Las autoridades marítimas de Dinamarca probarán los drones Skeldar V-200 para detectar las emisiones de dióxido de sulfuro.
En Dinamarca han puesto en marcha un sistema novedoso para asegurar que los barcos cumplen la normativa de emisiones. Han adaptado drones para que puedan detectar si los buques traspasan la frontera en materia de dióxido de azufre.
Las autoridades marítimas han tomado los drones Skeldar V-200, fabricados por Saab, para este cometido. A las aeronaves se les ha equipado con un sensor para detectar y medir en tiempo real las emisiones de dióxido de azufre.
El operativo consiste en acercarse a 90 metros de distancia del barco y medir entre cinco y diez minutos. Con ello se evalúa la cantidad de dióxido de azufre que emite el buque por su sistema de escape. A partir de esta maniobra se obtienen datos en tiempo real. Toda la información se transmite directamente a las autoridades marítimas danesas.
Si se encuentran registros que contravienen la normativa europea, estos se envían automáticamente al organismo encargado de establecer las sanciones. Los drones están pensados para agilizar el proceso de cumplimiento con las directivas europeas de emisiones.
Los drones ofrecen un abanico de posibilidades para ejercer este tipo de control. No es la primera vez que se ausculta desde el cielo para detectar problemas medioambientales. Incluso la contaminación lumínica se ha intentado vigilar con aeronaves no tripuladas.
Drones adaptados a controlar la polución
El Skeldar V-200 no es un dron como los que estamos acostumbrados a ver, generalmente de consumo. Se trata de una aeronave de gran formato. Su peso da idea de las dimensiones. Son 235 kilos. Solo cuenta con un rotor, es decir, es tipo helicóptero. Mientras que usa queroseno como combustible, en lugar de una batería de litio.
Estas características lo sitúan más del lado de los medios aéreos convencionales, pero funciona sin tripulación. La ventaja del combustible es que tiene una autonomía de vuelo de cuatro horas, muy superior a las habituales. Además, sus especificaciones le permiten volar hasta a 50 kilómetros de distancia. También cuenta con cámara térmica para fotografiar a los barcos durante el día y la noche.
De la misma forma, otros proyectos han tratado de adaptar drones existentes e incluso crear otros nuevos desde cero. En el cuidado del medio ambiente destaca la propuesta de científicos australianos, que monitorizan la Gran Barrera de Coral. Para ello han empleado aeronaves no tripuladas, que cuentan con importantes ventajas respecto a los medios tradicionales. Los drones pueden volar por debajo de las nubes y obtienen imágenes más precisas.
Existen iniciativas más allá de la vigilancia. Aunque estas son más escasas. En el terreno ambiental, la empresa BioCarbon Engineering ha diseñado drones capaces de plantar 100.000 árboles en un día.
Imágenes: smith_cl9, Saab Skeldar
