No hace mucho, en España se quemaban toneladas de carbón para generar electricidad. Pero hoy, sin embargo, las energías limpias se encuentran muchos días entre el 70 y el 80% del total de electricidad generada, con picos que, en ocasiones, llegan prácticamente al 100%. La producción de energía limpia vive su mejor momento en todo el mundo. Y España, en concreto, es uno de los países que más ha avanzado en la transición hacia la producción sostenible de energía.
Según Red Eléctrica, “2023 va a ser un año clave para la transición ecológica en España”. Sus estimaciones son que “las energías renovables podrían alcanzar el 50% de la generación eléctrica anual”. Y si nos centramos solamente en la energía eólica y solar, la cifra llegaría al 42%. Cifras que irán en aumento, año a año, a medida que se construyen nuevas centrales de producción de energía limpia tanto en tierra como en el mar.
Si echamos la vista atrás, 2022 fue un gran año a nivel mundial para la producción de energía limpia. Un hito que se notó también en Europa y, especialmente, en España. En potencia instalada renovable, España es segunda sólo por detrás de Alemania. Segunda también si sólo hablamos de potencia instalada eólica y tercera con más potencia en activo por detrás de Alemania y Países Bajos. Cifras sin duda positivas.
Las elogiables cifras españolas en producción de energía limpia
El año pasado, las energías renovables sumaron 5,9 GW al parque generador español. De los cuales, 4,5 GW fueron fotovoltaicos y 1,4 GW eólicos. Esto ha significado que la energía solar haya superado por primera vez a la hidráulica y, en consecuencia, sea la tercera fuente en el ranking energético español. Y la energía eólica tampoco se queda atrás: 1 de cada 4 MW en servicio en España es eólico.
La única mala noticia está en el descenso de la producción de electricidad a partir de energía hidráulica. La sequía ha impedido que la producción de energía limpia en España alcanzase cifras muy superiores a las que ya de por sí son impresionantes. 2022, además, fue un año, según indica Red Eléctrica, menos frío en invierno y más caluroso en verano. Esto provocó que el máximo de demanda eléctrica se produjera en época estival.
Pero por otro lado, la demanda de electricidad se redujo en España un 3,3%. Un dato que casa, precisamente, con el otro pilar de la sostenibilidad: reducir el consumo eléctrico. La producción de energía limpia es un gran avance, pero si se necesita cada vez más electricidad, seguirá habiendo un impacto ambiental pese a la reducción de gases contaminantes.
Un mundo cada vez más sostenible
En 2022, las energías eólica y solar supusieron un 12% de la generación total de energía en todo el mundo. Una cifra que puede parecer todavía baja, pero que supone un gran avance si tenemos en cuenta que, en 2021, esa cifra era del 10%. Los datos tienen en cuenta 78 países que representan el 92% de demanda mundial de electricidad.
Queda claro que todavía queda mucho camino por recorrer para avanzar hacia un futuro sostenible, especialmente en esos países que todavía dependen del carbón, el petróleo o el gas natural. Pero la producción de energías limpias avanza.
El aumento de la energía solar en todo el mundo fue del 24%, un crecimiento que se mantiene estable en los últimos 18 años. Por su parte, la energía eólica aumentó un 17% en 2022. Y más datos esperanzadores: más de 60 países generan ya más del 10% de su electricidad mediante eólica y solar.
Si sumamos a las renovables la energía nuclear, la cifra sube hasta el 39% de generación de electricidad en todo el mundo. Precisamente, la nuclear es una gran aliada en la producción de energía limpia y supondrá un gran apoyo para las fuentes renovables cuando se necesite electricidad de manera estable y sin depender de los vaivenes climatológicos.
La producción de renovables, pese a crecer, sigue yendo a varias velocidades en todo el mundo
Hay que destacar algunos países por su labor en la transición energética. Por ejemplo, tres de los cinco mayores generadores de energía eólica y solar son asiáticos: China (14%), Japón (11%) e India (9%).
En África, destacan países como Namibia (25%), Marruecos (17%) o Kenia (16%). Si bien muchos países africanos están muy por debajo de la media mundial, estos tres países están logrando avanzar hacia un futuro sostenible. En el norte de América, Estados Unidos encabeza con un 15% del total de su energía producida mediante fuentes renovables. Y Canadá, con un 7%. En América Latina, por otra parte, el ranking lo encabezan Uruguay (36%), Chile (28%), Brasil (15%) y Argentina (12%).
El papel de Europa como referente sostenible
La Unión Europea generó en 2022 el 22% de su electricidad mediante fuentes renovables, convirtiéndose así en una de las zonas del planeta donde más destaca la producción de energía limpia. Más concretamente, eólica y solar. Es más: de todos los países de la Unión, siete de ellos obtuvieron un tercio o más de su electricidad con estas dos fuentes. La lista la encabezan España (33%), Alemania (32%) y Países Bajos (32%). Seguidos de Polonia y Hungría con un 12% cada uno y Turquía con un 15%.
Teniendo en cuenta las políticas e incentivos seguidos por la Unión Europea, no sería de extrañar que estas cifras aumenten en los próximos años. Y si bien cada país tiene una red eléctrica e instalaciones propias, como vimos en un artículo anterior, la cooperación entre ellos y la progresiva instalación de nuevas plantas eólicas y solares, en tierra y mar, junto al aprovechamiento de la electricidad, harán que la independencia energética –de manera 100% sostenible– sea cada vez más factible.
El objetivo último es reducir el consumo de fuentes fósiles, que todavía sigue siendo la principal fuente en la gran mayoría de países del mundo. Este condiciona tanto las economías como las políticas y, como hemos visto en los últimos años, también el futuro de nuestro planeta.