Ladrillos de hongos modulares

Ladrillos de hongos: la posible clave para las construcciones sostenibles que tanto necesitamos

La construcción es uno de los sectores que más contribuye en emitir CO2. Según la Agencia Internacional de la Energía, casi el 40% de emisiones anuales corresponden a este sector. De este porcentaje, el 23% corresponde a la fabricación de cemento, acero y aluminio. No es de extrañar que surjan propuestas enfocadas en la sostenibilidad por encima de otros aspectos como el diseño o su bajo coste. Pero si se combinan todos estos elementos, mucho mejor. Es el caso de los bloques o ladrillos de hongos que proponen unos diseñadores.

Los hongos son organismos que abundan en la naturaleza. Y tienen unas propiedades y características propias. En el pasado, se ha empleado como materia prima para fabricar envases sostenibles. Y hace años que se experimenta con ellos para fabricar materiales con los que construir edificios. Incluso la NASA ha trabajado con esta posibilidad: construir viviendas a partir de organismos vivos en el espacio.

La enésima propuesta de este tipo consiste en bloques o ladrillos de hongos similares a piezas de Lego. Un material más sostenible y biodegradable que, además, combina impresión 3D y bloques modulares prefabricados, dos tendencias en alza en el sector de la construcción.

Ladrillos de hongos modulares y apilables

Ladrillos de hongos ligeros, aislantes y resistentes

PLP Labs es una empresa de investigación y diseño con sede en Londres. Y uno de sus proyectos más ambiciosos tiene que ver con la integración de la naturaleza y el ser humano. Algo que desde hace años se conoce bajo el concepto de simbioceno. Esta propuesta se ha concretado en bloques de construcción modulares basados en micelio. Es decir, estructuras de hongos con apariencia de raíces y texturas de hilo.

El micelio va integrado en estructuras de madera impresas en 3D, que hace de carcasa o contenedor. Con estos bloques se podrían construir paredes, suelos y cualquier estructura arquitectónica. Además, al ser bloques similares a piezas de Lego, se pueden montar y desmontar de distintas formas. Abriendo así las puertas a una arquitectura de edificios desmontables.

El uso de micelio para crear ladrillos de hongos tiene que ver con sus propiedades. Para empezar, son biodegradables y renovables, al ser estructuras orgánicas. Pero, además, son ligeros, aislantes y resistentes al fuego. Características indispensables para la construcción segura y fiable más allá del hecho de ser sostenible y no contaminante.

Actualmente, los ladrillos de hongos propuestos por PLP Labs sirven para revestimientos, absorción acústica o luminarias. El siguiente paso en su investigación consiste en darles más robustez a estos bloques orgánicos para así soportar el peso tal y como hacen los ladrillos. De manera que puedan ser los componentes bases para cualquier construcción.

Uno de los retos a afrontar era la forma de estos particulares ladrillos. La forma de las caras fue el trapecio, ya que permite así combinar varios bloques formando figuras más o menos complejas a la par de ligeras. Además, los ladrillos tienen agujeros estratégicamente colocados para facilitar el ensamblaje con las demás piezas. Construcción modular que puede dar pie a cualquier estructura del tamaño y formas deseados.

Construyendo un futuro sostenible más humano

En palabras de los creadores de estos particulares ladrillos de hongos, “hemos descubierto que el micelio es un material versátil para diversas aplicaciones arquitectónicas. A diferencia del hormigón y el acero, los biocompuestos de micelio son renovables y biodegradables. Pueden cultivarse y cosecharse con un impacto ambiental mínimo. Además, son ligeros, resistentes al fuego y tienen buenas propiedades aislantes. A partir de este estudio descubrimos una forma de combinar el ingenio de la ingeniería con las características naturales de los hongos uniendo micelio y cáscaras de madera impresas en 3D. Esta técnica moldea el micelio en un número infinito de configuraciones con un alto nivel de precisión”.

Por lo demás, tardaron tres meses en crear una estructura de 84 bloques. Para ello tuvieron que cultivar el micelio en un entorno controlado. A partir de restos agrícolas, como paja y otros sustratos, los hongos fueron creciendo, convirtiéndose en un material denso y duradero adaptado a las formas prediseñadas de los bloques a partir de madera e impresión 3D. Para detener el crecimiento del micelio, aplicaron calor para secarlo y que el material permanezca inerte.

Aunque el enfoque de PLP Labs va hacia la investigación y en ofrecer propuestas alternativas y diferentes en el diseño y fabricación de materiales, sus ladrillos de hongos suponen una gran inspiración para el sector de la construcción. En los próximos años deberá hacer frente a la creciente demanda de nuevas edificaciones al tiempo que debe plantearse reducir su huella ambiental empleando procesos y materiales más respetuosos. Y proyectos así diversifican el abanico de recursos disponibles para que los edificios del mañana cumplan con estos requisitos.

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