¿Te imaginas fachadas que no solo adornan nuestras ciudades, sino que también purifican el aire y combaten el calor? Pues en el proyecto Respyre se ha desarrollado una alternativa de hormigón bioreceptivo que busca equilibrar el desarrollo urbano y la sostenibilidad.
Veamos en qué consiste esta solución revolucionaria.
Hormigón bioreceptivo: ¿cómo ayuda a las ciudades?
El hormigón tradicional ha sido durante décadas un pilar fundamental en el desarrollo de las ciudades. No obstante, su uso conlleva un alto costo ambiental. Por ejemplo:
- Elevadas emisiones de carbono.
- Contribución al efecto isla de calor.
- Contaminación.
En este contexto surge el hormigón bioreceptivo, un material innovador creado para fomentar el crecimiento de vida vegetal, especialmente musgo, sobre su superficie.
A diferencia de otras plantas que requieren sistemas radiculares profundos, el musgo solo necesita una mínima estructura de rizoides para adherirse. Por consiguiente, se convierte en una solución ideal para las superficies verticales de la urbe moderna, como:
- Muros.
- Fachadas.
- Elementos de mobiliario urbano.
Gracias a este desarrollo de investigadores de la Universidad Técnica de Delft y el proyecto Respyre en Amsterdam, el hormigón bioreceptivo supone un progreso notable en cómo concebimos y abordamos el diseño y desarrollo urbano.
Elementos del hormigón bioreceptivo
La integración de un recubrimiento de hormigón bioreceptivo con un gel de musgo especializado permite construir fachadas verdes de manera eficiente. Este innovador sistema de hormigón circular transforma cualquier superficie en un entorno apto para el crecimiento natural del musgo.
Respyre crea un revestimiento compuesto en un 70 % por hormigón reciclado. Este material logra lo siguiente:
- Retener agua.
- Fomentar el crecimiento del musgo.
- Proteger el hormigón estructural subyacente.
Asimismo, el gel de musgo optimiza y acelera el desarrollo de este. Así, ofrece mayor libertad y versatilidad en el diseño urbano que busca incorporar la naturaleza. A continuación, veamos algunos elementos de vital importancia en esta innovación:
- Capa de musgo: el resultado final es una capa verde y vibrante de musgo. Contribuye a la creación de ciudades más respirables y saludables.
- Rizoides: en lugar de raíces tradicionales, los musgos utilizan rizoides. Estos son pequeños filamentos que les permiten adherirse firmemente a diversas superficies.
- Recubrimiento de musgo: un biogel especializado facilita la adhesión de sus esporas a las superficies. Proporciona simultáneamente los nutrientes, el agua y el refugio necesarios para su crecimiento.
- Revestimiento bioreceptivo: este hormigón innovador, con una textura optimizada y mayor porosidad, está diseñado para ofrecer un hábitat ideal para el desarrollo de los musgos.
- Elemento constructivo: se trata de la estructura base que soporta la capa de hormigón y sobre la cual se aplica el sistema bioreceptivo.
Proceso de crecimiento de este innovador hormigón
A continuación, se describe el proceso de implementación de este sistema:
- Aplicación: el proceso inicia con la aplicación del hormigón bioreceptivo sobre la superficie deseada. Se incorpora un gel especializado que optimiza la introducción de las esporas necesarias para el crecimiento del musgo.
- Riego: durante las primeras etapas de crecimiento, se emplea un sistema temporal de riego que garantiza el suministro adecuado de agua para satisfacer las necesidades básicas del musgo.
- Crecimiento: el musgo comienza a desarrollarse con la formación de una capa inicial de protonema. Progresivamente va evolucionando hacia una capa completa en un período aproximado de 12 semanas.
- Autosostenibilidad: una vez que el musgo alcanza su crecimiento pleno, es capaz de adaptarse a diversas condiciones adversas. Puede mantenerse sin requerir cuidados adicionales o mantenimiento frecuente.
Beneficios principales del hormigón bioreceptivo
Ahora bien, ¿por qué el musgo? Este pequeño organismo desempeña un papel vital en su entorno natural. Imagina trasladar estas capacidades al centro de nuestras ciudades contaminadas.
Eso es precisamente lo que Respyre busca lograr: aprovechar el poder del musgo para crear entornos urbanos más limpios y sostenibles. Su denso sistema de hojas aporta múltiples beneficios al entorno urbano, tales como:
- Captura de carbono y purificación del aire. El musgo actúa como un filtro natural, absorbiendo CO₂ y partículas contaminantes. En definitiva, mejora la calidad del aire en entornos urbanos.
- Regulación de temperatura y ahorro energético. Proporciona aislamiento natural, reduciendo el efecto de “isla de calor”, disminuyendo la necesidad de aire acondicionado en verano y calefacción en invierno, lo que fomenta la eficiencia energética.
- Fomento de biodiversidad y estética. Crea hábitats para insectos y pequeños animales. Restaura la biodiversidad en las ciudades, mientras transforma superficies grises en vibrantes muros verdes.
- Resiliencia climática. Retiene agua para reducir inundaciones y enfría superficies mediante evaporación. Ayuda a mitigar condiciones extremas como lluvias intensas y olas de calor.
Transformando ciudades en ecosistemas vivos
En síntesis, el hormigón bioreceptivo no solo representa una innovación tecnológica; también se erige como una herramienta con un enorme potencial para fomentar la sostenibilidad en entornos urbanos. Con una creciente población mundial residiendo en ciudades, es fundamental adoptar soluciones que aborden los desafíos medioambientales sin sacrificar el desarrollo urbano.
Con beneficios que van desde la purificación del aire hasta la creación de espacios verdes y habitables, este material podría ser clave en las estrategias de urbanismo sostenible. ¿Estamos listos para transformar nuestras ciudades en ecosistemas vivos que sean parte activa de la solución ambiental?
Imagen de cabecera: Pixabay