Capaz de calcular la presión arterial, la temperatura, la humedad y el flujo de aire. Así es la nueva piel electrónica desarrollada por los investigadores de la Universidad de Colorado (EE.UU.) que, además, también posee la capacidad de autoreciclarse.
Hace tiempo que la ciencia avanza a pasos agigantados y con ella las capacidades de las personas se van multiplicando. Si algo se estropea tiene solución. Y la piel no iba a ser menos. El cuerpo humano ha vuelto a convertirse ahora en el foco de un nuevo invento revolucionario: la piel electrónica autoreciclable.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Colorado, en Boulder (EE. UU.), ha desarrollado esta tecnología donde los límites son pocos. Y es que, esta piel electrónica, también denominada e-skin, puede arreglarse a sí misma en caso de rotura.
Se trata de una película fina equipada con sensores capaces de medir la presión arterial, la temperatura, la humedad y hasta el flujo de aire, además de imitar el comportamiento real de la piel humana. Una serie de nanopartículas de plata se incluyen en la composición de esta película junto con otros tres compuestos químicos que permiten que cuando la piel electrónica se corta en dos, la adición de los mismos a la herida permite que esta e-skin se regenere gracias a la recreación de enlaces de sustancias químicas entre los dos lados.
Parece magia pero es tecnología. Un avance tecnológico que también contempla los posibles errores de margen. En el caso de que la piel electrónica se llegase a estropear, de tal forma que la reparación resultase imposible, se podría empapar en una solución que la disolviese para reutilizar así los materiales que den origen a una nueva película.
Una piel única
Son muchos los laboratorios del mundo que desarrollan este tipo de piel electrónica, pero ninguno, hasta ahora, había conseguido lo que los investigadores de la Universidad de Colorado han conseguido: una piel autoreciclable. “Hay diversos laboratorios en el mundo que están intentando desarrollar pieles de este tipo, con aplicaciones médicas, científicas y en el ámbito de la ingeniería. Pero la nuestra es la única que es capaz de autorreparse a temperatura ambiente, de manera que es muy durable”, asegura Jianliang Xiao, autor principal del trabajo.
Con la máxima de respetar el medio ambiente se ha desarrollado este dispositivo del que su creador afirma que “no producirá ningún desperdicio”.
Tratar de adaptar esta nueva piel electrónica al mundo de las prótesis, la robótica o los textiles inteligentes es el siguiente objetivo a perseguir. En caso de conseguirlo, por ejemplo, una persona que porte una prótesis podría experimentar toda una serie de sensaciones propias de la piel humana.
“Es cierto que es solo un primer paso, y que para usarse en aplicaciones humanas deberíamos investigar cómo conectar el sistema neural con la e-piel”, confirma Xiao, quien asegura que sería más fácil dotar a los robots de sensaciones, dado que los mismos sensores que conforman esta piel contienen un sistema de transmisión inalámbrica que enviaría la información al instante a la unidad de procesado central del sistema artificial.
Un rápido reciclaje
Reciclar la piel nunca antes había sido tan sencillo. Y es que, tan solo media hora basta a este tejido para que, a una temperatura de 60º C, sea capaz de reciclarse por entero. Un poco más de tiempo, 10 horas, en caso de que se realice a temperatura ambiente.
Un proceso lento en comparación al tiempo que necesita para curarse o regenerarse. Solo unos minutos bastan a 60ºC y una media hora a temperatura ambiente, según confirman los mismos investigadores.
Toda una revolución tecnológica sobre la que solo el futuro dirá en cuántos campos será capaz de introducirse y revolucionarlo todo.