Las falsificaciones en el sector de la tecnología son cada vez más sofisticadas. La startup ALISE DEVICES pretende combatirlas con más tecnología.
En torno al 10% de los productos vendidos en el mundo son falsificaciones. El mercado de las copias ilegítimas supone pérdidas anuales para fabricantes y marcas valoradas en más de 650.000 millones de dólares, pérdidas de puestos de trabajo, impuestos no recaudados y lo que es más alarmante: un riesgo cada vez mayor para la salud de los consumidores.
Las nuevas tecnologías y el comercio electrónico han democratizado las prácticas de consumo facilitando la experiencia de compra. Cualquier individuo puede adquirir el objeto de su deseo con un solo clic, sin moverse de su casa. Pero como es habitual con los grandes avances de la humanidad, la práctica siempre va por delante de la legislación. Y la velocidad con que el escenario global está cambiando dificulta el control de estos canales de distribución. Internet es entonces, una puerta abierta a las redes de falsificadores y al crimen organizado que sin escrúpulos se lucran a costa de la seguridad del consumidor.
El ranking de los productos más falsificados está encabezado por los medicamentos, seguido muy de cerca por recambios de automóvil, productos electrónicos, alimentos y juguetes.
Cambios recientes en una práctica antes marginal han convertido el juego de las falsificaciones en una peligrosa experiencia. Y es que hace unas décadas el consumidor que adquiría una falsificación lo hacía a través de canales ilegítimos y a un precio muy inferior al del producto original. Sin embargo, en los últimos años los falsificadores se han sofisticado mucho y disponen de recursos para replicar las webs oficiales o para hacerse pasar por distribuidores multimarca autorizados. Así pues, productos falsos y peligrosos en ocasiones, llegan hoy hasta los confiados y desprotegidos consumidores. Es el caso de quienes, fieles a las marcas, creen estar adquiriendo bienes originales y que pagan el precio real de los mismos.
Pero no todo son malas noticias en este peligroso escenario: ha sido un grupo de científicos expertos en materiales avanzados quienes desde la Universidad Pública de Madrid han desarrollado una potente solución. Carlos Carrasco, responsable de I+D y del proceso de fabricación dice: “ALISE DEVICES es una startup que fundamos los inventores de la tecnología en la que se basan nuestras soluciones antifalsificación”. Beatriz Cerrolaza, desarrolladora de negocio y directora de ventas señala: “Fuimos los benjamines del equipo, Carlos y yo, los que abandonamos la universidad y nos pusimos al frente de la empresa. Desde el principio, contamos con el apoyo y el respaldo del Comité Tecnológico integrado por los otros tres socios cofundadores de la compañía y coinventores además de la patente internacional que protege la tecnología.”
Ante el cambio constante del mercado global los consumidores necesitan nuevas herramientas que salvaguarden su seguridad. Los clientes fieles esperan de sus marcas de confianza medidas y soluciones para reforzar su confianza en estos nuevos canales de compra.
“En ALISE DEVICES pensamos que la mejor manera de atajar los problemas derivados de la tecnología es precisamente con más tecnología. Somos un equipo de investigadores y ahora empresarios que nos posicionamos en el lado de los buenos. Muy pronto veréis nuestra solución en el mercado”, promete Beatriz Cerrolaza.
El empleo de tecnología puntera y sofisticada convertida en soluciones fáciles de utilizar por cualquiera es uno de los frentes de batalla clave junto con las acciones legales y la protección de la cadena de suministro. Marcas, abogados y tecnología aunando fuerzas ganarán la guerra a los falsificadores.
LILIAC, el producto para combatir las falsificaciones
Su invención consiste en una lámina extremadamente delgada y flexible, del color, tamaño y forma que se desee. A la luz natural es transparente, pudiéndose ver a su través. Pero la magia se hace cuando exponemos dicha “etiqueta” a la luz que emiten dispositivos de uso cotidiano como la pantalla de un smarthpone, un monitor de ordenador o una televisión LCD. Una sofisticada solución ópticamente variable que consiste en la visualización de diferentes imágenes de gran resolución en cada una de las caras de esa película sin interferencia entre ellas.
Un material único cuya proceso de fabricación se mantiene bajo secreto industrial y que soporta condiciones extremas de presión, temperatura, humedad y lavados. Insertable en cualquier producto, protege la marca y su imagen, pero lo que es más importante, es una herramienta destinada al consumidor final y a salvaguardar su seguridad. Una solución que reúne dos excelentes propiedades. Se trata de una solución muy fácilmente reconocible y que puede ser verificada por un inspector no experto (usuario final) a la vez que es tan compleja de fabricar técnicamente que es hoy por hoy infalsificable.