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Inmunidad natural frente a la malaria: la vacuna RTS,S podría ser la solución

Un equipo de científicos del Instituto de Salud Global de Barcelona ha descubierto que la vacuna RTS,S de la malaria podría favorecer la producción de anticuerpos protectores que adquieran inmunidad natural tras la infección del mosquito.

La malaria o paludismo es una enfermedad potencialmente mortal que se transmite por la picadura de mosquitos hembra infectados por el género conocido como ‘Anopheles’. Por otra parte, esta enfermedad es prevenible y curable, aunque depende del país en el que residas y de los recursos disponibles.

Durante el año 2017 se produjeron un total de 435.000 muertes por malaria, la gran mayoría en África. De hecho, el 93 por ciento de los fallecimientos se produjeron en este continente. En España el paludismo dejó de ser una epidemia en 1964, pero sigue siendo endémicas en los países más empobrecidos de África constituyendo un grave problema de salud global presente en la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Todavía no existe cura contra la malaria, a pesar de los enormes esfuerzos, pero si tratamientos para curarla. Hace unos meses anunciábamos un nuevo estudio basado en la modificación génetica de un hongo transgénico capaz de atacar al mosquito que transmite esta enfermedad. El año pasado, otra investigación sugería la liberación de mosquitos modificados también en su genoma para esterilizarlos.

Inmunidad natural con la vacuna RTS,S

Un equipo de científicos del Instituto de Salud Global de Barcelona ha descubierto que la vacuna RTS,S de la malaria podría favorecer la producción de anticuerpos protectores que adquieran inmunidad natural tras la infección del mosquito.

La vacuna experimental RTS,S contra la malaria es la más prometedora hasta la fecha desde un punto de vista clínico. Se trata de la primera vacuna que ha demostrado tener eficacia (en un 40 por ciento) y proteger a niñas y niños pequeños, así como a bebés, que residen en zonas endémicas.

Sin embargo, “hasta ahora, la gran mayoría de los estudios de la RTS,S se han concentrado en evaluar respuestas específicas de la vacuna, y no en evaluar su influencia sobre respuestas hacia otros antígenos del parásito”, ha comentado Gemma Moncunill, principal autora del estudio.

Un ensayo clínico a un total de 195 niñas y niños

El estudio, publicado en la revista BMC Medicine, demuestra como esta vacuna puede ofrecer una respuesta inmune natural en el organismo. La vacuna contiene un sólo antígeno del parásito, esta es, la proteína CSP. De esta manera, los investigadores querían «que la vacuna permitiese al organismo generar anticuerpos contra ese primer antígeno. De manera que, cuando el parásito entrara, el sistema inmune lo reconociera y pudiera atacarlo”, añade la investigadora.

¿Cómo se ha desarrollado la investigación? El equipo analizó muestras de sangre obtenidas de un total de 195 niñas y niños, algunos vacunados y otros con controles, que participaron en la tercera fase del ensayo de la RTS,S. Durante un año siguieron su evolución y estudiaron los niveles y anticuerpos dirigidos contra 38 fragmentos del mosquito que produce la malaria, incluyendo la proteína CSP.

Del total de niñas y niños que participaron 78 eran de Kintampo (Ghana), una zona con alta incidencia de malaria, y 115 eran de Manhica (Mozambique), un lugar donde la transmisión es más baja. Tras realizar el ensayo, los resultados de los análisis hallaron tres perfiles de respuesta de los anticuerpos frente a los antígenos. Por un lado, los anticuerpos de uno de los grupos disminuyeron tras la vacunación; otros no cambiaron, y en el tercer grupo se evidenció una alta protección que redujo a la mitad el riesgo de contraer la enfermedad.

Este nuevo hallazgo sigue sin ser una vacuna real contra esta terrible enfermedad, pero abre la puerta a nuevas oportunidades para reducir el riesgo de que la infección derivase a enfermedad potencialmente grave.

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