Solemos jugar videojuegos por diversión, casi sin darnos cuenta que nos están ayudando a desarrollar una mejor memoria, atención y, en algunos casos, a mejorar nuestras habilidades cognitivas.
Muchos son amados, algunos olvidados, vetados, desaprovechados, calumniados, admirados, profundamente amados y, por supuesto, pirateados: estos son los videojuegos.
Pensemos en cómo ven los videojuegos en el círculo social y familiar que frecuentamos, luego pensemos en las consecuencias que tendríamos si canceláramos una cita con ellos con la excusa de jugar. En general, la sociedad ve a los videojuegos como herramienta de ocio. Sin embargo, para los más inquietos, esta imagen se ha venido diluyendo.
Resulta que jugar tiene muchos beneficios para la gente más introvertida. Varias revistas científicas han apuntado que jugar videojuegos como Starcraft, incentiva la solución creativa de problemas, debido al modo en que se plantean los objetivos en el juego: no puedes malgastar recursos, tienes que optimizar al máximo tu “ejército” y planear una estrategia para derrotar al enemigo, quien tiene una serie de recursos similares.
Uno de los aportes más grandes que tienen los videojuegos en los niños y jóvenes, por ejemplo, es la toma de decisiones. Los jugadores a esta edad viven en un espacio controlado, donde prácticamente no tienen que pensar ni en qué alimentos deben comer, o en qué prendas usar para vestirse.
Videojuegos como The Legend Of Zelda permiten que el jugador tome decisiones con consecuencias. Es por eso que este juego es uno de los favoritos de los futuros líderes de algún grupo social.
Los videojuegos también permiten despertar varios tipos de interés estratégicos en el desarrollo y crecimiento de la personalidad de cualquier jugador, como la inclinación por algún tipo de estilo visual, por alguna cultura, por otro idioma.
Dos claros ejemplos de lo anterior están en Age of empires, que nos permitió aprender más sobre las civilizaciones que las mismas clases de ciencias sociales del colegio; y, por supuesto, Assassin’s creed que en varias versiones nos muestra partes clave de nuestra historia, como el aporte de Leonardo Da Vinci.
Hacer amigos es una de las posibilidades que siempre hemos tenido con los videojuegos, ya sea invitando compañeros a jugar o jugando con la familia, o hasta retando a un desconocido en alguna red de videojugadores, que eventualmente podrá ser tu amigo o eterno contrincante. Esta posibilidad también despierta el sentido de la competencia, la pasión e incluso la excelencia.
Estoy segura de que si exploras ahora mismo la tienda de aplicaciones en tu teléfono inteligente o tableta, encontrarás algunos videojuegos específicamente creados para mejorar aspectos como la memoria, la atención, los reflejos, la capacidad de solucionar problemas, entre otros.
Te invito a jugar un poco en tu día a día, muy seguramente descubrirás tu nuevo videojuego favorito, mientras paralelamente aprendes algo nuevo.
Aquí comparto algunas recomendaciones:
- Flow
- La nueva versión de Tetris
- Y, si te gusta entrenar ritmo y oído musical, mi favorito es Symphonica
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