Inteligencia artificial y elearning: la unión hace la fuerza

Hoy en día se habla mucho de la inteligencia artificial o inteligencia computacional. Algoritmos aplicados a que una máquina pueda aprender, resolver problemas y ofrecer soluciones sin nuestra intervención. ¿Puede usarse la inteligencia artificial en educación? ¿Dar soluciones a los retos de la educación online o elearning? Si tenemos en cuenta que la educación consiste en dotarnos de herramientas físicas e intelectuales para comprender el mundo que nos rodea y resolver los retos que nos encontremos, parece que la respuesta se responde sola.

Precisamente, el objetivo de de la inteligencia artificial es automatizar y acelerar una tarea tan humana y compleja como es obtener información, procesarla, razonarla y dar una solución a un problema. Algo que en la actualidad la tecnología permite hacer de manera rápida en cualquier campo del conocimiento, en el mundo empresarial y, por qué no, en la educación.

Procesar la información, descartar la que no es útil y quedarnos con la que es válida, aprender, aplicar lo aprendido. La educación es eso y más. De ahí que la inteligencia artificial en educación sea inevitable. Eso y otras prácticas asociadas como el Big Data o el Machine Learning. Todas con el mismo propósito: abarcar el mundo que nos rodea y aprender de él lo más rápido y lo mejor posible. Pero, ¿esto cómo se traduce en la práctica?

Procesar datos, mejorar procesos

La inteligencia artificial se puede aplicar de muchas maneras y a muchos aspectos de la educación física o de la educación online o elearning. Es más, en la educación a distancia se emplea tecnología que facilita la generación de datos. Inicios de sesión, tiempo conectado, material procesado, enlaces abiertos, realización de cuestionarios y resultados de los mismos… Toda esa información, que antes se procesaba manualmente, hoy en día se puede digerir automáticamente para obtener estadísticas y análisis de cada alumno y de su interacción con la plataforma de elearning y/o con el curso online que esté realizando.

La evaluación del docente a los alumnos lleva haciéndose toda la vida. Pero la inteligencia artificial aplicada a la educación permite automatizar y agilizar este proceso. Prácticamente en tiempo real y/o con resultados diarios o semanales. ¿Qué alumnos pasan más tiempo en el curso? ¿Qué materiales son más útiles para el alumno? ¿Cuál es el desempeño y evolución de cada alumno? Responder estas y otras preguntas es más fácil gracias a la inteligencia artificial, lo que permite que el asesoramiento al alumno sea personalizado e inmediato. No hay tiempo que perder. En especial en el elearning, asociado siempre a una agenda apretada o que requiere de resultados rápidos.

Volviendo a la evaluación del alumno, la inteligencia artificial puede ayudar al docente a ver cosas o detalles que pueden pasarle desapercibidos, pese a que las plataformas de elearning trabajan con grupos reducidos que facilitan la asesoría personalizada. Con todo, cuatro ojos ven más que dos, y en el caso de la inteligencia artificial, combinada con el análisis de datos, puede poner la atención en problemas o flaquezas que no haya visto el profesor y que podrá atajar a tiempo.

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Educación personalizada en constante evolución

Hemos visto algunos ejemplos de las bondades de la inteligencia artificial en la educación. Pero su aplicación va más allá de la gestión operativo o de la evaluación del alumno. La inteligencia artificial también puede convertirse en un aliado para valorar el material y los recursos empleados en el aprendizaje, determinar cuáles son más válidos e incluso generar nuevo contenido a partir de la experiencia aportada por la IA.

Por otro lado, uno de los grandes exponentes de la inteligencia artificial aplicada al elearning es el uso de chatbots o bots conversacionales. Asistentes virtuales que responden a tus preguntas y ofrecen soluciones. Además, también pueden emplearse como evaluadores al plantear preguntas al alumno en forma de cuestionarios a realizar en cualquier momento del día, dentro o fuera del horario lectivo. Y en tercer lugar, sirve como recomendador de contenido para ampliar lo aprendido en clase a partir de los recursos facilitados por el docente.

La inteligencia artificial puede hacer todas esas tareas y personalizar la experiencia del alumno. Según su evaluación y datos recopilados, la respuesta a una misma consulta puede ser distinta para cada alumno. Cada uno necesitará unos recursos de referencia distintos o unas explicaciones adaptadas. Reforzar ciertos aspectos en cada caso par obtener el mismo resultado en todos: que el alumno aprenda de manera activa y personalizada.

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