Científicos de la NASA han detectado, en una nebulosa planetaria a 3.000 años luz, hidruro de helio, la que se cree la molécula más primitiva del universo.
En el principio fue el Big Bang, pero aquí no había moléculas. Los científicos opinan que solo habría átomos en estos tiempos primigenios del universo. Y estiman que la primera molécula que se formó fue el hidruro de helio. Sin embargo, hasta ahora no se había encontrado rastro de este tipo de partícula.
Hasta ahora, porque la NASA ha comunicado su descubrimiento en una nebulosa planetaria a 3.000 años luz de distancia. Gracias al telescopio SOFIA, cuyas siglas son más bonitas que su nombre extendido (Stratospheric Observatory for Infrared AStronomy), se han detectado moléculas de hidruro de helio en esta nube de polvo y gas.
Los científicos han aceptado como propuesta general que las elevadas temperaturas del Big Bang no permitían la formación de moléculas. Hubo que esperar 100.000 años hasta que la masa se enfriara lo suficiente como para formarse la primera molécula. Solo había átomos de hidrógeno y de helio.
Todo apunta a que esta primera, la molécula más primitiva del universo, sería hidruro de helio. Estas partículas habrían sido esenciales en la constitución de las primeras estrellas. A medida que el universo se enfriaba, los átomos de hidrógeno reaccionarían con las moléculas de hidruro de helio, dando pie a hidrógeno molecular, el combustible de las estrellas.
Una exploración continua
En 2018, concretamente en julio, se cumplieron 60 años de la fundación de la NASA. El presidente, antes general del ejército de Estados Unidos y héroe de la Segunda Guerra Mundial, Dwight D. Eisenhower, sentó las bases para que se creara esta organización. ¿Su finalidad? Explorar el espacio.
Y a eso se ha dedicado la NASA durante sus seis décadas de existencia. El descubrimiento de la molécula más primitiva del universo es un escalón más en el conocimiento acumulado. A lo largo de todo este tipo, la organización espacial ha promovido misiones y lanzamientos para llegar más allá.
Pese a los vaivenes de presupuesto que ha sufrido la agencia en los últimos tiempos, sus investigadores miran hacia delante. Este mismo año, la NASA ha concretado el proyecto de SPHEREx, un telescopio para auscultar la Vía Láctea. Su misión será buscar rastros de agua y moléculas orgánicas en nuestra galaxia. El ansiado objetivo de saber que no estamos solos.
El nuevo telescopio contará con 242 millones de dólares de presupuesto. Su lanzamiento está previsto para 2023 y su vida útil será de dos años. Es otro paso más en la búsqueda del conocimiento sobre el lugar que habita nuestro planeta.
Imagen: NASA