Tecnología puntera de una startup que analiza la calidad del aire en ciudades. Jannai Flachberger, uno de los ganadores de Innovadores menores de 35 Europa 2017 de MIT Technology Review, cambiará el mundo con sus baratos y certeros sensores.
Seguimos encontrando innovadores proyectos para salvaguardar el medio ambiente. Los seres humanos, después de haber dejado cielo, tierra y océanos en un estado casi crítico nos hemos dado cuenta de que tenemos que proteger el planeta. El calentamiento global empieza a frenarse y las medidas contra la contaminación comienzan a funcionar. Además, también estamos limpiando los océanos, que se ahogaban entre plásticos y vertidos.
Ahora toca mirar de nuevo hacia el cielo y solucionar el tema de la contaminación por dióxido de carbono. Las ciudades son un buen lugar donde empezar, aunque poco a poco ya se están convirtiendo en lugares más sostenibles e inteligentes.
Jannai Flaschberger, uno de los ganadores de Innovadores menores de 35 Europa 2017 de MIT Technology Review, tiene un plan para conseguir que el aire de las ciudades sea más limpio. Su proyecto, Hawa Dawa, podría cambiar el mundo.
Gracias a una genial entrevista en el MIT Technology Review, conocemos más de cerca este proyecto.
Hawa Dawa, la «medicina para el aire»
Jannai Flaschberger creó hace cinco años una startup con la que intentaba poner solución al precio prohibitivo de las estaciones de control de calidad del aire. Se trata de tecnología grande, pesada y muy cara.
“Las estaciones de control públicas son extremadamente precisas y, por tanto, caras y escasas. Nosotros, en cambio, contamos con sensores asequibles que no se centran tanto en realizar mediciones cuantitativas como en hacer de sistema de alerta, como una alarma de incendios”, señaló Alexander Stirn en MIT Technology Rewiev.
En este escenario, Jannai Flaschberger quiere que, gracias a sus sofisticados sensores, se consigan análisis estadísticos exactos sobre la calidad del aire. A diferencia que las estaciones de medición, estos dispositivos pueden ser fácilmente instalados y no requieren de demasiado mantenimiento.
“Buscamos a ciudadanos locales interesados en nuestros dispositivos. Ellos deben aportar un poco de electricidad, una conexión inalámbrica a Internet y un pequeño espacio en su balcón. A cambio, reciben acceso a todos los datos que recopilamos”, comentó Flaschberger.
Además, gracias a una app, los ciudadanos participantes pueden tener acceso a los datos recogidos por Hawa Dawa y saber qué tipo de aire están respirando. Sin duda, una idea genial para conocer lo que ocurre en nuestro cielo.