La formación en línea es una modalidad educativa con más de cuarenta años de evolución. La Universidad de Phoenix, en Estados Unidos, fue la primera en ofrecer cursos online en 1976. El concepto de elearning como un tipo específico de educación a distancia se formaliza dos décadas después, en 1996.
Mucho se ha avanzado desde esos pasos iniciales del aprendizaje electrónico. En la actualidad tecnologías como la inteligencia artificial, el big data y el almacenamiento en la nube forman parte de la innovación en esta modalidad educativa.
Formación en línea: de los mitos a la realidad de sus avances
A pesar de sus beneficios y avances, todavía hay mitos en torno a la formación en espacios virtuales. En este artículo vamos a analizar dos de ellos y desmentirlos en función de los beneficios del uso de la tecnología en la educación.
El primer mito se asocia a la calidad y los resultados de la educación en línea. El segundo gira alrededor de la aceptación de la formación online en el mercado laboral.
Mito 1: La formación en línea es de menor calidad
Este es uno de los cuestionamientos más escuchados hacia el elearning. Se basa en la percepción de que la formación en instituciones presenciales es más completa. La realidad es que ninguna de las dos modalidades es mejor que la otra.
La educación presencial y la educación en línea son tan buenas como la calidad de los procesos educativos que se desarrollen. También es decisivo el compromiso de sus actores, es decir, docentes, estudiantes, facilitadores, entre otros.
La formación en línea incluye aspectos de calidad en donde se exige:
- El cumplimiento de estándares para los programas de estudio y las plataformas elearning. Entre los más reconocidos están los estándares definidos por la Advanced Distributed Learning initiative (ADL) y el E-Learning Consortium. La Alliance of Remote Instructional and Distribution Networks for Europe (ARIADNE) ha sido un referente en Europa, a la par que el World Wide Web Consortium (W3C) define muchos de los estándares para las tecnologías utilizadas en este sector.
- La certificación de los procesos educativos en línea. Para lo cual las instituciones consideran en el diseño de sus procesos educativos especificaciones con reconocimiento internacional. Tal es el caso de estándares definidos por la SCORM (Sharable Content Object Reference Model), el IMS Global Learning Consortium o el AICC (Aviation Industry Computer-Based Training Committee).
- La evaluación de la calidad de los programas de elearning, utilizando por ejemplo normas internacionales como el Open ECBCheck.
Mito 2: Es mejor un título «tradicional»
Es un hecho que tener un título universitario te abre más posibilidades de obtener un mejor puesto de trabajo. Sin embargo, esto puede variar según la empresa en la que estés interesado o el área profesional.
Las compañías que trabajan con tecnologías disruptivas requieren de perfiles asociados a la creatividad y a la innovación, para los cuales pocas universidades con programas “tradicionales” de formación logran cubrir.
La necesidad de actualización continua tiene en la formación en línea una respuesta. Los empleados de una empresa pueden conciliar el elearning y el trabajo a fin de desarrollar nuevas competencias.
Algunos de los beneficios que hacen a la formación en línea una modalidad aconsejable, tanto para los futuros profesionales como para las empresas que invierten en la preparación de su personal son:
- Titulación homologada y equivalente a la obtenida en estudios presenciales.
- Reducción de gastos.
- Tiempos personalizados.
- Aprendizaje móvil (m-learning).
- Sin barreras geográficas.
- Combinación de distintas modalidades y niveles de certificación.
La formación en línea es una modalidad enriquecida
La realidad es que la formación en línea es una modalidad educativa en crecimiento y su atractivo se ve incrementado por:
- Estrategias educativas centradas en el alumno.
- Programas pertinentes y flexibles.
- Contenidos actualizados.
- Interactividad en los ambientes virtuales de aprendizaje.
- Adaptación a las necesidades del estudiante, con el acompañamiento de tutores o facilitadores.
No en vano, en Estados Unidos el 77% de las organizaciones ofrecen programas educativos en línea para el desarrollo de competencias laborales. Mientras que Europa Occidental ocupa el segundo puesto en el consumo de herramientas de formación online, con un volumen de inversión de más de 5.500 millones de euros en 2019.
Las empresas requieren actualmente agilizar su transformación digital para ser más competitivas. Esto aumenta la solicitud de personas con conocimientos y habilidades que ayuden a las empresas a dar ese salto.
La formación en línea es una modalidad en donde la interacción constante con las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) incrementan el desarrollo de diversas competencias digitales.
Como un ejemplo puntual tenemos el aumento del teletrabajo en España. Varios informes de CaixaBank Research señalan que en 2020 el 32,6% de los empleados podría potencialmente teletrabajar. En comparación con 2019, donde solo el 8,3% tenía esa oportunidad.
La formación en línea es, hoy por hoy, una de las opciones más convenientes para mantener una actualización continua de nuestros conocimientos. Estar preparados para la evolución profesional y laboral es posible sin limitación de espacio o tiempo gracias al elearning.