¿Cómo influye el cambio climático en que lo que comemos tenga menos nutrientes?

Pocos de nosotros –excepto vosotros atrevidos- beberíamos de un vaso sin saber qué contiene. Sin embargo, con la comida no ocurre lo mismo. ¿Sabemos realmente lo que estamos comiendo? Muchos científicos ya afirman que el cambio climático afecta negativamente a los alimentos que ingerimos.

El incremento del dióxido de carbono no se ha visto frenado desde el inicio de la Revolución Industrial. Este elemento se encuentra en las plantas y, por lo tanto, en nuestra comida. Aunque no sería justo no reconocer que el CO2 ayuda a la producción de alimento cada día.

Es uno de los factores que permite acelerar la productividad agrícola para que todos podamos comer, o al menos una gran parte de la población. Cabe destacar que, actualmente, más de 820 millones de personas no comen lo suficiente cada día.

Por lo que podríamos decir, que gracias al CO2 se cumple diariamente el segundo objetivo del desarrollo sostenible global: acabar con el hambre en el mundo. Sin embargo, el cambio climático ha afectado a la actividad en la agricultura. El mundo se ha convertido en un lugar de extremos climáticos: mayor temperatura con olas de calor y de frío, inundaciones o sequía, entre otros. Todo esto implica grandes pérdidas en la producción.

A pesar de que el dióxido de carbono ayuda a que la producción sea más eficiente, tiene otras consecuencias que afectan negativamente a la industria tanto como el cambio climático. La rápida obtención de alimentos provoca un incremento de la síntesis de carbohidratos (almidón y azúcar) y disminuye la concentración de proteínas, vitaminas y minerales. Estos últimos son imprescindibles para la salud del ser humano.

La mayoría de los macronutrientes se ven afectados por la alta concentración de CO2

Los macronutrientes son todos aquellos que abastecen al cuerpo de la energía metabólica suficiente para mantenerse sano. Los más perjudicados son el hierro y el zinc. La falta del primero puede desembocar en anemia, mientras que el segundo se relaciona directamente con la falta de apetito.

Kristie Ebi estudia y desarrolla mejoras para la sociedad, teniendo en cuenta cómo incide el cambio climático en ella. De esta manera, manifiesta que si se comparan los índices de CO2 del siglo XX con los de ahora se concluye lo siguiente: la proteína en los alimentos ha disminuido en un 10%, el hierro en un 8% y el zinc en un 5%.

https://www.ted.com/talks/kristie<em>ebi</em>how<em>climate</em>change<em>could</em>make<em>our</em>food<em>less</em>nutritious/transcript#t-182332

A pesar de que esto no parezca un gran cambio, todo ello empeora de forma directa la salud de la población mundial. El detrimento de la proteína, por ejemplo, ha beneficiado el aumento del almidón en nuestro menú habitual, lo cual resulta menos favorable para el organismo.

Tal y como determina Kristie Ebi en su charla de TED2019: “Si la presencia de CO2 sigue creciendo, las consecuencias serán muy graves para la salud del ser humano”. En 50 años, los continentes más perjudicados serán Asia y África, pero los expertos estiman que más de 125 millones de personas podrían verse dañadas alrededor del planeta.

La conclusión es evidente: “Necesitamos reducir los gases que provocan el efecto invernadero ahora para que no tengamos que preocuparnos de las graves consecuencias en unas décadas.”

Si quieres saber más sobre cómo hacer frente al cambio climático no dudes en conocer la V Iniciativa de Innovación Sostenible que ha llevado a cabo Telefónica.

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