El proyecto Dropter impulsa el desarrollo de drones voladores para garantizar la seguridad de los vehículos exploradores durante el aterrizaje sobre la superficie marciana
Tras el éxito de la grúa espacial que bajó al vehículo explorador Curiosity de la NASA sobre la rocosa superficie de Marte, quedó demostrada las posibilidades que ofrece el uso de drones en Marte para la entrega precisa de vehículos exploradores sobre su superficie. Por eso el último proyecto de la ESA StarTiger nace con el propósito de demostrar el potencial europeo en el desarrollo de drones para mejorar la capacidad de precisión en el aterrizaje de dispositivos espaciales sobre la superficie marciana, evitando laderas, campos de rocas u otros accidentes geográficos que pudieran dificultar la misión.
Este nuevo enfoque de la ingeniería espacial llevó a reunir a un nutrido equipo de científicos e ingenieros europeos en las instalaciones que Airbus Defence & Space tiene en Bremen, para desarrollar soluciones basadas en dispositivos de vuelo no tripulados que garanticen la seguridad en el aterrizaje de los vehículos exploradores tipo rover en sus misiones a Marte. En el proyecto Dropter de StarTiger participan ingenieros del Centro de Investigación Alemán de Inteligencia Artificial, la empresa aeronáutica SpinWorks de Portugal y el Instituto de Tecnología de Ingeniería de Control y de la Información de la Universidad de Poznan en Polonia.
Tras ocho meses de trabajo, el equipo de Dropter ha sido capaz de desarrollar el prototipo preliminar de un dispositivo de vuelo no tripulado, capaz de visualizar y detectar a cierta altura cualquier tipo de riesgo sobre la superficie. La tecnología integrada en el drone puede identificar un lugar seguro donde realizar la entrega planeando a una altura máxima de seguridad de 17 m, para luego proceder a la bajada del vehículo explorador reduciendo suavemente su altitud hasta los 10 m.
El sistema de izado del vehículo tipo rover se realiza de forma automática una vez detectado un lugar seguro donde realizar el aterrizaje. Mediante un sistema de cables, el drone baja el rover manteniendo su posición en el aire, garantizando la estabilidad y seguridad del vehículo hasta llegar a la superficie rocosa de Marte.
Para las primeras pruebas llevadas a cabo en las instalaciones de Airbus Trauen, en el norte de Alemania, se han utilizado componentes de Quadcopters comerciales, tecnología GPS y sistemas inerciales para mantener su posición en el aire durante la bajada del rover hasta la superficie. Pero posteriormente se sustituyó esta tecnología por otra más avanzada y precisa basada en un sistema de navegación de visión estereoscópica para navegación autónoma, complementado con un telémetro láser para medir distancias de forma remota y un barómetro para permitir el aterrizaje de forma autónoma.
El drone ha sido probado con éxito en un campo de pruebas que simula las condiciones geográficas del planeta rojo. Para ello fue necesario construir a escala una superficie de unos 1.600 m2 del paisaje de Marte, con todo tipo de accidentes geográficos capaces de poner a prueba las habilidades del drone diseñado por el equipo de Dropter.
Los buenos resultados de este prototipo demuestran el potencial que tiene el uso de drones para la ingeniería espacial y supone todo un abanico de posibilidades por explorar para las futuras misiones espaciales a la superficie marciana.
Imágenes | vía ESA