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La digitalización, el motor del emprendimiento rural

En pleno debate social sobre si el uso de la tecnología afecta positiva o negativamente a las relaciones humanas, venimos a contarte una historia real de cómo la digitalización y el emprendimiento rural se convirtió en el motor que trajo la esperanza y el progreso a un pequeño pueblo del Bajo Aragón.

Oliete, como buena parte de las zonas rurales despobladas, vio como en los años XX el 70% de su población migraba a las ciudades fruto de la falta de oportunidades del medio, quedándose con una población envejecida y sin relevo generacional. Las consecuencias reales y no idealizadas de los pueblos que viven esta situación se traducen en un sentimiento generalizado de derrota que necesita de un impulso externo para seguir respirando y avanzar en sostenibilidad.

Por ello, cuando reflexionamos sobre qué supuso la llegada de la tecnología a una zona que llevaba años en el olvido, la respuesta siempre es: «la digitalización nos brindó la posibilidad de creer en un futuro«.

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Apoyo virtual a proyectos sociales, innovadores y sostenibles

Determinados a no dejar pasar el impulso que la conectividad nos proporcionaba, y teniendo como referencia la experiencia de Apadrinaunolivo.org– proyecto tractor que lucha contra la despoblación desde 2014 recuperando olivos centenarios y creando puestos de trabajo en la zona- comenzamos a promover la idea de consolidar un centro que impulsase el desarrollo social y económico del medio apoyando diferentes iniciativas de emprendimiento rural.

Así, aunando esfuerzos y sumando perspectivas, en 2021 nació Despertadores Rurales Inteligentes como un dinamizador territorial y punto de encuentro virtual en el que los miembros de Apadrinaunolivo.org junto al apoyo de 21 organizaciones colaboradoras, y voluntarios afines a la causa, acompañaron a 15 emprendedores en el desarrollo de diferentes proyectos que ponían en valor los recursos endógenos del territorio.

Lo que en un inicio surgió como una posible idea a replicar, permitió impulsar diferentes iniciativas de turismo regenerativo, cosmética natural, alimentación saludable e inclusión social con impacto positivo en las zonas rurales.

Historias que fueron posibles gracias a la digitalización

Martín, junto a su proyecto Informático de Pueblo, fue una de las 15 iniciativas seleccionadas para formar parte de la comunidad despertadora. El joven emprendedor llegó en 2021 a un pueblecito de Burgos decidido a visibilizar sus servicios como informático a domicilio, y, en menos de un año, logró ser contratado por los Ayuntamientos y concejalías de la comarca para impartir cursos sobre digitalización y uso de las nuevas tecnologías enfocados a la tercera edad.

Además, ganó el premio al Mejor Emprendimiento Social por el Hueco Starter 2022, difundiendo su proyecto en diferentes medios de comunicación de ámbito rural. En 2023, vive de su emprendimiento y es mentorizado por SECOT, asociación colaboradora de voluntarios seniors expertos en asesoramiento empresarial. Así, experiencia e innovación se unen enriqueciendo y fomentando las conexiones intergeneracionales.

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Informático de Pueblo recibe el premio al Mejor Emprendimiento Social de 2022 por el Hueco Starter.

El proyecto Mi Huerto es otro ejemplo de cómo la llegada de la digitalización ha permitido al medio rural la posibilidad de equipararse al medio urbano en recursos.

La marca de productos artesanos nació con el objetivo de producir conservas tradicionales para transformar y dar una segunda oportunidad a tierras que habían sido abandonadas tiempo atrás. Un modelo de negocio sostenible, que, gracias a la venta de productos online como alcachofas, puerros, olivas y pimientos, genera empleo a la vez que promueve el asentamiento de las familias en los pueblos.

Sira y Jose Alfredo, los emprendedores que impulsan Mi Huerto, nos cuentan que el impacto positivo que genera el proyecto es por y para los vecinos, siendo ellos los auténticos héroes guardianes del territorio.

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José Alfredo Martín, Sira Plana y Alberto Alfonso presentando las conservas de Mi Huerto.

Conexiones, oportunidades de colaboración y sinergias

Claudio y Guadalupe son dos argentinos de Buenos Aires que formaron parte de las reuniones online de la comunidad de Despertadores Rurales Inteligentes desde sus inicios. Su curiosidad, sumada al ecosistema emprendedor que comenzaba a consolidarse en Oliete, fueron dos hechos determinantes para que tomasen la decisión de establecerse en el medio y apostar por las oportunidades que este pudiera ofrecerles.

En la actualidad, ambos se han reinventado y forman parte del equipo de Apadrinaunolivo.org. Claudio ha logrado profesionalizar su trabajo como comercial de ventas impulsando los productos locales de Mi Huerto y Guadalupe forma parte del equipo de mujeres que trabaja en la conservera de Alacón-municipio cercano a Oliete-.

Así, se siguen entrelazando las historias de personas valientes y comprometidas que confían en las oportunidades del medio rural y las hacen posibles. Desde un hostal rural familiar dedicado al cineasta Luis Buñuel, una marca de biocosmética natural y ecológica que combina ciencia y naturaleza, incorporando los activos botánicos de la hoja del olivo, a rutas turísticas que hacen uso de la tecnología para conocer el patrimonio histórico y cultural del territorio.

Conectados por una Inteligencia Colectiva

Gracias a que la digitalización nos brindó la oportunidad, la tecnología el medio y la innovación el cómo, hemos conformado una comunidad de personas, organizaciones e iniciativas que trabajan por el desarrollo de los pueblos a través del emprendimiento, la innovación social y las TIC.

En línea con la Red de centros de innovación y teletrabajo en zonas rurales en riesgo de despoblación que el MITECO– Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico- está comenzando a impulsar en las provincias de Soria, Cuenca y Teruel, Despertadores Rurales Inteligentes tiene el propósito de convertirse en un centro multioperativo con sede en Oliete, en el que el talento y el conocimiento sean la base para transformar ideas en proyectos reales.

Si algo tenemos claro en base a nuestra experiencia, es que, gracias a las TIC y herramientas digitales, las áreas rurales tienen la oportunidad de liderar una transición ecológica, inclusiva y digital, demostrando que sí es posible un futuro para nuestros pueblos. Porque, citando a Simon Mainwaring, la tecnología no solo nos enseña a ser humanos de nuevo, sino que, en nuestro caso, nos ha conectado de nuevo a la vida.

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