Orca, el dron submarino de Boeing, será un monstruo de las profundidades oceánicas, con una autonomía de 12.000 kilómetros.
El mundo de los drones se haya constreñido a nivel técnico por un factor decisivo: la autonomía. En el campo aéreo se trata de una barrera para crear aeronaves autónomas que viajen a largas distancias. Aunque existen proyectos destinados a explorar combustibles alternativos a las baterías convencionales. El ejemplo más extremo de estos intentos quizá sea el de Natilus, una empresa estadounidense que desarrolla un vehículo capaz de cruzar volando el Pacífico en un solo trayecto.
Este tipo de proyectos requieren del combustible que usan los aviones. Pero lo habitual es construir los vehículos con motores de consumo energético más reducido. En el ámbito marino, donde es también muy importante la autonomía, queda descartado el queroseno. Así que se explora la posibilidad de usar fórmulas con más densidad energética que una batería de ion-litio, como el hidrógeno.
La propuesta de Boeing ha superado a todo lo explorado anteriormente. La compañía construirá Orca, un dron submarino que puede recorrer 12.038 kilómetros en los fondos oceánicos. El proyecto se llevará a cabo para la Marina de Estados Unidos, con lo que tiene fines militares. Pero la tecnología bien podría utilizarse en el futuro para proyectos de investigación científica.
El dron submarino de Boeing estará propulsado por un motor de diésel y electricidad. Esto le permitirá bucear a sus anchar lo suficiente para cruzarse el océano Pacífico. Solo para hacerse una idea de las distancias: entre San Francisco y Tokio hay 8.265 kilómetros. Al este vehículo autónomo le sobraría casi un tercio de su autonomía después de realizar el viaje.
El monstruo marino tiene 15 metros de largo y 2,5 de ancho. Pesa 50 toneladas y tiene una capacidad de carga de 56,7 metros cúbicos. Sus misiones serán el reconocimiento autónomo de las aguas, así como tareas de corte militar, como combatir las minas o cargar torpedos.
Para recorrer por sí solo las profundidades, el dron submarino de Boeing está dotado de un sistema de navegación autónomo avanzado. Su coste, en comparación con el de un submarino tripulado será mucho menor. La Marina estadounidense ha firmado un contrato con Boeing por 43 millones de dólares para construir cuatro de estos vehículos. Actualmente, el coste de un submarino nuclear se mide por miles de millones de dólares.
Investigar los fondos marinos mediante robots autónomos
El carácter de este vehículo autónomo está claro. Pero en el futuro la tecnología se podría aplicar al campo civil. En estos momentos los científicos que exploran los fondos marinos se sirven de robots autónomos para hacerlo. Llevan a cabo incluso misiones en condiciones extremadamente difíciles, como en la Antártida.
Evidentemente uno de los quebraderos de cabeza de este tipo de drones marinos es siempre su autonomía. Los sistemas energéticos no aguantan un recorrido extenso por el momento, cuando en muchas ocasiones sería útil que sí lo hicieran. Es el caso de LarvalBot, un proyecto para repoblar la Gran Barrera de Coral con un vehículo autónomo.
Imágenes: Boeing