Las ciudades inteligente, más conocidas como smart cities, están pensadas para ahorrar costes, ser más sostenibles y mejorar el nivel de vida de su población. El futuro de la sociedad moderna está más cerca de lo que pensamos.
Las smart cities son el futuro. ¿Cuántas veces hemos oído esta frase? Y todavía nos quedan muchas otras veces. Pero, ¿qué es una smart city? y ¿por qué es beneficioso ese modelo de ciudad?
Si traducimos literalmente del inglés, smart city significa ciudad inteligente, y lo es porque permite ahorrar en costes, ser más sostenible y mejorar el nivel de vida de su población.
Cómo se logra hacer la vida de los ciudadanos más cómoda, por ejemplo, con sistemas de gestión de tráfico que permitan una circulación más fluida del sinfín de vehículos que recorren cada día las ciudades españolas. La inteligencia de las ciudades puede llegar también a nuestra propia casa y ayudarnos a ahorrar en las facturas de calefacción o de aire acondicionado, ya que los sensores determinarán con exacta precisión la temperatura de las zonas de las casas evitando el uso desmedido.
Sin embargo, el factor fundamental es salvaguardar el medio ambiente. El cambio climático es una realidad más chocante que nunca cuando vemos que en pleno mes de junio todavía no podemos dejar el paraguas en casa. En el aspecto sostenible es donde más nos va a ayudar una smart city, ya que puede gestionar de manera más limpia los residuos, aprovechando las energías renovables y aplicando la innovación tecnológica para favorecer la preservación. Todo ello contribuirá a alargar la vida del planeta e incluso a mejorarla.
Un par de ejemplos para visualizar con más claridad esta mejora de la eficiencia de la que hablamos es la iluminación inteligente, farolas de la calle que detectan a las personas y se encienden o alumbran más a su paso, pero que sin nadie en las calles permanecen apagadas o más tenues. Otro ejemplo que se está llevando a cabo es la gestión de residuos, los contenedores disponen de sensores que avisan al servicio de recogida de basuras cuando se están llenando para que pueda retirarse en el momento óptimo.
Europa se va llenando de smart cities
Son muchas las ciudades europeas que van, poco a poco, aplicando estas nuevas e innovadoras tecnologías para ir convirtiéndose en ciudades inteligentes. El caso más cercano lo tenemos en Barcelona.
Desde hace años, la ciudad condal ha ido firmando acuerdos e implantando diversas tecnologías móviles y de mejora de gestión de tráfico y del agua. Además, en un reciente análisis desarrollado por Philips Lighting y SmartCitiesWorld desvelan que Barcelona figura entre las tres mejores smart cities del mundo, junto con Singapur y Londres. Los datos que la llevan a esta privilegiada posición son: la creación de 47.000 puestos de trabajo gracias a la implantación del IoT (Internet of Things), la generación de 36,5 millones de euros por aparcamientos inteligentes y el ahorro de 42,5 millones de euros en agua debido a una gestión más eficiente. Bastante impresionante lo que pueden conseguir.
Otro ejemplo a destacar es el de Hungría, Polonia, Eslovaquia y República Checa, también conocido como el grupo Visegrado o V4. Estas ciudades han hecho piña para comenzar a aplicar la tecnología que las convertirá en inteligentes. Cada una de ellas se ha centrado en mejorar un área concreta.
Budapest (Hungría) ha puesto foco en gestionar mejor el tráfico mediante la instalación de un sistema de seguimiento GPS que analiza las congestiones de tráfico y puede alterar el funcionamiento de los semáforos para aligerar las aglomeraciones. Varsovia (Polonia) ha apostado por reducir la huella energética implantando células fotovoltaicas en sus edificios y con tecnología que regula la luz eléctrica de las habitaciones en función de la luz natural que les llegue. Y Eslovaquia, por su parte, ha instalado los sensores en basuras para favorecer la organización de las rutas de los camiones de recogida en Bratislava.
La ciudad 100% smart se llama Aspern
Hasta ahora, hablábamos de ciudades que aplican tecnologías para llegar a ser en el futuro smart cities. Sin embargo, existe una ciudad creada a partir de toda esa tecnología, se llama Aspern y está a solo 14 kilómetros de Viena.
La creación de esta ciudad completamente inteligente se engloba dentro del plan Smart City Viena. Actualmente, ya tiene su propia población, aunque se prevé que quizás pueda convertirse con el paso del tiempo en un barrio de Viena, según vaya creciendo.
Este proyecto piloto es concebido como un laboratorio urbano. Su diseño como ciudad nace de un lago central rodeado de zonas verdes, el uso del coche para entrar en el centro no está habilitado, la idea es que sea una ciudad sin coches. Para ello, ya existe un sistema de alquiler de bicicletas y un autobús que conecta Aspern con Viena. Además, se están construyendo dos líneas de metro y se prevé construir un tren y un tranvía. Incluso hay un proyecto para incluir en los medios de transporte de la ciudad el primer autobús sin conductor con vistas a 2019. Los coches particulares solo se ven a las afueras.
El modelo energético también está completamente adaptado al concepto smart city. Todos los edificios disponen de placas solares para generar la electricidad a partir de ahí, y se están llevando a cabo estudios para poder optimizar la energía y su consumo y reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Al final, todo lo que se aprenda de este creativo proyecto se podrá ir aplicando al resto de ciudades del mundo para convertirlas en urbes inteligentes al tiempo que se avanza en la preservación del medio ambiente.
¿Preparados para la llegada de las smart cities?