La compañía aeroespacial Boeing y la automovilística Porsche unen fuerzas para crear un nuevo tipo de vehículo: un coche eléctrico volador.
¿Qué resultado sale si sumas dos empresas tan aparentemente dispares como Boeing y Porsche? Un fabricante aeroespacial y un fabricante de coches, dos mundos muy diferentes, pero que se han entrelazado para un proyecto extravagante. Al menos así se califica hoy en día la ambición de desarrollar un coche eléctrico volador.
Ambas compañías han firmado un 'memorándum de entendimiento' con el objetivo de desarrollar un concepto para un vehículo eléctrico VTOL (despegue y aterrizaje vertical, en sus siglas en inglés). El fabricante alemán, propiedad del grupo Volkswagen, trabajará con la subsidiaria de Boeing, Aurora Flight Sciences.
Ambas empresas tienen interés en un sector que empieza a bullir, pese a la incredulidad de la mayoría. Y es que realmente este tipo de coches voladores –hay ya un sartal de empresas desarrollando su propio modelo– no resultan tan futuristas si se piensa que son drones de gran tamaño, con capacidad para transportar personas. A partir de ahí pueden estar conducidos por una persona, por control remoto o, directamente, ser autónomos.
Esta simbiosis no es un caso único. Otros fabricantes de automoción se han lanzado a desarrollar vehículos de este tipo. Rolls Royce ya tiene su propio concepto de coche volador, mientras que la alemana Daimler invirtió en la startup Volocopter, que propone taxis eléctricos aéreos.
Evidentemente, el escenario no es fácil. El primer obstáculo que tienen estos vehículos es la regulación. Hoy por hoy no existe marco legislativo que permita la circulación de estos coches voladores. Además, para cuando lo haya se necesitará también una herramienta de gestión que coordine todo el tráfico. Algo en lo que ya trabajan algunas entidades.
Intereses confluyentes
Boeing y Porsche quieren desarrollar un coche eléctrico volador por diferentes intereses, pero que confluyen en un mismo punto. Se trata del ámbito de la movilidad, donde ambas empresas desean estar bien posicionadas en el futuro.
Para la compañía aeroespacial es una oportunidad de entrar en el mercado de la movilidad urbana. Siempre hablando a futuro. E incluso prepararse para la fabricación de un nuevo tipo de vehículos aéreos que pueden llegar a mover grandes cantidades de dinero.
En lo que respecta a Porsche, el fabricante alemán tiene la intención de estar al tanto de todos los cambios en movilidad. En esta coyuntura plagada de cambios –se expanden los eléctricos, los coches se conectan a Internet y los autónomos se ven en el horizonte– la compañía quiere estar en todos los frentes para no perder aquellos que acaben por imponerse. De momento el coche volador suena muy a futuro, pero esto no quita para que la automoción tome posiciones.
Imágenes: benchtalks, Vivid_Cafe