Gracias a los avances en tecnología aplicada a la investigación y la medicina, estamos cada vez más cerca de llegar a la era del hombre aumentado.
Las relaciones entre la tecnología y las ciencias de la salud han sido profusamente tratadas en Think Big, desde las prótesis avanzadas como el ojo biónico Argus II, hasta la investigación del mal de Alzheimer utilizando Big Data, pasando por temas como la integración de elementos robóticos en nuestros cuerpos. Las posibilidades que ofrece la tecnología para la salud son aparentemente abiertas e infinitas.
Y es que a pesar de los avances que ha conocido la medicina desde principios del siglo XX, no ha sido hasta la década de los noventa en que ha empezado a incorporar a las tecnologías de la información y las comunicaciones como herramientas de progreso y mejora.
Empieza entonces una fase que podemos denominar de “digitalización de la medicina” que comprende aspectos como la informatización de los historiales clínicos de los pacientes —y la posibilidad de que sean compartidos entre distintos centros médicos y hospitales—, la digitalización de imágenes y pruebas diagnósticas o la gestión online de citas médicas y consultas. Todo ello aporta al sistema sanitario ahorro de tiempo y dinero, y ganancias en términos de eficiencia.
Actualmente podemos hablar de una nueva etapa en la tecnología aplicada a la medicina, que algunos expertos denominan de “la salud personal” y que es analizada en un reciente monográfico de Fundación Telefónica, TIC y salud personal.
Nos encontramos en una fase en la que los desarrollos y las aplicaciones TIC se suceden con extraordinaria rapidez (en ocasiones de forma disruptiva) impactando con fuerza en la ciencia médica. Los aspectos más afectados son principalmente al tratamiento y la monitorización de la salud, el diagnóstico de enfermedades y la investigación y la divulgación en medicina.
A modo de ejemplo de tecnología aplicada a la investigación, recientemente informábamos sobre una técnica holandesa de escaneo del cerebro que puede llegar a reconstruir los pensamientos. También nos hicimos eco en esta misma línea de trabajo de un videojuego del MIT que contribuye a mapear el cerebro.
Internet constituye una potente herramienta informativa y educativa sobre enfermedades, epidemias y el cuidado de la salud y las redes sociales permiten informar a la población en tiempo real sobre cualquier aspecto relacionado con la salud individual o colectiva de importancia.
El hombre aumentado del futuro
Este ritmo frenético de innovación médica nos permite predecir una nueva fase futura de evolución en la que hablaremos de “salud aumentada” y en la que las posibilidades abiertas por la tecnología sean aún más espectaculares, incluyendo cosas como la impresión 3D de órganos y huesos, los nanorobots dentro de nuestro organismo o el autodiagnóstico de enfermedades.
La publicación TIC y salud personal nos permite concebir las siguientes tendencias de futuro en la medicina:
- Autochequeo de todas las enfermedades. El desarrollo de los dispositivos de diagnóstico nos permitirá disponer de ellos en el hogar y someternos a autochequeos con el fin de detectar enfermedades. Los smartphones y otros dispositivos móviles jugaran un papel determinante en el cuidado de la salud.
- Impresión 3D de órganos. La impresión de órganos complejos en 3D suena muy futurista pero es algo que ya se está experimentando en el MIT, en concreto la impresión de huesos humanos en 3D que permitan solucionar fracturas.
- Biomimicri/nanobots. Conseguir diseños de nuevos componentes pero con capacidades aumentadas, generalmente utilizando nanotecnología. La nanotecnología es uno de los campos más interesantes en la medicina por la posibilidad que ofrece de insertar en el cuerpo humano nanorobots que apoyen las funciones del organismo o que corrijan problemas. Un ejemplo de esto lo presentamos en Think Big en agosto, el uso de robots para evitar la trombosis.
- El Hombre aumentado. Un último aspecto que describe el informe como una ampliación de nuevo del concepto de salud, que implica “no ya a mantener un nivel aceptable en los parámetros de salud que impidan un deterioro del cuerpo, sino conseguir capacidades superiores con el uso de las tecnologías, prótesis o implantes tecnológicos.” Aparecen aquí conceptos como el “Body Hacking”, una serie de técnicas para “tunear” el cuerpo humano con componentes para obtener nuevas funciones.
¿Llegaremos a ver la era de los hombres biónicos?