¿Qué implica que Google sea declarado monopolio?

Su nombre es Alphabet, pero el gigante de Internet Google sigue siendo conocido por su nombre original. Es el nombre que se le dio a su primer producto, un buscador de Internet. Gracias a su revolucionario sistema de publicidad, AdWords, y a su algoritmo de búsqueda, logró hacerse popular y crecer. A base de comprar otras empresas o creando sus propias herramientas. Hoy, ofrece un sinfín de servicios, productos, aplicaciones y dispositivos. Todo un catálogo o ecosistema tecnológico para usuarios, particulares, empresas y gobiernos. Y tal es su tamaño y alcance que desde hace mucho se viene hablando del monopolio de Google.

La Internet actual está en manos, principalmente, de lo que los medios especializados suelen llamar los Big Five: Alphabet (Google), Amazon, Apple, Meta (Facebook) y Microsoft. Intentar desprenderte de los productos y servicios de una de estas empresas es muy complicado. En casa o en tu trabajo. Y hacerlo de los cinco es prácticamente imposible. Tal es su vinculación con la mayoría de nosotros que dependemos de sus herramientas.

Y, en ocasiones, esta omnipresencia se traduce en situaciones como la que se vivió a principios de este mes de agosto. Un juez de Estados Unidos, dictaminaba que Google había violado la ley antimonopolio de ese país. ¿El motivo? Emplear miles de millones de dólares para que su motor de búsqueda fuera el predeterminado en todo el mundo. Es decir. El juez, y la ley, no critican que Google sea el buscador más popular. La ilegalidad está en cómo ha llegado hasta ahí. Veamos cómo se ha producido esta ilegalidad y qué puede ocurrir a partir de ahora.

El monopolio de Google

Según Statista, a enero de 2024, Google tenía casi el 82% del mercado de motores de búsqueda. Puede que en China reine Baidu. Y Yandex en Rusia. Pero en prácticamente el resto de países, el rey es Google. El único que le intenta ganar terreno, Bing, se queda en el 10,5%. Gracias a la integración de la Inteligencia artificial y a su programa de incentivos. Y aun así, no apenas logra acercarse. Pero el problema no es este.

Amit Mehta, juez del distrito de Washington D.C., ha confirmado el monopolio de Google y que realiza una serie de acciones para mantener su monopolio. En su escrito, el juez dice que Google controla el 90% del mercado de búsquedas online y el 95% de smartphones. En este segundo caso, hay decenas de fabricantes de teléfonos, pero el sistema operativo predominante es Android con Google como buscador. Otro dato interesante. La publicidad de Google supuso el 77% del total de ventas en 2023. 

Otra clave de la sentencia es que para mantener el monopolio de Google, su empresa matriz pagó en 2022 la cantidad de 20.000 millones de dólares a Apple para que Google fuera el buscador por defecto de Safari, el navegador web de iPhone, iPad y Mac. Es decir, que no contento con estar presente en Android, también quería ser el buscador principal de su rival. Algo que tiene muchas implicaciones. Como, por ejemplo, ¿para qué va Apple a invertir tiempo, recursos y dinero en crear su propio buscador si ya gana suficiente con ese acuerdo?

La gravedad del monopolio de Google

En su dictamen, el juez Amit Mehta dedicaba siete páginas al detalle de las opciones por defecto. “El campo de la economía del comportamiento enseña que la elección de un consumidor puede estar muy influenciada por la forma en que se presenta”. También dice que “incluso si un nuevo participante estuviera posicionado desde un punto de vista de calidad para pujar por el incumplimiento cuando expire un acuerdo, dicha empresa solo podría competir si estuviera dispuesta a pagar a los socios más de miles de millones de dólares en participación en los ingresos y hacerlos por cualquier déficit de ingresos resultante del cambio”.

El monopolio de Google

En una Internet donde reinan las Big Tech, hacerse sitio en mercados como los navegadores web o los motores de búsqueda es harto complicado. Necesitas una gran infraestructura que te dé la suficiente visibilidad para que los usuarios te conozcan. Y como afirma el juez, ello implica invertir una cantidad de dinero que solo poseen gigantes como Google. 

Por su parte, “Google ha proyectado que perder el valor predeterminado de Safari daría lugar a una caída significativa en las consultas y miles de millones de dólares en pérdida de ingresos”. Hay que tener en cuenta que, aunque en países como España, iPhone es minoría, en Estados Unidos supone el 56% de un mercado enorme. Pero hay que tener en cuenta que Alphabet, la empresa matriz de Google, ganó en 2023 casi 74.000 millones de dólares en beneficio neto. Solo con YouTube, ya gana 9.200 millones de dólares. Y con la nube, 9.192 millones de dólares.

¿Qué pasará en el futuro?

Cuando surgen este tipo de noticias es fácil caer en el alarmismo. Hay quien habla del fin de Google como tal. Al acabar con el monopolio de Google, podría desaparecer tal y como la conocemos. Pero si bien las autoridades de Estados Unidos han empezado a ponerse serias con las Big Tech, Es muy difícil que se repita lo ocurrido con Bell System en 1982. Es decir, que una empresa que controla el mercado como un monopolio, sea dividida en empresas más pequeñas por orden judicial. 

Microsoft también tuvo que vérselas con la justicia por su abuso de poder en el monopolio del mercado de sistemas operativos de PC en la década de los 90. Prácticamente, todos los ordenadores personales llevaban Windows. Pero, en la actualidad, ahí sigue el gigante de Redmond. Vendiendo licencias de Windows e integrando sus productos en él. Como Office o Edge. En Europa también se las vio con las autoridades europeas por integrar aplicaciones propias en Windows, como Internet Explorer o su reproductor de música. Y aunque tuvo que hacer cambios, como mostrar una lista de navegadores a instalar, Microsoft como tal nunca corrió peligro de desaparecer o desmembrarse.

Volviendo a Google. Por ahora, lo que sabemos es que Alphabet no va a quedarse quieta. Para empezar, apelará a la Corte de apelaciones del Circuito de Columbia y a la Corte Suprema de los Estados Unidos. Un recorrido legal que llevará meses y que no finalizará hasta la segunda mitad de 2025 o incluso 2026, tal y como apuntan medios como Reuters. Cuando la sentencia sea firme, entonces sabremos qué ocurrirá.

Los grandes perjudicados

Viendo lo sucedido con Microsoft y su Internet Explorer en Windows y lo ocurrido con Apple y su Safari en iPhone, ambos en territorio europeo, lo más probable es que Google se vea obligada a dejar de promocionar su buscador por defecto y a que los responsables de los navegadores web faciliten o visibilicen mejor la posibilidad de elegir un motor de búsqueda

El fin de los acuerdos de Google afectan a Apple y Mozilla

Sin embargo, el problema de poner fin al monopolio de Google en el mercado de motores de búsqueda es que afectará a terceros. Primero, porque los navegadores deberán hacer cambios en sus aplicaciones. Sin haber ellos hecho nada ilegal. Y, segundo, Apple pierde miles de millones, lo que supone un golpe importante. Pero peor es para Mozilla, una organización sin ánimo de lucro, cuyo acuerdo con Google para poner su buscador por defecto en Firefox la mantiene a flote. Solo en 2022, cobró 600 millones de dólares. 

Por otro lado, tampoco está claro que las medidas contra el monopolio de Google puedan servir de mucho a estas alturas. Es innegable que son necesarias. Pero tampoco sabemos si supondrían un gran cambio. Volviendo a Apple y su navegador Safari, hace tiempo que incorporó más buscadores a su lista de propuestas. Y Google sigue siendo la principal elección. No solo porque sea mejor o peor que el resto.

Hay que tener en cuenta que también influye el resto de servicios asociados a Google y del que dependen millones de personas, como Mapas, YouTube, Drive, Fotos, Gmail, los servicios profesionales de Google Cloud y un largo etcétera. A lo que hay que añadir el ecosistema de dispositivos de Google, que aumentan, más si cabe, la dependencia de Google: teléfonos, tabletas, relojes, altavoces inteligentes…

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