La hiperconexión de las ciudades está a la orden del día, gracias a todo tipo de proyectos cuyo fin es conseguir la conectividad de estas con su entorno.
El futuro de las ciudades tal y como las conocemos va a cambiar en un breve período de tiempo. Si en el siglo XX las ciudades se modernizaron asentándose como lugares habitables, en el siglo XXI van a dar un paso adelante en el plano tecnológico. Y con ello, va a facilitar el reconocimiento de estas como smart cities.
La implementación de inteligencia artificial, big data e IoT va a conformar un conjunto de conceptos que van a permitir la asunción de las ciudades del futuro. Establecidas de esta manera para dotar de comodidades y confort a la población.
La economía de las smart cities
Investigadores económicos cuya principal misión es la de medir las economías futuras basadas en la tecnología, como los expertos de Frost and Sullivan, han establecido la cifra de 1,5 billones de dólares de ganancia en 2020 para las smart cities.
Además de este beneficio directo, un estudio realizado por KPMG augura, que además de esta rentabilidad, la instauración de tecnología con capacidad de fomentar las smart cities supondrá un ahorro de entre un 20 y un 60%, según las partidas de gasto.
Ciudades inteligentes en España
Los datos que se manejan en este sentido determinan que el territorio nacional alberga más de 60 smart cities. Si bien es cierto que muchas de ellas aún están en proceso, existen ejemplos concisos de ciudades punteras en este aspecto.
Barcelona ha sido elegida junto a Londres y Singapur como una de las ciudades más inteligentes del mundo. Lo que evidencia el papel de nuestras ciudades dentro del panorama tecnológico.
Como hemos dicho, las smart cities son el futuro y el presente de la vida social, de hecho, son muchos los proyectos que se están desarrollando con el fin de conectar más las ciudades con el ecosistema urbano.
Por ejemplo, con la primera convocatoria de ayudas para destinos turísticos inteligentes promovido por Red.es, donde se destinarán más de 68 millones de euros en colaboración con los gobiernos locales que las acojan. O también las convocatorias de Ciudades e Islas Inteligentes, y de Objetos Internos de la Ciudad, lo que conformará un total de más de 200 millones de inversión a favor de las smart cities.
Nos encontramos, por lo tanto, en un período de impulso de este tipo de relación entre tecnología y ciudad, donde la máxima beneficiaria será finalmente la población, lo que facilitará el uso natural de las redes tecnológicas con la interacción humana.
