Los problemas visuales en la infancia son cada vez más frecuentes. Algunos estudios realizados en 2015 reportaron que alrededor de 19 millones de niños en el mundo padecían algún tipo de discapacidad visual. Entre ellos, más de 1 millón tenían ceguera irreversible.
Por ello, el rastreo temprano de las alteraciones en la vista es imprescindible. Los niños deberían tener exámenes oftalmológicos antes de los 5 años y recibir controles periódicos anuales.
Para cumplir este objetivo, el proyecto TrackAI propone valerse de la inteligencia artificial (IA). Así, los problemas visuales de la infancia se detectarían antes y con mayor precisión.
¿En qué consiste el proyecto TrackAI?
Este es un proyecto de inteligencia artificial aplicada a la medicina, desarrollado en conjunto por Huawei y la startup DIVE. El funcionamiento básico consiste en una pantalla que emite estímulos visuales. Estos provocan reacciones oculares en los niños. Con una tecnología específica, los movimientos de los ojos se registran y se analizan para encontrar anomalías.
La IA que aplica Huawei (HiAI) tiene un aprendizaje continuo a partir del aumento de su base de datos. Por ello, se asume que el algoritmo será cada vez más preciso al detectar alteraciones visuales. Incluso, antes de que el niño pueda presentar cualquier síntoma.
El soporte de pantallas y de software para los médicos intervinientes lo aporta también Huawei. La empresa incorpora al proyecto su tableta Matebook E y, en breve, cambiará el móvil P30 que se emplea ahora por el P50.
¿Cómo participa la startup DIVE en el diagnóstico de problemas visuales?
DIVE son las siglas en inglés para “dispositivo de examen visual integral”. La startup DIVE Medical lo había desarrollado en un principio y, luego, Huawei se sumó para generar el proyecto TrackAI.
DIVE basó su idea en la combinación de la tecnología de seguimiento ocular y la inteligencia artificial. De este modo, el rastreo de los problemas visuales en la infancia se libera de los problemas habituales. Tales como:
- Los niños muy pequeños no suelen obedecer las órdenes de un oftalmólogo. Tampoco aquellos con alteraciones neurológicas severas.
- Los pequeños que no saben leer no pueden ser evaluados con las típicas letras presentes en los consultorios médicos.
- Los oftalmólogos pueden pasar por alto cambios menores en los ojos que, a la larga, resultarían en una alteración más severa.
El proyecto TrackAI se aplica en bebés desde los 6 meses de edad y no necesita que los niños sepan leer. Además, su algoritmo tiene una alta precisión para diagnosticar problemas visuales incipientes, que de otro modo pasarían desapercibidos.
¿Cuál es la importancia de esta tecnología en la oftalmología?
La inteligencia artificial en oftalmología pediátrica ya ha logrado avances notables en diferentes ámbitos y enfermedades. Entre los cuales se destacan:
- Detección del estrabismo y de los errores de refracción. Con velocidad, la IA diagnostica casos leves e incipientes de miopía, por ejemplo.
- Clasificación de las cataratas infantiles. El procesamiento de datos mejora la caracterización de la enfermedad, lo que permite elegir un mejor tratamiento para cada caso.
- Predicción de las complicaciones posoperatorias. Los algoritmos pueden evaluar si los problemas visuales actuales de un niño mejorarían o no con una cirugía.
- Detección de la retinopatía del prematuro. Los dispositivos parecen ser más precisos que los médicos al analizar la retina de los recién nacidos.
Específicamente, el proyecto TrackAI está siendo evaluado por estudios científicos para conocer sus alcances beneficiosos. Si bien estos análisis no están finalizados, diversos autores coinciden en que las proyecciones a futuro son alentadoras.
También es esperanzadora la aceptación de estas tecnologías entre los oftalmólogos. Según una encuesta reciente, la mayoría de los oculistas pediátricos están dispuestos a incorporar la inteligencia artificial para sus consultorios.
¿Qué se espera de la IA en los problemas visuales?
Muchos tienen una perspectiva ampliada del rol de la inteligencia artificial en la oftalmología con niños. Se espera que los algoritmos no solo aprovechen datos obtenidos en el consultorio, sino que también los combinen con información genética y del medio ambiente. Esta gran base aumentaría la capacidad de predicción de los problemas visuales.
Como bien lo plantea Huawei, al describir el proyecto TrackAI, no se busca el reemplazo del médico. Al contrario, la tecnología aparece como una herramienta invaluable para que los oftalmólogos tomen mejores decisiones. La IA aprende rápido y procesa una cantidad de datos que el ser humano no puede manejar. Por eso, en oftalmología pediátrica, los dispositivos como DIVE son asistentes cada vez más ineludibles para mejorar la calidad de la atención.
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