Redes ultrarrápidas: la tierra prometida de la innovación

Emprendedores que recogen sus cosas y se trasladan, empresas que señalan un punto concreto en el mapa para abrir sus nuevas oficinas, jóvenes que comparten casa y lugar de trabajo; todos ellos unidos por una conexión a Internet. Pero no las redes habituales a las que estamos acostumbrados en el hogar o la oficina sino la más sofisticada fibra óptica que despliega 1Gb por segundo.

La ciudad de Kansas City, anfitriona de la iniciativa Google Fiber, está viendo crecer su población por la llegada de emprendedores y gente dispuesta a mudarse para obtener los beneficios de una conexión ultrarrápida. De hecho, al lugar ya se le ha puesto el apelativo de ‘Silicon Prairie’ (la pradera del silicio), haciendo la comparación con Silicon Valley, actualmente el mayor escenario de la innovación tecnológica a nivel mundial.

En su experimento como proveedor de línea, Google propone una oferta exclusiva a los habitantes de Kansas City: 1Gb por segundo de velocidad a cambio de 70 dólares al mes. Atraídos por esta capacidad han llegado emprendedores y profesionales de la Web dispuestos a explotar las ventajas de una conexión que es 100 veces superior a la media en Estados Unidos.

No es un ejemplo único. La ciudad de Chattanooga, en el estado de Tennessee, también está funcionando como un imán para la innovación. Desde que construyó una red de fibra de 1Gb se han establecido en su seno empresas como Amazon o Volskwagen. Más de 3.700 puestos de trabajo han sido creados en relación con la nueva infraestructura.

Internet como la piedra angular de la innovación

La atracción que han suscitado estos centros de redes ultrarrápidas tiene su explicación en las facilidades que ofrecen este tipo de conexiones. No se trata únicamente de poder transferir archivos pesados casi instantáneamente o poder establecer videoconferencias sin interrupciones. El tiempo que ahorra la velocidad de la línea es dinero a la larga.

Los procesos informáticos y la navegación en general se agilizan. Se accede antes a la información  y hay mayores facilidades para compartir el trabajo con otros usuarios online. Todo es más rápido en definitiva, por no hablar de las tendencias tecnológicas para los próximos años, como pueden ser el cloud computing y el big data.

La adopción de servicios en la nube va a crecer cada vez más rápido en los próximos años y la mejora de las líneas de banda ancha es clave para soportar este incremento de usuarios. Está previsto que  big data analice y procese ingentes cantidades de información en un futuro cercano. Para hacer que la recogida de datos sea efectiva serán necesarias redes de alto rendimiento, ya que el contenido —y potencial material de trabajo para esta tecnología— aumenta exponencialmente.

google fiber

La experiencia comprueba que las líneas ultrarrápidas impulsan el crecimiento económico y la creación de empleo, así como la competitividad de la región en donde están establecidas. Las iniciativas anteriores tienen carácter local, pero sus efectos se podrían ampliar si se generan proyectos más extensos geográficamente.

Hoy en día la globalización permite que el capital y las personas puedan moverse de un sitio a otro, pero la infraestructura tecnológica no es trasladable. Cuanto más sofisticada es ésta, más  se siente atraída la innovación por ella.

La otra necesidad son las redes móviles

Otro aspecto que aún está por explotar en el terreno de las conexiones son las redes móviles de cuarta generación, 4G y LTE (long term evolution). Éstas proporcionarán un nuevo marco para empresas y consumidores. En 2016, según las previsiones de IHS iSuppli Research, habrá 1.000 millones de usuarios con acceso a esta tecnología, lo que también incrementa la capacidad de innovar.

El 3G no ofrece las mismas posibilidades que una conexión por cable actual. A la hora de consumir contenido multimedia online, especialmente vídeo,  se necesita mayor velocidad, justo la que aportarán las redes 4G, que permitirán a las empresas ofrecer productos móviles a los usuarios que hoy no se ven en condiciones de consumir.

No sólo los terminales móviles se podrán aprovechar de estas mejoras en las conexiones. En lugares sin Wi-Fi, los portátiles serán mucho más útiles de lo que son ahora. Existirán dispositivos para introducir por USB un acceso a redes 4G, como hoy los hay para 3G. Además, compartir el ancho de banda de un smartphone será considerablemente más efectivo.

Esfuerzos por modernizar las líneas

En lo que se refiere a la banda ancha por cable, desde hace años Corea del Sur aventaja al resto de países, incluidos algunos tecnológicamente muy desarrollados, como Japón o Estados Unidos. En estos momentos, el estado asiático es cuna de algunas de las compañías más innovadoras a nivel mundial en el sector de la electrónica, como son Samusung o LG.

Aparte del ejemplo de Corea del Sur, en diferentes países se están llevando a cabo iniciativas para impulsar las líneas de banda ancha. En China se ha impuesto por ley que las viviendas de nueva construcción dispongan de fibra óptica, con el fin de dejar de crear infraestructuras que estarán obsoletas en unos pocos años.

En España Telefónica está invirtiendo para expandir las líneas de fibra óptica y tiene previsto haber cubierto el 50% de los hogares para 2015. El cobre aún es el material conductor de los datos en la mayor parte del país, lo que impide que la velocidad de las conexiones aumente y hace que la media quede lejos de los 14,2 MB por segundo de Corea del Sur o los 10,7 Mbps de Japón.

Imágenes: Erik Ludwig y UCFFool

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