No cabe duda de que la tecnología está abriendo nuevas posibilidades en muchos campos. Un ejemplo es la impresión 3D en el espacio, que permite fabricar componentes directamente en microgravedad. Este avance, que suena muy futurista, reduce la dependencia de materiales enviados desde la Tierra y mejora la eficiencia de las misiones espaciales. En pocas palabras, hace más viables proyectos como bases lunares o estaciones espaciales.
Si este tema despierta tu curiosidad, continúa leyendo. Te daremos todos los detalles.
El trabajo del Dr. Gilles Bailet en la impresión 3D
La primera impresión 3D fue realizada por Chuck Hull en 1987. Hull creó una impresora que extruía material para imprimir objetos a partir de un archivo digital (Cup, 2024). En ese momento, era impensable que casi 38 años después se estuviera trabajando en impresoras 3D para construcción espacial.
Hoy, avances como el del Dr. Gilles Bailet, de la Universidad de Glasgow, muestran cómo esa tecnología ha evolucionado.
¿Cómo fue ello? El Dr. Bailet recibió una patente para un sistema de construcción en vuelo espacial. Esta tecnología, probada en un avión de gravedad cero, hace la exploración espacial más sostenible y reduce los desechos espaciales. Según Bailet, su invención facilita la fabricación de equipos en el espacio que no se pueden crear en la Tierra (BBC News, 2025).
Este avance utiliza materiales granulares. Además, cuenta con un sistema que funciona eficientemente en el vacío del espacio. Al producir piezas bajo demanda en órbita, se superan las limitaciones de peso y volumen de los lanzamientos. Así, optimiza recursos y abre nuevas posibilidades para proyectos más ambiciosos y sostenibles en la exploración espacial.
Ventajas de la impresión 3D en el contexto espacial
El 3D como tecnología aeroespacial ofrece múltiples ventajas que pueden revolucionar la exploración en el espacio (Jenkins, 2025). Te contamos de ellas a continuación.
Reducción de desechos espaciales y economía circular
Fabricar componentes directamente en el espacio disminuye la necesidad de enviar materiales desde la Tierra. Así se reducen desechos y riesgos durante los lanzamientos. Además, la tecnología ayuda a reciclar materiales y reutilizar componentes, lo que contribuye a una economía más sostenible en el espacio.
Fabricación bajo demanda y menor costo de envío
La creación de piezas y equipos según la necesidad elimina la sobreproducción. Además, optimiza el uso de recursos en órbita. Por otro lado, la fabricación en el espacio es más económica y eficiente que enviar materiales desde la Tierra.
Innovación en diseño y mayor autonomía
Imprimir en 3D en microgravedad posibilita el desarrollo de equipos y componentes imposibles de fabricar en la Tierra, impulsando la innovación. También pueden resultar en componentes más duraderos y eficientes.
Asimismo, al producir componentes en el espacio, las misiones se vuelven más autosuficientes, reduciendo la dependencia de envíos desde la Tierra.
Desarrollo de equipos especializados
La impresión 3D facilita la creación de equipos específicos para investigaciones científicas. De esta forma, mejora la capacidad de realizar experimentos en el espacio.
No cabe duda de que estas ventajas posicionan la impresión 3D como una herramienta esencial para el futuro de la exploración y construcción espacial.
El futuro de la impresión 3D en el espacio
Las aplicaciones futuras de la impresión 3D espacial tienen el potencial de revolucionar las operaciones en el entorno extraterrestre. Un uso destacado es la creación de estructuras para naves y satélites. Esto permite fabricar componentes específicos directamente en el espacio. Se elimina, gracias a ello, la necesidad de transportarlos desde la Tierra y optimiza el uso de recursos. Además, se pueden diseñar piezas a medida, adaptadas a las necesidades de cada misión.
La impresión tridimensional también facilita la producción de materiales avanzados, aprovechando las condiciones de microgravedad. Esto resulta en productos más robustos y eficientes. Otra aplicación interesante es la creación de estaciones de investigación capaces de producir medicamentos en el espacio. Los cristales formados en microgravedad son más grandes y ordenados, lo que podría mejorar la efectividad de los fármacos.
La ciencia no se detiene
Desde 2014, la Estación Espacial Internacional ha explorado la fabricación de piezas con impresión 3D en el espacio. El prototipo del Dr. Bailet utiliza material granular, a diferencia de los filamentos en la Tierra. A pesar de los desafíos de la microgravedad y el vacío, este sistema ayuda a entregar material rápidamente a la impresora. Así fue como en noviembre, el equipo probó su dispositivo durante la 85ª campaña de vuelo parabólico de la Agencia Espacial Europea. Realizaron tres vuelos, acumulando más de 90 períodos breves de ingravidez en un entorno similar al de una montaña rusa.
Por ahora, las pruebas siguen, pero mantenemos la esperanza de contar con mayores recursos en un futuro más cercano para continuar con avances científicos que solucionen problemas dentro y fuera de la Tierra.
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