ha sido considerada la clave de un proyecto pionero de impresión 3D, y que, aunque se encuentra aún en fase de prototipo y solo permite imprimir hasta ahora pequeñas estructuras de cemento, ha sentado las bases para pensar en grandes construcciones en un futuro que no parece muy lejano. Grandes edificaciones, rascacielos, obras en puentes… Este avance marcaría un antes y un después en un sector que ha visto cómo la tecnología y la innovación se focalizaban en otros ámbitos durante la última década.
En cuanto a los detalles técnicos que han trascendido, parece que la impresora puede funcionar de forma individual o formando un grupo con otras de su familia, además de poseer una precisión de 0,1 mm. Una de las cuestiones más interesantes a tener en cuenta es el desarrollo de la tecnología OAM (Operations, Administration and Management) de la impresora 3D, que podría ser transferida a entornos de gravedad cero o submarinos, suponiendo así un nuevo mundo de posibilidades infinitas.
Este desarrollo, que espera ser una revolución dentro de la fabricación aditiva de casas, se une de este modo a otros productos que fueron revolucionarios en su momento, como la Hangprinter del fabricante sueco Torbjon Ludvigsen, capaz de suspenderse en el aire mediante unos filamentos, utilizando los medios de su alrededor como parte de la impresión para iniciar la fabricación de una pieza.
Un ahorro en costes de un 35%
Son muchas las compañías tecnológicas que ven en la impresión 3D un mundo de posibilidades aún por explotar y, en este sentido, este “volador” avance no puede pasar desapercibido.
Relacionado con este desarrollo, y también dentro del sector de la construcción, solo hace unos días hemos conocido cómo se ha llevado a cabo el levantamiento de la primera vivienda construida en España utilizando únicamente una impresora 3D. Con paredes de hormigón, un ahorro en los costes de un 35%, y un rápido proceso de construcción (se levantan 60 metros cuadrados en tan solo 12 horas), esta innovación ya es palpable. Se trata de un proyecto de la start-up valenciana Be More 3D, en colaboración con otras entidades como la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y Schneider Electric. El proyecto piloto se está llevando a cabo en el propio campus de la UPV. Según afirman desde la compañía valenciana, este es solo el primer paso, y ya existe un siguiente reto: la construcción de dos viviendas piloto en Madrid y 7 en Cuenca.