Uno de los sectores que vivirá transformaciones de relieve después de la pandemia será el turismo. Ha sido una de las actividades que más se ha detenido. No en vano, pues viajar implica movimiento de personas, uno de los factores a evitar para controlar la expansión del virus. La digitalización puede ayudar a que se retome de forma más sostenible.
Con el parón en los viajes ha quedado patente, al menos se ha hecho visible, el daño que sufren algunos ecosistemas con el turismo masivo. La afluencia continua de personas a lugares que no están preparados para acogerlas conlleva más residuos, mayor estrés para los animales de estas zonas y un deterioro más rápido de los recursos naturales.
Los confinamientos de 2020 sirvieron incluso para que los pájaros volvieran a las ciudades. Hasta se vieron algunos animales, como zorros, que se aventuraban en suelo urbano, atraídos por la calma y la inactividad. Una muestra de cómo el mundo natural reclama su espacio. Y un recordatorio de lo importante que es garantizar la sostenibilidad de los entornos.
Entre las prioridades que estableció la Organización Mundial del Turismo, para retomar los viajes turísticos, hay dos muy claras. Una de ellas consiste en la transformación digital del turismo, que implica la promoción de habilidades digitales para los trabajadores, así como inversiones en este ámbito. A esta digitalización se suma el empujar la sostenibilidad y el crecimiento verde. Según esto, el sector debería aspirar a ser más eficiente en recursos y neutral en carbono. Para eso se requiere un mayor cuidado de las áreas protegidas, el uso de energías renovables o economía circular.
Son principios aplicables tanto a escala global como a nivel local. En España, uno de los retos medioambientales en materia de turismo es proteger el rico ecosistema de La Manga del Mar Menor.
Digitalización para repensar el turismo
El caso de la digitalización de La Manga resulta paradigmático. El daño infligido a su ecosistema se replica en muchos puntos del litoral mediterráneo. No solo en España, en otros países la costa también ha sufrido por prácticas que no se regularizaron hasta que las zonas ya estaban dañadas.
Pero la riqueza del entorno de La Manga hizo que los perjuicios fueran aún más palpables. Hasta los años 60 se conservaron en su mayoría los valores naturales. Pero en aquella década el desarrollo urbanístico, junto con el inicio del turismo de masas, empezó a hacer mella.
La última alarma saltó en 2019 y en el verano de 2021. En el Mar Menor, cerca de donde se halla una reserva marina para la protección de la biosfera, aparecieron toneladas de peces muertos en las orillas. Se descubrió que el fenómeno estaba asociado al deterioro del estado de la albufera debido a la actividad humana.
La digitalización podría significar un punto de inflexión en la práctica del turismo en la zona, con el fin de moderar el impacto. La pandemia también puede contribuir a hacer cambios. La organización especializada en turismo y sostenibilidad GreeenView señala algunos factores a tener en cuenta. Uno de ellos es que los turistas han sido testigos de su impacto y quieren reducirlo en el futuro. Además, aunque los viajes internacionales se reanuden con intensidad habrá una tendencia a los destinos más cercanos. En definitiva, se ha creado una mayor conciencia de los riesgos de la actividad turística para la biodiversidad y en relación con el cambio climático y futuras pandemias.
Este es un proyecto que la compañía presenta en el marco de la celebración del Mobile World Congress de Barcelona bajo el lema Transformation is Now. Un lugar en el que se pondrán en común todas las propuestas vinculadas a la conectividad, 5G, industria conectada o la sostenibilidad.
Un proyecto de conservación que mira al futuro
Este contexto es favorable a la protección del hábitat de La Manga. Y una de las fórmulas para llevar esto a cabo se basa en la digitalización. El proyecto La Manga 365 contempla poner en marcha soluciones para un turismo más sostenible en la zona. Con la ayuda de Telefónica como partner, la iniciativa busca mejorar el transporte público, regular los semáforos, monitorizar los aparcamientos y los cruces de tráfico.
El proyecto gira en torno a cuatro ejes: turismo, plataforma, gobernanza y movilidad. Existen soluciones para medir y controlar los aforos, otras que ofrecen conectividad a los turistas y aplicaciones especializadas para los visitantes. La cobertura WiFi y 5G se unirá a la sensórica, con dispositivos IoT, para vigilar el entorno. Se trata de ofrecer servicios de smart cities en esta zona, para mejorar el funcionamiento de las infraestructuras y el tráfico.
Recursos de La Manga 360
El proyecto de digitalización pertenece a las Estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado, cuyo objetivo es mejorar el uso y calidad de las TIC en estrategias urbanas y smart cities. Para esto se emplearán dispositivos IoT, como sensores, para realizar distintas mediciones. Cuanta más información en tiempo real se pueda reunir más optimizados estarán los procesos. Aunque para ello será necesario contar con la conectividad necesaria. Todos estos datos se procesarán y se analizarán mediante sistemas de big data e inteligencia artificial. El proyecto La Manga 360 contempla el uso de la plataforma FIWARE. Impulsada por la Unión Europea, pone el foco en el desarrollo global de aplicaciones para el Internet del futuro.
