Tal y como vimos en el pasado CES 2013, varios gigantes de la electrónica como LG, Samsung Electronics y Sony Corp., entre otros, han apostado fuertemente por el formato de ultra-alta definición 4K, así como por el actual desarrollo de la tecnología estéreo 3D. El desarrollo de contenido compatible con la tecnología 4K y la transformación de las infraestructuras de la redes para dar soporte a las velocidades en las transferencia de datos que el contenido 4K requiere, parece que consolidará esta tecnología a corto plazo.
Pero cuando a penas ha dado tiempo a acostumbrarnos al Full HD, llega el formato Ultra Alta Definición UHDV, también llamado Super Hi-Vision –SHV– o calidad 8K, una tecnología que proporciona una resolución de imagen 16 veces superior a la alta definición –1080p– y hasta 75 veces superior al sistema PAL –768×576–. La tecnología 8K/SHV tiene una calidad de imagen próxima al 3D, en parte por sus 4.000 líneas de escaneo horizontal, y una resolución de 7680×4320 con 33 millones de píxeles.
Sin embargo, la empresa nipona líder en formato 8K Japan Broadcasting Corporation –NHK, Nippon Hoso Kyokai– asegura que intentar superar la resolución de 7320×4320 necesaria para una imagen 2D en 8K es muy difícil con la tecnología actual. Según explica Kimio Hamasaki, ingeniero de los laboratorios de investigación de NHK en Japón, es una cuestión fisiológica. El ojo humano no está preparado para procesar resoluciones superiores al formato de televisión 8K en dos dimensiones, ya que las características de la percepción humana tienen ciertas limitaciones que son insalvables. Por tanto, el paso lógico a la televisión 8K será la televisión 3D de alta definición, pero eso si, de una forma diferente a como la conocemos actualmente.
Tal y como hemos visto anteriormente, la televisión 3D requiere una resolución considerable y muy superior a la que se puede visualizar actualmente. Para ello la multinacional NHK está desarrollando una tecnología de salida de vídeo de última generación basada en la tecnología 3D estereoscópica, que será tridimensional y verá la luz en un futuro no muy lejano.
El formato 3D estereoscópico proporciona una imagen diferente para cada ojo, de forma que a partir de la imagen recibida por el ojo izquierdo y el derecho, el cerebro procesa la información para crear la ilusión de una imagen 3D. Según explica la propia compañía, el 3D fotográfico integral, 3D Integral, que están desarrollando sus ingenieros crea imágenes espaciales reales en frente de la pantalla, pero requiere gran cantidad de píxeles.
Mientras el Super Hi-Vision tiene cerca de 33 millones de píxeles, el 3D Integral necesitará entre 10 a 100 veces más, explica el Hamasaki. Por tanto, será necesario aumentar la resolución de pantalla en, al menos, 330 megapíxeles. Si a esto le sumamos los problemas de normalización, la elaboración de contenido compatible con esta tecnología para justificar su coste y la introducción al mercado, esta tecnología no verá la luz hasta dentro de una década.
Imágenes | vía CES 2013