Si buscamos en Internet información sobre realidad aumentada, realidad virtual y salud, encontramos multitud de proyectos relacionados con investigadores y profesionales de la sanidad que están empleando estas tecnologías para tratar a sus pacientes. Como hemos visto con anterioridad, las gafas de RA y los cascos de RV son mucho más que un juguete y pueden usarse para educación, reuniones de trabajo o para entrenar a futuros pilotos.
Pero es normal preguntarnos si el uso prolongado de esta tecnología puede afectar a nuestra salud de alguna manera. Es decir: si el día de mañana vamos a tratar con gafas y cascos de realidad aumentada y realidad virtual, ¿notaremos cansancio o vista cansada? ¿Tendremos problemas de salud a largo plazo? ¿Cuál es el límite de tiempo de uso para este tipo de aparatos?
Toda nueva tecnología es susceptible de causar recelo y desconfianza. En especial, en un contexto en el que estamos rodeados de pantallas y dispositivos conectados las 24 horas del día. Es normal hacerse esas preguntas concernientes a nuestra salud y la tecnología. Y, aunque el sentido común suele ser un buen consejero, en ocasiones necesitamos algo más de información.
¿Qué dicen los avisos de los cascos de realidad virtual disponibles actualmente en el mercado?
Empecemos por el origen del problema. Todo dispositivo electrónico viene acompañado de una documentación que explica cómo funciona y qué precauciones tomar. Para que el dispositivo no se estropee, para hacer un buen uso y sobre otros aspectos relacionados con nuestra salud. En el caso que nos aplica, ¿qué dicen las advertencias de salud y seguridad de las populares Meta Quest 2 usadas a menudo para, entre otras cosas, el metaverso?
En esta página encontrarás todos los manuales sobre salud y seguridad de los dispositivos de realidad virtual de Meta. En el de Meta Quest 2, hay varias advertencias que nos llamarán mucho la atención. En primer lugar, la que se refiere a convulsiones. “Aproximadamente 1 de cada 4.000” personas pueden sufrir mareos intensos, convulsiones, espasmos oculares o musculares o desmayos desencadenados por destellos o patrones de luz”. No es frecuente, pero puede darse el caso. Sin embargo, no es algo exclusivo de la realidad virtual. También le ocurriría a esas persona si juegan a videojuegos o ven la TV.
En cuanto a la vista, que es el tema que nos ocupa, el manual de salud de Meta nos recomienda consultar a nuestro médico si tenemos anomalías de visión binocular. Y hace unas recomendaciones de sentido común: deja de usar el casco de RV si notas tensión ocular, contracción nerviosa de los ojos o de los músculos, alteración de la visión, visión borrosa o doble o cualquier otra alteración visual, dolor de ojos…
En resumen, un uso prolongado de cualquier aparato hará que tu visión se resienta y que notes ese cansancio. Y ante esto, la mejor solución es descansar. Ya sea en casa o en el trabajo. Con un smartphone, tu ordenador, el televisor o incluso con un libro. Toda actividad que consista en fijar la atención y la vista en algo concreto durante mucho tiempo hará que notemos cansancio en la vista y en otras partes de nuestro cuerpo.
¿Qué ocurre con los niños?
Todos los manuales de salud y seguridad sobre dispositivos suelen mencionar a niños y menores de edad en algún momento. Y los manuales sobre cascos y gafas de realidad virtual y realidad aumentada no son la excepción. El motivo es que un niño o menor está todavía en desarrollo, de manera que hay que tomar algunas precauciones adicionales.
Por ejemplo: volviendo al manual de Meta Quest 2, especifica claramente que no es un juguete “y no lo deben utilizar niños menores de 13 años”. Además, “debe evitarse el uso prolongado por parte de niños mayores de 13 años, ya que podría afectar negativamente a la coordinación ojo-mano, el equilibro y la capacidad de realizar varias tareas a la vez”. Una advertencia que puede aplicarse a cualquier actividad física o mental. El abuso tiene consecuencias en forma de fatiga y agotamiento físico y mental.
¿Qué dicen los profesionales de la salud?
La respuesta corta: sentido común y hacer un uso responsable. La respuesta larga: aunque todavía están por ver las consecuencias a largo plazo, ya que hay pocos estudios al respecto, por el momento, “los oftalmólogos concuerdan en que no hay razón para preocuparse de que los dispositivos de RV puedan dañar el desarrollo, la salud o la función de los ojos”, tal y como explica la página oficial de la Academia Americana de Oftalmología.
Con unos límites de tiempo, en especial para los menores de edad, no tiene por qué haber problemas de vista salvo el cansancio inmediato si se hace un uso intensivo o prolongado. Es más: nuestra propia vista nos avisa de que es momento de parar cuando notamos fatiga ocular, nos pican los ojos o los notamos secos. Y, en el peor de los casos, podemos notar mareo. Pero como explica la AAO, “si es susceptible a marearse en una montaña rusa o un bote, podría ser susceptible a marearse también con el movimiento virtual”.
¿Qué ocurrirá cuando el uso de la realidad virtual y la realidad aumentada sea tan frecuente como los ordenadores y teléfonos hoy en día? Es probable que en entornos profesionales se den pautas y precauciones como las que ya se dan en el ámbito de la salud en el trabajo o la ergonomía. Pausas de 5 minutos cada hora, cambiar de posición cada cierto tiempo o cambiar de tareas para evitar caer en la monotonía son algunas pautas que ya se dan en el entorno laboral.
Ya hay profesionales que aconsejan descansar de 10 a 15 minutos por cada hora de actividad de realidad virtual o realidad aumentada. Y, a riesgo de hacernos pesados, también se hace un llamamiento al sentido común y a hacer caso a los avisos que nos dan nuestros ojos. Ante molestias y problemas de visión, lo mejor es descansar de cualquier actividad que nos exija un esfuerzo visual.