El aumento del CO2 en la atmósfera ha alcanzado un nuevo ominoso récord: 415 partículas por millón. Una concentración que induce a pensar en los riesgos.
Los niveles de contaminación atmosférica hace tiempo que son preocupantes. Pero ponerles cifras siempre agudiza la inquietud. El Manua Loa Observatory de Hawái ha detectado un aumento del CO2 notable. Su última medición dio 415,26 partículas por millón. Se trata de un número récord desde que este centro comenzó sus mediciones, allá por los años 50.
La última vez que la Tierra tuvo tanta concentración de partículas de CO2 fue hace más de tres millones de años. En esta época, el nivel del mar estaba varios metros más alto.
Este aumento del CO2 observado coincide con la alerta lanzada por la NASA hace unos meses. Las imágenes tomadas por el satélite OCO-2 entre 2015 y 2016 anunciaban una concentración desmesurada de este compuesto en la atmósfera.
Los riesgos de esta tendencia son muchos. Se estima que el aumento del CO2 tiene un impacto directo en la temperatura estival del hemisferio norte, mientras que extrema las precipitaciones tropicales.
Evidentemente uno de los riesgos más destacados es la fusión de los glaciares y de los casquetes polares. Esto provocaría un aumento del nivel del mar. Y no solo eso: también aceleraría el incremento de la temperatura. No solo porque dejamos de contar con superficie helada en la Tierra. También porque esa masa de hielo refleja parte de la radiación solar, que de otra forma el planeta absorberá.
Una carrera por el clima
A medida que crezcan los niveles de CO2 las temperaturas se volverán más extremas. Los fenómenos climáticos como tormentas e incluso huracanes podrían producirse con mayor asiduidad.
Este tipo de clima extremo se lo pondrá más difícil a algunas especies vegetales y animales. Con lo que la pérdida de biodiversidad podría ser otra consecuencia. Son efectos perniciosos para el planeta contra los que ya se combate.
Los planes para frenar el calentamiento global no solo tienen a las energías renovables como timón. También hay iniciativas que pretenden directamente absorber el CO2 de la atmósfera Aunque se acepta comúnmente que para combatir las emisiones lo más efectivo es recuperar la masa arbórea.
Imágenes: jim.choate59, PeterThoeny