La aplicación de la neurociencia, junto con la utilización de las TIC en la educación son herramientas clave para el desarrollo de la enseñanza. Las emociones positivas y el fomento de la curiosidad logran una mejor capacidad de aprendizaje.
¿Te has preguntado en alguna ocasión cómo trabaja nuestro cerebro? ¿Cómo logramos retener la información que nos llega? ¿Cómo afectan los entornos virtuales a nuestro proceso de aprendizaje? La neurociencia tiene la respuesta a estas preguntas.
Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, nuestro cerebro está aprendiendo constantemente. Cada persona cuenta con aproximadamente 85 millones de neuronas, aunque lo realmente importante son las conexiones entre estas. Es decir, un cerebro estimulado puede alcanzar hasta un billón de conexiones. Todo lo contrario a cuando nos encontramos ante momentos de estrés, ya que esto produce la disminución de las mismas.
La neurociencia como disciplina
Gracias a los avances desarrollados entorno a la neurociencia, podemos comprender cómo funciona el cerebro. Pero, ¿en qué consiste? La neurociencia se encarga de estudiar el sistema nervioso y de conocer cómo interactúan los distintos elementos que lo componen.
En definitiva, es la disciplina que investiga cómo aprende nuestro cerebro, cómo logra guardar información y cuáles son los procesos que facilitan el aprendizaje.
Un aspecto que propicia la capacidad de aprendizaje de las personas es la curiosidad y el interés por temas concretos. Francisco Mora, experto en neurociencia, menciona que cuando sentimos curiosidad respecto a un tema concreto, «se enciende la maquinaría neuronal de la atención».
En otras palabras, el ser humano es curioso por naturaleza, de hecho, si echamos la vista atrás, podemos ser conscientes de que cuando somos pequeños la manera que tenemos de aprender es mediante el estímulo de la curiosidad, a través de diferentes juegos. Sin embargo, a medida que vamos creciendo los estímulos generados por la curiosidad acaban relegados a una esquina, siendo sustituidos por momentos de estrés.
La influencia de las emociones sobre la educación
Asimismo, cualquier aprendizaje que esté relacionado con emociones es muy significativo, ya que el cerebro lo interpreta como una parte fundamental para la supervivencia y, por ende, lo guarda por si en algún momento esta información le es necesaria.
La clave, tanto de la neurociencia como de la educación, es descubrir un método que logre suscitar la atención y el interés por conocer nuevos conocimientos, además de lograr mejorar el aprendizaje de las personas. Si bien, esto no depende solo de la metodología aplicada en las clases, sino que se ha descubierto que aquellas escuelas donde se proyecta mucha luz, se controla el ruido y la temperatura del ambiente, conocido como neuroarquitectura, propician la mejora del proceso de aprendizaje.
Uno de los sentimientos más intensos es el miedo, porque repercute negativamente en el proceso del aprendizaje. ¿Se puede aprender con miedo? Sí, sin embargo, si las personas se forman junto con esta emoción, inmediatamente, el cerebro relaciona aprender cosas nuevas con este sentimiento. De tal manera, estas personas en un futuro rechazarán el aprendizaje porque su cerebro lo relacionará con la inseguridad que genera el miedo. De ahí, la necesidad de transmitir y enseñar en un entorno de alegría, ya que, además, este sentimiento logra transmitir confianza en uno mismo.
La plasticidad del cerebro
Pero, ¿qué efecto tienen las nuevas tecnologías en nuestros cerebros? Previamente a la llegada de Internet, las personas han tenido que recordar una inmensa cantidad de datos a lo largo de sus vidas. En la actualidad, únicamente, con el acceso a la red y un simple clic tenemos ante nosotros cualquier tipo de información. Podemos pensar que esto es beneficioso, ¿pero es así en realidad?
La realidad es que nuestro cerebro es un órgano caracterizado por la plasticidad, es decir, va haciendo y rehaciendo continuamente las conexiones. Por lo tanto, es capaz de adaptarse a las diferentes situaciones o ambientes a los que nos enfrentamos. Por ejemplo, cuando dejamos de estudiar para trabajar nuestro cerebro se adapta al contexto al que le exponemos. Sucede lo mismo con el uso de las tecnologías, este órgano logra asimilar los nuevos conocimientos y plataformas que ofrece la red.
El uso de las TIC en la neuroeducación
Nos encontramos ante un mundo donde Internet forma parte de nuestro día a día y dónde cada vez hay más áreas que trabajan en simbiosis con la red. Por ello, la unión de la tecnología y la neurociencia ayudan a avanzar en el ámbito de la educación, siendo la labor de los profesores y la profesoras primordial.
Es necesario dotar al profesorado de las herramientas necesarias para que conozcan, tanto cómo funciona el cerebro como el uso correcto de las TIC. De tal manera, cuantos más conocimientos tengan los docentes acerca de la neurociencia más probabilidades existen de que el proceso del aprendizaje sea eficaz.
Una de las ventajas que trae consigo las TIC es acercar el aprendizaje a través de los sentidos, no solo mediante la vista o el oído. De esta manera, se logra una mayor inmersión dentro de los conocimientos y se fomenta el interés por parte de las personas. El aprendizaje no es aburrido, son los métodos que utilizamos los que provocan que este proceso sea tedioso. De ahí, la importancia de dar una adecuada formación a los docentes acerca del aprendizaje basado en la neurociencia.
La memorización y la neurociencia
Barbara Oakley, profesora de ingeniería en la Universidad de Oakland, durante el foro EnlightED 2019, mencionó el uso de la memorización como método de aprendizaje, explicando que «durante miles de años se pensó que era la única manera de aprender».
Posiblemente, el problema se localice en la forma en la que llevamos a cabo la mencionada memorización. Durante mucho tiempo hemos creído que la mejor manera de aprender era mediante la realización de los deberes en casa y la retención continúa de textos. En cambio, el proceso de aprendizaje se ve repercutido cuando el alumnado siente estrés. Volvemos al inicio, cuando hemos mencionado el sentimiento del miedo, sucede lo mismo ante situaciones de estrés y nervios. Es decir, el cerebro relaciona esas emociones con el aprendizaje, provocando la dificultad de este proceso.
En base a todo lo anterior, el enfoque de la educación debe cambiar, ya que cuando somos pequeños aprendemos jugando, a través de sentimientos alegres. Esto es lo que pretende la neuroeducación, desarrollar un proceso de aprendizaje que nuestro cerebro relacione con emociones positivas. La clave es despertar la emoción por aprender, siendo fundamental el uso de las TIC. Según, el informe de La Sociedad en Red (2014) conocer las nuevas tecnologías y herramientas que no suministra la red es primordial para el desarrollo de la educación.
En todo este contexto, la realidad aumentada (RA) juega un papel muy importante dentro del proceso de aprendizaje. De hecho, en algunos colegios se ha comenzado a aplicar ya que se trata de una herramienta clave para potenciar la enseñanza. La RA consigue ir un paso más allá, logrando que el alumnado disfrute del aprendizaje y fomente capacidades como la indagación. Sin embargo, el reto actual consiste en extender esta herramienta a todos los colegios de España.
Regresa la tercera edición del EnlightED
Aunque, sin duda, el mayor desafío al que se están enfrentado las escuelas, actualmente, es a la enseñanza online y semipresencial.
Hasta el momento, la educación se ha planteado siempre desde la presencialidad de las clases. En cambio, con la llegada de la Covid-19, todo lo establecido se ha tambaleado y nos hemos visto obligados, de repente, a cambiar aspectos que no estaban planteados, previamente. De ahí, surgen dudas como: ¿cuál es el mejor método para enseñar vía online? o ¿las clases semipresenciales están planteadas correctamente?
Para dar respuesta a todo lo anterior, se celebrará del 19 al 23 de octubre la tercera edición del EnlightED, el encuentro internacional sobre educación, innovación y EdTech. En esta ocasión, el foro girará en torno a la reflexión sobre los retos que la Covid-19 ha planteado al ámbito educativo y laboral a nuestras sociedades.