Jugar desde cualquier parte, independientemente del dispositivo que tengas a tu alrededor, sin renunciar al multijugador ni a los títulos más populares y con la misma calidad que con un dispositivo local –como una videoconsola o un PC–. Esa es la promesa que traía (y sigue trayendo) el cloud gaming.
Y sin embargo, hace poco más de un año, el que era uno de sus mayores impulsores y, para muchos, la solución más avanzada, echó el cierre. Fue a finales de septiembre de 2022 cuando Google anunció oficialmente el fin de Stadia, uno de los servicios de referencia en este campo.
La plataforma de cloud gaming de Google, con numerosos cambios de modelo de suscripción, opciones de compra e intentos por sacar adelante juegos exclusivos llamativos, tenía sin embargo todo lo deseable para ser un éxito. La base de usuarios de Google, equipos de desarrollo fichados a propósito, capital suficiente para impulsar el proyecto y, para muchos, también era la que mejor cumplía la promesa de jugar en 4K mediante streaming.
Los motivos de su cierre nunca fueron aclarados por Google. No obstante, parece que no existía un retorno de la inversión claro y que, en un sector como el de los videojuegos tan dominado por dos gigantes (Sony y Microsoft) –y con un tercero que tiene un público especialmente fiel (Nintendo)–, proponer una alternativa de inicio no era desde luego sencillo.
Por otra parte, también debemos contabilizar los diversos retos que el cloud gaming representa por sí mismo. ¿Cómo convencer a los usuarios de que dejen progresivamente sus consolas o PCs en favor de esta propuesta? Y, si miramos a futuro, ¿cambiará la opinión cuando la mejora de las tecnologías permitan que no haya ninguna diferencia entre el juego en local y el cloud gaming? ¿Coexistirán ambas opciones en ese futuro? ¿Veremos por contra el fin de las consolas? Son preguntas que probablemente influyeron en la decisión de Google y, a día de hoy, muchos se siguen planteando en el sector.
Los jugadores del Cloud Gaming y su cambio de modelo: de la compra a la suscripción
Pese al revés de Stadia, existen diversas plataformas que impulsan el cloud gaming de manera incesante en la actualidad. Estas son las principales:
- GeForce NOW (NVIDIA). Su modelo es distinto al de Stadia y otras ofertas para jugar en la nube. NVIDIA no comercializa títulos ni cierra acuerdos con estudios. Lo que ellos ofrecen es su capacidad de procesamiento en streaming a cambio de una suscripción mensual cuyo importe varía en base a diferentes parámetros. Entonces, ¿de dónde salen los juegos? De plataformas como Steam o Epic Games Store. El usuario enlaza su cuenta de GeForce NOW con las que tenga en dichas tiendas. Una vez completado el proceso, puede ejecutar en remoto los títulos que tenga en su biblioteca (aquellos que haya comprado previamente). Es decir: NVIDIA no vende o alquila videojuegos; solo pone a disposición de los usuarios su capacidad de procesamiento en remoto.
- Xbox Cloud Gaming (Microsoft). Su modelo es más similar al de Netflix. La suscripción mensual a Game Pass Ultimate te da acceso a un amplio catálogo de videojuegos. Muchos de ellos, disponibles vía streaming desde multitud de dispositivos y sin ningún coste extra. También se podrá, en un futuro, ejecutar los títulos adquiridos en la tienda de Microsoft, ampliando aún más el catálogo ejecutable vía streaming. No obstante, la compañía aún no ha especificado cuándo estará disponible esta función.
- PlayStation Plus (Sony). La apuesta de Sony es similar a la de Xbox. No obstante, tiene dos importantes matices. Por un lado, su catálogo de juegos en la nube es menor. Por otro, dichos títulos solo son ejecutables desde sus propias consolas, construyendo un ecosistema cerrado.
- Amazon Luna. La propuesta de Amazon es una plataforma con juegos gratuitos y distintos ‘canales’ a los que suscribirte para acceder a listados de juegos. Eso sí: aún no está en España.
En todas estas plataformas se puede identificar un factor común: el cambio hacia el cloud gaming llega de la mano de una variación importante en el modelo de negocio. Se pasa de los pagos únicos –por la consola, por un videojuego, etc.– a las suscripciones mensuales. En algunos casos, estas incluyen también el acceso a un catálogo de videojuegos (Xbox Game Pass, por ejemplo). En otros, en cambio, solo se ofrece la capacidad de procesamiento (Nvidia GeForce NOW). Pero en todos los casos se requiere el abono de una cuota mensual como barrera inicial y se difumina el concepto de propiedad.
En busca de coexistir (al menos mientras sea rentable)
Y ahora la pregunta del millón: ¿pueden coexistir el cloud gaming y las consolas convencionales o terminará imponiéndose una de las dos opciones en algún momento?
A corto plazo, la respuesta parece clara: coexistirán. Los usuarios más casuales probablemente opten por tener una de estas suscripciones durante periodos determinados sin tener que hacer la fuerte inversión inicial que requiere una consola o un PC adecuado para el gaming. En paralelo, es probable que los gamers más exigentes sigan prefiriendo los juegos en local por la mejora en prestaciones que esta opción conlleva a día de hoy.
Para ir más allá, existen diversas barreras que todavía impiden que los juegos en la nube se conviertan en la forma principal de jugar. Una de las principales es la latencia, que ha de ser aún menor para lograr la misma experiencia que con el juego local –especialmente en títulos donde la velocidad de reacción es fundamental–. También ha de lograrse la misma calidad de imagen de manera constante. Y, cómo no, han de asentarse los modelos de negocio –pagar solo por la capacidad de procesamiento (como propone NVIDIA) o, también, por el acceso a un catálogo de juegos (como ofrece Xbox)–.
Pero la cifra de resultados mandará
Eso sí: de ocurrir la transición, no será de la noche a la mañana. Las grandes empresas de videojuegos han mostrado interés en el cloud gaming. Sin embargo, también han dejado claro que las consolas son una parte importante de sus planes de futuro.
Por ejemplo, durante la adquisición de Activision Blizzard por parte de Microsoft, que ha sido vista por algunos como una señal de que Microsoft está apostando de manera intensa por los juegos en la nube, la empresa ha dejado claro que las consolas siguen siendo una parte importante de su estrategia en el mundo del gaming. Una visión que casa con la de los jugadores. Sin ir más lejos, tanto la PlayStation 5 como la Nintendo Switch se han convertido en dos de las consolas más vendidas de todos los tiempos a pesar de la crisis de componentes que afectó a la primera durante mucho tiempo.
Estamos, por lo tanto, en un momento en el que los jugadores tienen más opciones que nunca. Y sí, parece que veremos al menos otra generación nueva de consolas con fuerza. Pero, ¿después qué? Como siempre, la rentabilidad de cada opción y la mejora tecnológica marcará si dentro de un tiempo tener una videoconsola en casa será como quien tiene una minicadena, o no.