Se trata de la perovskita, un cristal cuántico que imita el comportamiento de la memoria. Su aplicación podría desarrollar una Inteligencia Artificial más avanzada.
La revolución digital está posibilitando que los robots se creen a imagen y semejanza de los humanos. Cada vez más, son capaces de desarrollar actividades laborales como trabajar en supermercados, recolectar fruta o superar el examen de medicina en China.
Además, ahora comienzan a adquirir nuestras cualidades físicas. En este contexto se han presentado estudios en los que ya diferencian entre frío y calor; o se han creado músculos blandos para una mejor articulación. Aunque todavía no se había avanzado en el campo de la memoria.
Alguna vez en nuestra vida todos hemos experimentado momentos en los que olvidamos lo que comimos ayer o lo que acaba de decir un compañero. Nuestro cerebro descarta datos innecesarios para albergar nueva información. Una sensación que hoy en día no está presente en robots ni máquinas. Pero esto también podría cambiar.
Los científicos siguen en la búsqueda de un hallazgo que pueda mejorar la potencia y la inteligencia de las computadoras actuales. Inspirados por este olvidado humano, investigadores del Laboratorio Nacional de Argonne del Departamento de Energía de EE.UU, en colaboración con el Laboratorio Nacional de Broolhaven y tres universidades, acaban de presentar un estudio en el que se ha ensayado por primera vez con un material que “olvida” gradualmente.
La perovskita es capaz de imitar el comportamiento de la memoria humana
Se trata del llamado perovskita cuántica, un cristal descubierto hace más de un siglo. El elemento fue examinado mediante una simulación de ordenadores y rayos X.
En el experimento se insertaron y eliminaron protones reiteradamente recreando una situación similar a la de nuestro cerebro. Conforme el proceso se repite, el material se adapta a los nuevos estímulos que está sufriendo hasta que olvida que las cosas fueron diferentes alguna vez.
De esta forma, los científicos fueron capaces de reprogramar el elemento tras haber sido expuesto a distintos impulsos.
“Es difícil crear un material vivo que no muestre un patrón parecido a un tipo de olvido, pero el material específico con el que trabajamos puede imitar ese patrón de comportamiento”, afirmaba el coautor de la investigación, Subramanian Sankaranarayanan, en el comunicado emitido por Argonne.
¿Un futuro con una IA más avanzada?
Con la vista puesta en el futuro ya se trabaja para descubrir otros materiales que cuenten con propiedades similares a los mostrados por perovskita, así como nuevas formas de programarlos.
La perovskita podría desarrollar una Inteligencia Artificial más avanzada o modelos de aprendizaje biológico más complejos. En próximos años podríamos ver reconocimiento facial con razonamiento o toma de decisiones similares a las humanas.
Con esta investigación se acaba de difuminar la dificultad que hasta el momento estaban teniendo los investigadores para conseguir mecanismos con la complejidad y flexibilidad “neurológica” de los humanos.
¿Llegarán las máquinas a funcionar como un cerebro biológico?
