Generar electricidad en Europa mediante fuentes limpias es uno de los pilares sobre los que se asienta el futuro europeo. Una manera de asentar las bases para una mayor sostenibilidad y reducir nuestra huella en el planeta desde todos los ámbitos: empresas, ciudadanos y organismos públicos.
Sin embargo, no todos los países europeos son iguales. Su geografía, su pasado y su idiosincracia hacen que en Europa encontremos diferentes situaciones y que algunos países destaquen en determinadas fuentes de energía o en otras. Es más. Aunque Europa está en un periodo de transición hacia la independencia de fuentes contaminantes, eventos sucedidos en los últimos años han tenido efectos no deseados.
Sea como fuere, recopilando datos de distintas fuentes encontramos que, si bien la mayoría de países miembros han hecho los deberes, todavía falta un pequeño empujón para librarnos de fuentes como el carbón, el gas o el petróleo y optar por el viento, el sol o el agua para generar limpiamente electricidad en Europa.
De dónde venía la electricidad en Europa
Empezamos con un informe de Ember, un think tank inglés cuyo objetivo es promover las energía limpias. En uno de sus muchos documentos, explica que las fuentes de electricidad en Europa entre 2011 y 2019 potenciaron claramente las energías renovables frente a otras como el carbón o la nuclear. Una tendencia que ha seguido viviéndose entre 2019 y 2021.
La energía renovable generada entre 2019 y 2021 en territorio europeo sustituyó principalmente el gas natural, parte de la nuclear eliminada en países como Alemania principalmente, y parte del carbón. España o Grecia por ejemplo, están a la cabeza en su abandono del carbón. Mientras que Polonia o Alemania han aumentado el uso de carbón al quedarse sin su fuente principal de gas natural, Rusia, en el contexto de la invasión de Ucrania.
Pero no todo son malas noticias. El carbón suponía el 25% de la generación de electricidad en Europa en 2011. En 2021, esa cifra ha bajado hasta el 14%. Y la ida es que baje más todavía en los próximos años. Por su parte, la apuesta nuclear sigue estable. Del 29% de peso en 2011 sigue en un 25% en 2021. Países como Alemania optaron por el cierre de instalaciones nucleares. Pero Francia o Reino Unido, entre otros países europeos, mantienen su funcionamiento como fuente de energía estable con un impacto menor que el carbón o el gas natural. Precisamente, el uso de gas natural se mantiene en el 19-20% en estos diez años de diferencia.
Una transición energética que va por territorios
Según Visual Capitalist, a partir de datos de distintas fuentes, países como Francia, Suecia, Bélgica, Finlandia, Eslovenia, Eslovaquia, Hungría o Ucrania tienen la energía nuclear como principal fuente para generar electricidad en Europa. Por número de reactores, la lista la encabezan Francia, que cuenta con 56 (y uno en construcción), Ucrania con 15 (y dos en construcción), Reino Unido con 9 reactores (y dos en marcha), España con 7, Suecia con 6 y Finlandia con 5.
Respecto a la energía hidráulica, aunque su peso europeo es del 13%, hay países en los que esta fuente renovable es capital, como ocurre en Suecia, Noruega, Islandia, Portugal, Austria o Rumania, entre otras. Y en energía eólica, el rey del viento es España, seguida a mucha distancia de países como Dinamarca o Lituania. Precisamente, se destaca de España su abandono del carbón y su antigua dependencia del gas natural hacia un modelo basado en las fuentes eólica y solar. Apoyadas con la nuclear, siempre fiable, y cuando es posible con la hidráulica, el resultado es que desde hace más de un año, más del 80% de energía generado a diario en España es renovable o no emisora de CO2.
En la lista negativa, tenemos a países como Reino Unido, Irlanda, Italia o Grecia, que todavía dependen principalmente del gas natural. Y luego están los países que siguen quemando carbón, como Alemania, Polonia, República Checa o Turquía.
Un futuro de energías renovables en toda la UE
Volviendo al ámbito positivo, la energía solar y la del viento fueron las más productivas en la Unión Europea por primera vez en 2022. En concreto, generaron una quinta parte de la demanda de electricidad en Europa, más que el gas, el carbón o la nuclear. En concreto, la solar alcanzó una cifra récord, lo que ayudó a reducir los cada vez más altos costes del gas natural. Y destacan aquí países como Países Bajos, España o Alemania.
El conflicto de Ucrania y la constante amenaza de sequía en gran parte de Europa está afectando a la transición energética europea. Pero esto se ve compensado por las inversiones ya realizadas y por la fuerte apuesta, desde hace unos años. por fuentes renovables, como la eólica en España, que se verá respaldada en el futuro por la eólica marina.
El futuro de la Unión Europea pasa por alcanzar en 2050 la neutralidad de carbono. Es decir, para entonces, debemos haber reducido o eliminado el uso de combustibles fósiles y de depender de fuentes renovables como las antes mencionadas. Un futuro que pasa por sistemas energéticos más eficientes, baterías más potentes que permitan almacenar energía para cuando las renovables no estén disponibles, o alternativas menos contaminantes como el hidrógeno.