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Rusia desarrolla la primera tecnología de comunicación bajo el hielo del Ártico

Rusia y China están desarrollando una tecnología de comunicación bajo la capa de hielo del Ártico. Con ella, el país soviético pretende explorar y extraer petróleo y gas natural del fondo del océano.

Explorar el Ártico es una carrera de fondo por conseguir materias primas y recursos naturales que esconde la capa de hielo del Círculo Polar. Sus aguas de hasta 5 kilómetros de profundidad y las duras condiciones hacen, probablemente, el sitio más complicado del mundo para perforar en busca de estos recursos.

Bajo el grueso y extenso manto blanco del Polo Norte, se esconden grandes reservas de petróleo y gas natural que no pasan desapercibidos para algunos países, entre ellos, Canadá, Estados Unidos, Noruega o Rusia. El más pequeño de los cinco océanos de la Tierra es, a su vez, el tesoro más codiciado por descubrir.

En este sentido, científicos de la Universidad Federal del Lejano Oriente de Rusia y de la Universidad de Ingeniería de Harbin de China están desarrollando la primera tecnología capaz de comunicarse bajo el hielo, la cual se podrá utilizar para explorar y extraer gas y petróleo del Ártico.

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Mediante la utilización de antenas receptoras y un radiador neumático e hidroacústico, permiten medir las vibraciones que producen las ondas sonoras al atravesar el agua y el hielo con una alta precisión, lo que podrá utilizarse en un futuro como un medio para comunicarse en este entorno extremo.

A través de los métodos físicos de los investigadores rusos, unidos a las tecnologías de procesamiento de datos elaboradas por China, se vislumbra un nuevo avance en la carrera por explorar la zona ártica, en la que Rusia quiere llevar a cabo, desde hace tiempo, un ambicioso proyecto.

Proyecto Iceberg: tecnología para conquistar el Ártico

Entre el 15% y el 25% de las reservas no descubiertas de petróleo y gas se encuentran bajo la capa de hielo del Ártico. De siempre es sabido el interés de Rusia por hacerse con el control y los yacimientos energéticos de esta zona, llevando a cabo importantes expediciones para conseguirlo.

Pero este proyecto es diferente, ya que serán robots submarinos los encargados de buscar el petróleo y gas existentes bajo el hielo. Se trata de Belgorod, un potente submarino de 182 metros de longitud, cuya función principal será la de colocar cables para la comunicación, y que, a su vez, actuará como centro de mando de otros submarinos más pequeños.

El objetivo es comenzar con las perforaciones en cinco años, apostando por un método con la tecnología más avanzada que quizá le de ventaja a Rusia en la carrera por conquistar el Ártico en un futuro no muy lejano.

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