Vehículo eléctrico

Cómo se reciclan las baterías eléctricas

El reciclaje de las baterías eléctricas siempre ha sido un reto al que se enfrentan fabricantes de dispositivos electrónicos. Pero el reto es todavía mayor desde que el sector de la automoción fabrica automóviles propulsados por electricidad con un claro foco en la sostenibilidad. Electricidad almacenada en baterías eléctricas. ¿Qué hacer con esas baterías cuando dejan de ser útiles? ¿Sus componentes se pueden aprovechar o no queda otra que acumular las baterías como basura?

La buena noticia es que la vida útil de las baterías eléctricas de un automóvil es de 8 años o 150.000 kilómetros. Aunque parezca mentira, es uno de los componentes que más aguantan durante el ciclo de vida de los vehículos eléctricos. Pero el tiempo pasa. Y cuando ya no rinden como antes, hay que hacer algo con ellas.

Hay dos salidas para las baterías eléctricas gastadas. Darles una segunda vida en aplicaciones y usos que no requieren de tanta autonomía. Y reciclarlas extrayendo sus componentes para fabricar otros componentes o nuevas baterías. Técnicamente, ambas opciones son posibles. Pero por motivos económicos, el reciclaje de baterías tiene mucho por mejorar.

Reutilizar las baterías eléctricas

La opción más sencilla es reutilizar las baterías eléctricas cuando no rinden como antes. Si su autonomía las hace inviables para un automóvil eléctrico, lo mejor es aprovecharlas para otras aplicaciones menos exigentes. Hay empresas que se han especializado en esta tarea: dar una segunda vida a las baterías cuya autonomía ha caído. A diferencia de las baterías de electrónica de consumo, las de los automóviles eléctricos conservan una capacidad de entre el 70 y 80%. Así que todavía pueden seguir siendo útiles.

Las baterías de automóviles eléctricos se pueden emplear para almacenar energía en los hogares. De esta manera, en vez de adquirir un sistema nuevo, con el coste ambiental que tiene en la extracción de primeras materias, podemos disponer de un sistema de almacenaje de energía para paneles solares que emplea baterías conectadas entre sí. Aunque no rindan al 100%.

También se pueden aprovechar para puntos móviles de carga basados en paneles solares y que no estén conectados a la red eléctrica. Así, las baterías reutilizadas almacenan la energía, que está disponible para cargar los vehículos. Una segunda vida que forma parte del mismo ecosistema de automoción eléctrica y que no implica desechar baterías que, por otra parte, siguen siendo útiles.

Reciclar baterías: entre la necesidad y la viabilidad

Técnicamente, las baterías eléctricas se pueden reciclar. El problema, como siempre, es que no es viable económicamente. Tal vez en el futuro la cosa cambie, cuando el parque de automóviles eléctricos sea mayor y encontremos métodos más eficientes de reciclaje. Por ahora, el principal material que se recicla de las baterías es el cobalto. Pero todos los demás, litio, manganeso o níquel, son caros de extraer. También se pueden aprovechar el aluminio y el acero que protegen y cubren las baterías en sí mismas.

Los métodos más habituales para extraer los materiales de las baterías eléctricas son dos: pirometalurgia e hidrometalurgia. La primera consiste en aplicar altas temperaturas y quemar las partes no metálicas. La hidrometalurgia emplea soluciones químicas para recuperar determinados materiales. La clave está en hacer estos procesos más eficientes, menos contaminantes y viables para que se empleen con normalidad.

Pero hay otro problema al que hacer frente en el reciclaje de baterías eléctricas. Como curiosidad, hasta el 40% de los costes tienen que ver con la logística. Es decir, con el transporte de las baterías eléctricas. En especial, porque se trata de cargamentos peligrosos, ya que pueden incendiarse. Las medidas de seguridad y permisos adicionales encarecen su transporte. Pero hay esperanza. Expertos del sector consideran que la economía de escala ayudará a reducir estos costes a medida que el volumen de baterías a reciclar aumenta.

El futuro del reciclaje de baterías

Quieran o no los fabricantes, la Unión Europea tiene como objetivo que entre el 50 y el 65% del peso de las baterías eléctricas sean reciclables para 2025 como fecha límite. Por otro lado, las empresas buscan mejoras en el proceso de reciclaje.

Sin ir más lejos, Redwood Materials anunció este año que era capaz de reciclar hasta el 95% de los componentes de una batería eléctrica: litio, cobalto, níquel y cobre. Fundada por uno de los cofundadores de Tesla, esta empresa se dedica en exclusiva a reciclar baterías de vehículos eléctricos. Y en su plan piloto, de 1.268 baterías, el equivalente a 227 toneladas, logró una cifra que abre la puertas a reciclar baterías eléctricas de una manera más completa. 

Y mencionando de nuevo a Tesla, esta compañía tiene su propio servicio de reciclaje de baterías eléctricas. En su informe de 2021, logró recuperar hasta el 92% de los materiales de las baterías recicladas. En concreto, 300 toneladas de cobre, 1.500 toneladas de níquel y 200 toneladas de cobalto. Además, se trata de un servicio que no tiene coste adicional para el cliente.

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