Mom&Geek Mitos sobre la tecnología

¿Por qué persisten algunos mitos y realidades sobre el mundo de la tecnología y la ciencia?

Siempre me ha llamado la atención la persistencia en el tiempo, y en nuestras sociedades, de una gran variedad de mitos sobre la tecnología y la ciencia. No importa que los niveles educativos hayan mejorado, que el número de científicos/as e ingenieros/as haya crecido, o que la propia tecnología se haya expandido por el tejido de nuestra cotidianidad. Cada día en mis cursos y talleres constato la persistencia de estas representaciones e ideas que se han enquistado en el ideario de nuestras sociedades…  

Más que mitos, son, simplemente, ideas erróneas. Inercias mentales, conceptos y prejuicios que han ido surgiendo a lo largo de la Historia, por distintas causas y procesos, y que siguen saltando tozudamente de una generación a otra, adaptándose incluso a los tiempos y adoptando a veces ropajes de modernidad.

Aquí voy a hablar de algunos de estos mitos que me encuentro, por mi actividad profesional, relacionados con el mundo de la programación. Pero, en general, son aplicables a todo el ámbito tecnológico, y científico.

Los prejuicios de la súper-inteligencia y del género

Hay dos ‘mitos’ sobre la tecnología, por ejemplo, que son mis ‘preferidos’. El primero, que esto de la programación es sólo para personas ‘muy inteligentes’. Y, si ya nos vamos al cine y las series, para ese solitario genio informático que, casi por ósmosis con el universo y sólo con hacer volar sus dedos sobre un teclado (cualquier ordenador), es capaz de hacer saltar en unos minutos los más complejos sistemas informáticos mundiales…

Mitos tecnología
Fuente: Unsplash

Pero lo cierto es que llegar a un nivel de pericia y de conocimientos en el mundo de la programación, está relacionado con la voluntad y con una preparación cuyo nivel está al alcance de cualquier ser humano. Sí, existen muchos lenguajes de código, y de primeras pueden parecer complicados. Pero, en la realidad, es aprender una forma de comunicarte con una máquina para completar una tarea. Son lenguajes con un vocabulario, una lógica y una gramática. Y, además, los más modernos están diseñados para ser fáciles de entender, y existen muchas plataformas y herramientas que facilitan su aprendizaje desde edades muy tempranas. Si se tiene el interés y el empeño, se puede aprender a programar.

El segundo mito es que la programación es cosa de hombres (¡ay!). Es como un corolario de esa idea que se extiende a todo el ámbito de la ciencia y la tecnología, y que muchos ven incluso como una característica psicológica de nuestra especie: esto no es para las mujeres. Y me llama mucho la atención, porque es de las que menos base real tiene.

Tecnología Programación; Género
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Es cierto que la industria del software ha estado (y aún lo está) dominada por hombres. Pero esto se debe más a razones que hunden sus raíces en la historia y el desarrollo de nuestras sociedades, que a motivos relacionados con las capacidades intelectuales de cada género. Los ejemplos que desmienten este mito son muchos (Ada Lovelace, Grace Murray Hopper, Adele Goldstine…). Recientemente, incluso, apareció un estudio realizado por varias universidades, en el que se muestra que, cuando se desconoce el género de la persona que lo ha creado, el código escrito por mujeres tiene un índice de aprobación más alto que el creado por hombres…

Mitos cotidianos y educativos

También hay otros mitos más… mundanos, digamos. Que la programación es aburrida, por ejemplo. En realidad, al programar (que es todo un proceso que va más allá de la simple codificación) lo que hacemos es darle un uso más creativo a una serie de dispositivos con los que a los niños/as y jóvenes, ya de por sí, les encanta pasar horas y horas.

O aquello de que “soy demasiado mayor para aprender a codificar”. Conozco a muchos programadores y geeks, de todas las edades e historiales, y os lo aseguro: la edad no tiene nada que ver. Como dije antes, solo hay que ponerle interés y voluntad. Y, además, como la tecnología siempre está evolucionando, incluso los programadores ‘experimentados’ siempre tienen cosas nuevas que aprender, sin importar su edad.

Mito edad ciencia y tecnología
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En el ámbito educativo también se han instalado una serie de mitos sobre la tecnología. Por ejemplo, que poner ordenadores en las escuelas mejorará, casi automáticamente, el aprendizaje del alumnado. O su contrario: los ordenadores en el aula no hacen más que distraer a los/as alumnos/as. En mi opinión, ambas ideas son erróneas. Los ordenadores son herramientas poderosas y versátiles, pero una herramienta no hace nada por sí misma. Todo depende del profesor que la utilice, y de cómo y para qué lo haga.

La preparación del profesorado también tiene su mito. Encuentro mucho esta idea (más bien un temor), de que, para llegar a utilizar la tecnología en las aulas, los maestros y maestras tendrán que adquirir una formación exhaustiva en informática y otras tecnologías. Y, bueno, qué duda cabe de que utilizar unas herramientas nuevas requiere un aprendizaje, pero lo que realmente se requerirá de ellos/as es que comprendan su potencial, su capacidad creativa y transformadora de aportar valor al proceso educativo…

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La persistencia de estas ideas en nuestras sociedades no es un tema baladí, pues ellas influyen, sobre todo, en la toma de decisiones de muchos de nosotros sobre temas cada vez más importantes. Desde nuestros hijos e hijas a la hora de escoger unos estudios, o un camino profesional, hasta los propios adultos en su vida laboral, o ante un cambio en sus vidas.

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