La Inteligencia Artificial se ha convertido en el mejor aliado de los astrónomos en la búsqueda de nuevos planetas.
Algunos de los avances tecnológicos desarrollados en los últimos años pueden suponer un antes y un después en la investigación del espacio exterior. Entre ellos destaca la IA, una técnica que se ha posicionado como una prometedora opción para conseguir identificar planetas que los métodos tradicionales no pueden.
La IA va un paso más allá de lo que puede alcanzar el ojo humano y demuestra que puede ser un aliado trascendental de cara al futuro de la astronomía. Los límites del universo son todavía desconocidos y es altamente probable que su descubrimiento se escape al alcance de la habilidad humana y la tecnología tradicional.
Algoritmo con una precisión de hasta el 98%
El hallazgo de los exoplanetas K2-293b y K2-294b ha sido obra de astrónomos de la Universidad de Texas. Se ha tratado de una colaboración con la inteligencia artificial de Google y el telescopio espacial Kepler de la NASA. La estudiante de la UT, Anne Dattilo, ha desarrollado un algoritmo que analiza los datos recopilados por el telescopio espacial Kepler y descubre las señales de los planetas que la tecnología tradicional no ha conseguido detectar.
El Kepler (lanzado en 2009) y su extensión K2 (en órbita desde 2013) han descubierto hasta la fecha miles de planetas y otras estrellas. El nuevo algoritmo de inteligencia artificial ha contribuido a eliminar el ruido de los datos recopilados y captar las señales con una precisión de hasta el 98%.
“La inteligencia artificial nos ayuda a buscar el conjunto de datos de manera uniforme. Incluso si cada estrella tuviera un planeta del tamaño de la Tierra a su alrededor, cuando miramos con Kepler, no los encontraremos a todos”, han explicado los astrónomos implicados en el descubrimiento.
La supervisión humana es impresdincible
Los dos planetas han sido detectados a una distancia de 1300 y 1230 años luz. Ambos se encuentran ubicados en la constelación de Acuario, tienen órbitas cortas alrededor de una estrella, son calientes y de un tamaño ligeramente superior al de la Tierra.
En definitiva, la IA tiene la capacidad de automatizar y dar uniformidad a la búsqueda de planetas. Sin embargo, la supervisión humana y el uso de las herramientas de astronomía tradicional es fundamental. Los datos recopilados por el algoritmo corresponden a un patrón de búsqueda preestablecido, por lo que la inteligencia y la creatividad humana continúa resultando imprescindible para ampliar los márgenes y corroborar la información procedente de la IA.
