El SpaceX de Elon Musk ha lanzado 60 satélites de comunicaciones desde la estación de las Fuerzas Aéreas en Florida. Los pequeños satélites ofrecerán Internet de alta velocidad en toda la Tierra. Sin embargo, la luminosidad de los mismos preocupa a los astrónomos.
En tan solo una hora ya se encontraban a 435 kilómetros de la Tierra. El conjunto de satélites forma parte de un sistema conocido como Starlink. Se enviaron dentro de un cohete que los expulsó a órbita al alcanzar la altura adecuada.
Una vez en órbita, cada satélite se situó en un viaje individual sobre nuestro planeta. A la mañana siguiente los 60 satélites ya se encontraban online, según fuentes de New York Times.
Musk pretende que el año que viene se disponga de cientos de estos pequeños satélites para ofrecer un servicio de Internet de alta velocidad en todos los lugares del mundo. SpaceX entraría así en un nuevo modelo de negocio que podría financiar sus proyectos relacionados con viajes a Marte.
El uso cotidiano del SpaceX se realiza por parte la NASA o de compañías privadas, pero esta vez Musk ha decidido utilizar el SpaceX para su propio negocio.
Cuando se construya por completo Starlink, se creará una constelación de satélites. Aunque estos podrán enviar información a la Tierra, no disponen de un sistema de láser que permita compartir información entre satélites.
Los satélites tienen una forma plana, pesan unos 227 kilos y están propulsados por un pequeño panel solar. Musk dijo que se mueven como una baraja de cartas, abriéndose poco a poco desde un punto concéntrico.
La empresa de Musk no es la única que ha enviado satélites. Sin embargo, los satélites enviados por el resto de compañías orbitan la tierra a una distancia de unos 35.000 kilómetros, una altitud mucho más elevada que los del SpaceX. El hecho de que orbiten a una distancia tan lejana hace que no puedan cubrir grandes áreas de la Tierra, ya que tardan un día en dar la vuelta al planeta.
Los satélites de Starlink conseguirán reducir la latencia al nivel de un cable común de fibra óptica. Gracias a esto, podrán llevar Internet a partes de la Tierra que se encuentran aisladas del mundo digital. Al orbitar más bajo, viajan a una velocidad mucho más rápida. Se calcula que con unos 30 lanzamientos se podrá cubrir toda la superficie.
La flota Starlink ha levantado preocupación en el ámbito astronómico. Los satélites reflejan la luz y evitan que se pueda apreciar el firmamento, según Euro News. Cuando pasan por el campo durante las observaciones nocturnas con telescopios, la visión se perturba por las líneas de luz que dibujan en el cielo.
Musk ha querido poner un remedio a esto, y ha afirmado que, durante la fabricación de nuevos satélites, se reducirá la superficie que refleja luz.