Un nuevo informe de la revista The Lancet alerta de las consecuencias nefastas de la crisis climática para la salud de los niños y las niñas que nazcan hoy sino se toman medidas urgentes.
Hace unos días os adelantábamos desde Blogthinkbig.com la estrecha relación entre el cambio climático y sus efectos en nuestra salud, en este caso a nivel nutricional. Como consecuencia del calentamiento global, del aumento del CO2 y del nivel de los océanos, asistimos a episodios anormales como sequías extremas, graves olas de calor o inundaciones.
Todo esto afecta, sin duda, a la agricultura y a la pérdida de nutrientes en los alimentos que consumimos día a día. Se ha producido una disminución de la concentración de proteínas, vitaminas y minerales, a la vez que un aumento del almidón en nuestra alimentación, lo que afecta a la salud de la población de todo el mundo.
Inseguridad alimentaria y propagación de enfermedades
Un nuevo informe publicado en la revista The Lancet alerta de que el cambio climático amenaza gravemente la salud de los niños y las niñas a nivel mundial debido a sus efectos devastadores ya visibles en nuestra salud. En este estudio han intervenido cerca de 100 expertos y 35 instituciones globales para analizar un total de 41 indicadores que demuestren los efectos del cambio climático en la salud.
Uno de los aspectos que más preocupa es la malnutrición debido a la inseguridad alimentaria y las enfermedades infecciosas como las diarreicas dado que los efectos climáticos aceleran su propagación. «El camino que elija el mundo hoy afectará de manera irreversible el futuro de nuestros hijos», ha asegurado Stella Hartinger, investigadora de la Universidad Cayetano Heredia de Perú y una de las principales autoras de la investigación.
En este sentido, el equipo de investigadores e investigadoras ha marcado dos posibles situaciones para la salud global en el futuro de acuerdo con el calentamiento global del planeta. En el caso de que se mantenga al menos en 1,5ºC la temperatura y se cumpla el Acuerdo de París, un bebé que hoy nazca crecería en un mundo con nivel cero de emisiones CO2 cuando tuviera 31 años y garantizaría su bienestar.
En caso contrario, si los gobiernos continúan sin ejecutar soluciones específicas y buena parte de la población sin concienciarse, un niño o niña nacida hoy se encontraría en su edad adulta con 4ºC más de calentamiento de la Tierra y los impactos en su salud serían irreversibles. Adiós al aire limpio, al acceso seguro y de calidad a agua potable e inseguridad alimentaria.
Los niños y niñas son el sector más vulnerable ante los efectos de la destrucción del planeta porque su sistema inmunitario todavía está en desarrollo y son más propensos a sufrir enfermedades y a estar expuestos a factores medioambientales.
Enfermedades transmitidas por mosquitos
«El cambio climático definirá la salud de toda una generación», augura el director de The Lancet, Nick Watts. «Las temperaturas más altas registradas en Europa Occidental y los incendios forestales en Siberia, Queensland y California provocaron asma, infecciones respiratorias e insolación. Y el nivel del mar está subiendo a un rimo cada vez más preocupante», aseguran.
La propagación de enfermedades infecciosas y diarreicas es un hecho que ya está ocurriendo debido al cambio climático porque hay que recordar que el agua es el principal transmisor de enfermedades y en buena parte del mundo no existe un acceso seguro.
Algo similar ocurre con las enfermedades transmitidas por mosquitos como el dengue, ya que el aumento de la temperatura global ha provocado su dispersión en buena parte de Europa. En el caso de España, señalan los expertos del estudio, «tenemos unas condiciones muy buenas para que los mosquitos que transmiten ciertas enfermedades lleguen y se instalen aquí y llegado el caso, adquieran el patógeno para transmitir la enfermedad. Lo estamos viendo ya con los primeros casos endémicos de estos días», asegura Jaime Martínez-Urtaza, científico del Centre for Environment Fisheries and Aquaculture Sccience (Cefas) de Reino Unido.
El bienestar de las próximas generaciones está en juego y es una amenaza latente ante la que tenemos que actuar desde para evitar posibles consecuencias irreversibles en la salud pública mundial y debe ser parte de la agenda política de todos los gobiernos.