España tendrá un Libro Blanco de Inteligencia Artificial y Big Data. Un código ético que estudiará las implicaciones sociales, jurídicas y éticas que tiene el uso de las nuevas tecnologías.
Las nuevas tecnologías están vinculadas a una revolución tecnológica en la que las posibilidades son infinitas. No podemos quedarnos atrás y debemos conocer cómo afectará el uso de Inteligencia Artificial en diferentes ámbitos de la vida cotidiana o laboral.
Existe una brecha legal creada por estas tecnologías y las nuevas formas de tratar, recopilar y extraer las ingentes cantidades de información. Ahora es el momento de establecer unas pautas de actuación al respecto.
En este contexto, España contará con un código ético que estudiará las implicaciones sociales, jurídicas y éticas que tiene el uso de Inteligencia Artificial y el Big Data en empresas, organismos públicos y la sociedad en general.
Un documento que recoge las buenas prácticas en el uso de las nuevas tecnologías, y que define cuál será el marco más adecuado para que nuestro país pueda aprovecharlas. Se trata de tomar medidas y poner límites, hasta ahora no definidos, que necesitan ser enmarcados para poder trabajar con todos estos datos de una manera ética y legal.
El trabajo lo llevará a cabo un grupo de expertos formado por nueve especialistas en la materia, entre ellos Elena Gil, directora global de Big Data Telefónica y CEO de LUCA. Las conclusiones se recogerán en el Libro Blanco sobre la Inteligencia Artificial que tiene previsto su elaboración en un periodo de seis meses, e incluirá un diagnóstico sobre el uso creciente de los datos en las Administraciones Públicas y las empresas.
Estas iniciativas se engloban dentro la futura estrategia digital para España en 2025, donde el dato se perfila como el eje más importante en las empresas y la economía, siguiendo así los pasos de otros países de la Unión Europea como Francia o Reino Unido, donde ya han comenzado a ponerlas en marcha.
La IA es una de las tecnologías clave del futuro. Su desarrollo genera cierta incertidumbre, pero abre muchas puertas a una nueva revolución tecnológica en la que las posibilidades son infinitas. No podemos quedarnos atrás y debemos conocer cómo afectará su uso a las personas y otros sectores.
Por otra parte, el uso de Big Data y la importancia de una legislación en torno al dato, se prevé como eje central en la estrategia de las empresas. Ahora es el gobierno el que debe establecer unas pautas de actuación al respecto.